Después de una dura semana de trabajo, nada mejor que arrancar el fin de semana con el “viernes cultural”, esa reunión de amigos en las esquinas del barrio presagiando ya el descanso y la fiesta. Esta sección pretende hacer eso, arrancar nuestro fin de semana desde esta esquina virtual con cuentos y poemas de autores panameños para que los conozcan y los disfruten. Así que, ¡feliz fin de semana!, con sabor a literatura panameña de la buena.
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]
Cuatro poemas de Eyra Harbar
Eyra Harbar
Eyra Harbar (Panamá, 1972). Poeta, narradora y escritora de literatura infantil y juvenil. Su trabajo literario ha sido publicado en antologías nacionales e internacionales y ha sido reconocido en varios premios nacionales. Ha publicado los poemarios Paraíso quemado (2013), Espejos (2003), Donde habita el escarabajo (2002), el libro de minificción No está de más (2018) y Cuentos para el planeta (2020) en poesía infantil.
Ciénaga
Fuera de casa el extranjero se pregunta,
después de incontables millas náuticas
y de selva a pie,
si ahora es libre,
si aún es llamado hijo en su morada,
ahora amarga,
si aun recordarán su cara destrozada.
si acaso su madre sigue allá.
Fuera de casa el laberinto es verde.
La selva respira por sí sola
con un rugido traga bestias
y se pregunta si los caminos beben
sudor o sangre
cuando el pataleo de la presa por las noches
espanta el poco sueño
de una frontera que nunca llega.
Tomado de Paraíso quemado, 2014
Naufragios
no podía saber que del otro lado del laberinto
estaba el otro laberinto, el de tiempo
Jorge Luis Borges
La memoria borrará antes del amanecer
la noche que ha tocado el agua sombría,
el desvelo largo que arrastró la marejada
y estos indefensos ojos miopes
que en la negrura han preguntado
a dónde irán a morir hoy.
Seres de la profunda sepultura de agua
han salido a flote para clavarme al sarcófago de la madrugada
y hacen luto por las cosas, los harapos conocidos,
por aquello que ha entregado bondad en el fatigado viaje.
Todo canto al olvido trastorna la orientación del barco
y lo pierde en el vacío.
El puerto de partida queda tan lejos
que ya sin alforja, sin familia,
me acuesto con la mano en el pecho
para sentirme acompañada ante el dictamen de lo efímero.
Es un canto maldito en el corazón sin victoria,
una balada avinagrada que sospecha su mal.
Ya me había curado del ahogo en las tormentas,
del horizonte huérfano que muere en la oscuridad,
pero otra vez vuelve el salitre
en su ritual contra las olas de agua fría,
otra vez regresa el sonido del mar
que golpea el laberinto inquebrantable,
otra vez se parte la madera
en los incontables caminos del retorno.
Este insignificante barco termina en trizas,
inútil cuando encalla su bravura.
La memoria borrará antes del amanecer
los restos del naufragio.
Agosto de 2020
Pan
Tu piel de pan
suavemente mordida
queda entre mis dientes.
Morder tu piel,
cosecha de trigales.
Mi boca te busca ansiosa.
Cuerpo que desgajo,
hambre de mis venas.
Paladar, plaza de fuego,
aguarda el beso;
el oficio sagrado del hornero
en mi boca.
Tomado de Espejos, 2002
Derecho de fuga
Un tornillo cayó al suelo
en su negra noche de horas extra.
Cayó vertical y tintineante
pero no atrajo la atención de nadie,
igual que aquella última vez
en una noche como ésta
en la que alguien se lanzó al vacío.
Xu Lizhi
La fábrica no muere, no calla, no descansa
al procesar los objetos, absurdos artefactos
indolentes cuando la ventana es perpetua
y cala en los días para siempre clausurados.
La ventana provoca el salto
en desproporción con su derecho de libertad.
Que lo vean reconocer ese deseo
poco importa al ensamblar las piezas
que vanquedando canjeadas por su liberación.
Contemplando el cielo en la ventana
Xu Lizhi no evita el abismo de escribirlo.
Traza el insignificante azul cuando alguien se lanza
y detiene testarudamente el tiempo de la producción.
Dicen que Xu Lizhi
murió con una juventud tragada por la máquina.
Dicen que mirando la ventana ajustó cuidadoso la última pieza
y ensambló sin prisa el poema de un tornillo desplomado por el suelo,
un poema de horas extra que bordeaba el ojo del vacío
antes de ejercer, vertical y tintineante,
su derecho de fuga.
Coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña:
Pedro Crenes Castro
[email protected]
(Panamá, 1972), es escritor. Es columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.
https://senderosretorcidos.blogspot.com/