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Dra. Karen Courville, FACP | Nefróloga

Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión

Aproximadamente existen 62 millones de personas en América que sufren de diabetes mellitus y 422 millones de personas a nivel mundial. La mayoría de estas personas viven en países de ingreso bajo y mediano.

Un millón y medio de personas fallecen anualmente a causa de la diabetes y esta enfermedad es la mayor causante de complicaciones vasculares, como retinopatía diabética (ceguera), infarto cerebral, infarto del corazón, insuficiencias vasculares periféricas y nefropatía diabética.

La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando nuestro páncreas presenta problemas en la producción de insulina o el cuerpo no puede utilizarla de manera eficiente porque hay resistencia, y por ende aumentan los niveles de glucose en sangre.

¿Dónde obtenemos azúcar en la dieta?

La American Heart Association tiene recomendaciones sobre cuál debe ser la cantidad de azúcar diaria recomendada.  Los hombres no deben consumir más de 9 cucharaditas (36 gramos o 150 calorías) de azúcares añadidos al día.  Las mujeres, el número es inferior: 6 cucharaditas (25 gramos o 100 calorías) al día. Tenga en cuenta que una lata de refresco de 30 cl (12 oz) contiene 8 cucharaditas (32 gramos) de azúcares añadidos. 

La recomendación de ingesta diaria de azúcar de la OMS en adultos con peso normal es que el consumo de azúcar debe ser el 5% de la ingesta calórica diaria, lo que equivale a más o menos 5 cucharaditas al día o unos 25 gramos.

Existen los azúcares que son agregados a la comida o bebidas, y estas son la principal fuente de azúcares agregados, dentro de estos tenemos los refrescos o bebidas carbonatadas, las bebidas de frutas y las bebidas energéticas o deportivas.  Además, la ingesta alta de dulces, que incluye pastel, pastillas o confites y demás.

¿Qué problemas puedo tener por ingerir demasiada azúcar?

El aumento en la ingesta diaria puede producir acné, aumento de peso y cansancio.  A largo plazo, aumenta el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes mellitus tipo 2.

Cuando comemos azúcar, nuestro cuerpo la utiliza como energía después de ingerirla, y se utilizará esa energía como combustible.  De lo contrario, se almacenará en forma de grasa.

Además un consume excesivo de azúcar produce un riesgo aumentado de obesidad, caries dentales, enfermedades cardiovasculares y por supuesto, diabetes y enfermedad renal.

El exceso de glucose es excretado por los riñones, por lo que el cuerpo tiene manifestaciones de deshidratación y el paciente presenta sed, muchas ganas de orinar y de comer.

¿Cómo puedo reducir el consumo de azúcar?

Hacer ejercicio regularmente ayuda a perder peso, los músculos utilizan azúcar o glucosa como fuente de energía, y aumenta la sensibilidad de la insulina lo que ayuda a disminuir los valores de glucosa en sangre.

Es importante regular los niveles de carbohidratos en la dieta (pan, pasta, tubérculos como la papa, y los granos, como el arroz) debido a que estos son transformados en glucosa.  Cuando se ingieren muchos carbohidratos, los niveles de glucosa aumentan y se altera la función de insulina, permitiendo que los valores en sangre se eleven.

Debemos aumentar la ingesta de fibra en la dieta (vegetales, frutas, granos integrales), debido a que esta reduce la digestión de carbohidratos y la absorción de azúcar, por lo que ayudan al control de la glucosa en sangre.

Como siempre, una buena hidratación es importante.  Nuestros riñones necesitan una cantidad de líquidos diarios suficientes para mantener sus funciones adecuadamente.  Al hidratarnos, debemos utilizar mayormente agua y evitar las bebidas azucaradas.

Es importante controlar las porciones de comida cuando vamos a comer.  La dieta balanceada nos permite que nuestro cuerpo no obtenga calorías que no va a utilizar y que deba almacenar.  Disminuir la ingesta ayuda a controlar el peso y disminuir el riesgo de picos de glucosa en sangre.

Debes realizar un control anual de glucosa en sangre y un examen de orina.  La prevención y el diagnóstico temprano son las mejores herramientas para prevenir desenlaces fatales o complicaciones por un mal control de glucosa.

Dra. Karen Courville, FACP | Nefróloga