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Hisvet Fernández 

Este es otro tema que ha sido invisible…Cuando hablamos de alcoholismo se piensa en masculino y ellas quedan abandonadas de atención. Hoy se puede ver más esta problemática que también necesita mirada de género… 

Las fiestas navideñas se han convertido en una época de alto consumo de alcohol y se tolera y justifica su exceso en toda la población.

Se ha naturalizado e incluso promovido su alto consumo en adolescentes de ambos sexos ya que el negocio del alcohol necesita garantizar esta adicción en una población cautiva, que garantice la venta de esta droga lícita. 

El alcoholismo es una enfermedad crónica que suele ser progresiva y mortal. Las personas presentan periodos de preocupación por la bebida, pero les cuesta mucho controlar su consumo y a menudo hay distorsión del pensamiento.

El alcoholismo es la tercera causa de muerte de las mujeres mexicanas entre 35 y 45 años de edad, según los Centros de Integración Juvenil y del Movimiento Internacional 24 horas de Alcohólicos Anónimos (AA), en México.

Esta cifra no debe ser muy diferente en otros países latinoamericanos, de las cuales no tenemos estadísticas. 

Según un trabajo de investigación de Fundación Humana, realizado en personas mayores de 18 años, en Venezuela, 84.7% de la población adulta consume alcohol y cerca de la mitad de la población masculina mayor de 18 años bebe regularmente de manera excesiva.

Se calcula que el alcoholismo en Venezuela se presenta en 1 de cada 10 adultos varones y 1 de cada 30 mujeres. O lo que es lo mismo decir que en 1 de cada 10 hogares existe un alcohólico/a, con todas las consecuencias familiares, económicas y sociales que eso puede significar. 

Las mujeres tenemos una relación particular con el alcohol y una manera diferente de vivir el alcoholismo.

Confinadas al “hogar” como su espacio privilegiado, han tenido históricamente la tendencia a beber en soledad y al margen de la mirada de la sociedad, lo que ha contribuido a invisibilizar el alcoholismo en ellas y a que sean más vulnerables al consumo indiscriminado. 

La situación de pandemia con su confinamiento debe haber profundizado esta realidad.  

El inicio de los grupos de alcohólicos fue impulsado por las esposas y compañeras de alcohólicos en su afán por ayudar a los hombres, de sus vidas, en su adicción y por las consecuencias en ellas de su codependencia. La observación de casos y la investigación en esta temática hoy nos muestra la vulnerabilidad de las mujeres ante el alcohol. Así como, los riesgos particulares ante el consumo de esta droga. 

Beber moderadamente representa para las mujeres una bebida alcohólica al día, y para los hombres no más de dos al día. Entendiendo como un trago: Una botella de 12 onzas de cerveza, 5 onzas de vino o 1,5 onzas de licor destilado de 80 grados, tomando en cuenta siempre los diferentes niveles de alcohol de estas bebidas.

Cuando se consumen más de 7 bebidas a la semana se está en riesgo de volverse dependiente del alcohol y las mujeres pueden volverse adictas más fácilmente ya que en su cuerpo hay más grasa que agua y menor capacidad para metabolizar las cantidades de alcohol ingerido. 

Las mujeres tienen mayor tendencia a negar su patología, ya que no se corresponde con la identidad femenina aceptada y socializada como “normal” lo que las aleja de tratamientos, de la ayuda necesaria y las hace presentar más depresión, sentimientos de culpa, cuadros psicosomáticos, intentos de suicidio, problemas familiares y con sus amistades. 

¿Y tú, cómo bebes? 

    ¿Te has sentido culpable alguna vez respecto a tu forma de beber? 

    ¿Tus familiares o amigos piensan que tú eres un bebedor normal? 

Si ambas respuestas han sido SI es hora de buscar ayuda profesional y sincerarte respecto a tu forma de beber. 

Hisvet Fernández

Psicóloga social, feminista, activista de los DDHH de las Mujeres y los Derechos Sexuales y Reproductivos, directora del Centro de Capacitación para la Vida (Cecavid). Integrante de la Alianza Salud Para Todas. Coordinadora del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, núcleo Lara. 

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