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Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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A la hora de prevenir trastornos mentales, lo más importante es reforzar los  factores de protección que son todos aquellos recursos personales, sociales,  institucionales y del ambiente que fortalecen el desarrollo emocional, psicológico y social del niños, niña y adolescentes, apoyarlos a conocer y expresar sus emociones, cuidar su salud integral: física, mental y emocional.

Para prevenir trastornos mentales, lo más importante es reforzar los  factores de protección y disminuir los factores de riesgo.

Sin embargo, ante un diagnóstico, es de vital importancia saber que se puede pedir ayuda y afrontar exitosamente con una evaluación, tratamiento y apoyo adecuado. Como personas de apoyo,  los padres y madres, tendrán una función importante en el apoyo del plan de tratamiento del menor.  

Recomendamos tomar estas medidas de protección:

  • Informarse sobre el trastorno en sí, sus causas, consecuencias, evolución, tratamiento; en fuentes científicas y válidas.
  • Buscar asesoramiento familiar para involucrar a todos los miembros como colaboradores en el plan de tratamiento.
  • Pedirle pautas de afrontamiento al especialista tratante.
  • Participar en programas de apoyo y capacitación diseñados para padres y madres de niños con estas condiciones.
  • Utilizar técnicas de manejo del estrés y otras medidas de autocuidado para cuidadores.
  • Trabajar en equipo con la escuela de tu hijo para asegurar el apoyo necesario.

Las enfermedades de salud mental en los niños se diagnostican y tratan en función de los signos y síntomas, y de la forma en que las afecciones perjudican su vida diaria.

Para hacer un diagnóstico será necesaria la evaluación por un especialista, como un psiquiatra o psicólogo. Precisar el diagnóstico puede llevar tiempo porque los niños pequeños pueden tener problemas para comprender o expresar sus sentimientos, y el desarrollo normal varía. También es importante saber que dicho diagnostico se puede cambiar o redefinir con el tiempo, ya que en parte depende del proceso de desarrollo del menor.

En general, la evaluación podría incluir lo siguiente:

  • Reconocimiento médico completo.
  • Antecedentes médicos.
  • Antecedentes de traumatismos físicos o traumas emocionales.
  • Antecedentes familiares de salud física y mental.
  • Revisión de los síntomas y preocupaciones generales con los padres.
  • Cronología de la evolución del niño, su proceso de desarrollo a nivel integral.
  • Antecedentes académicos.
  • Observación de la conducta del menor.
  • Aplicación de instrumentos psicológicos diseñados a tal fin.
  • Evaluación de los factores de riesgo: aquellos elementos internos y externos que pueden desencadenar algún tipo de trastorno.

Las opciones de tratamiento más comunes incluyen:

  • Psicoterapia. A través de este proceso se utilizan herramientas como el juego, el dibujo, el juego de roles, la conversación y otras para abordar las preocupaciones del niño, niñas o adolescente; de esta manera aprenden a hablar de sus pensamientos y sentimientos, a responder a ellos y a incorporar nuevas conductas que les apoyen en la capacidad de afrontar una situación difícil.
  • Medicamentos. Este tema es muy delicado y solo el médico especialista tratante puede indicarlo; así como informar acerca de los riesgos, beneficios y posibles efectos secundarios de su uso. Por lo general puede recomendar como un estimulante, un antidepresivo, un ansiolítico, un antipsicótico o un estabilizador del estado de ánimo, como parte del plan de tratamiento.

Cuando existe un diagnóstico por una afección de la salud mental, lo ideal es que la situación se aborde con un equipo interdisciplinario.

Otras especialidades que apoyan son:

  • Terapia ocupacional. Es la  disciplina encargada de habilitar a los pacientes con alguna dificultad, trastorno o discapacidad de salud mental a través de la ocupación, para que sean capaces de ser independientes y competentes en los distintos contextos de su vida diaria. En el caso de los niños, el proceso de estimulación y recreación es de gran ayuda; así como el reforzamiento de habilidades sociales, del cuidado personal y la estimulación y reforzamiento de las funciones cognitivas fundamentales, como la memoria y la atención, entre otros.
  • Psicopedagogía. Atiende el proceso de desarrollo de los niños, niñas y adolescentes en el ámbito escolar y social, teniendo en cuenta los aspectos afectivos, emocionales y relacionales. Realiza un diagnóstico, tratamiento y orientación socioeducativa de los niños con trastornos del neurodesarrollo que manifiestan dificultades en el ámbito escolar y ayuda a prevenirlas.

Las alertas y diagnósticos de problemas de salud mental generan angustia y su acompañamiento va generando estrés y agotamiento mental y emocional. Se hace necesario incluir en el sistema de apoyo, herramientas de auto cuidado para las principales personas de apoyo tales como padre, madre, hermanos y demás cuidadores. Crear una red de apoyo que incluya tanto a los especialistas como a la familia y a la escuela, permite minimizar el efecto negativo de la situación y lograr mayor eficacia en el tratamiento y evolución del menor.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)