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El presidente de la República, Laurentino Cortizo y la primera dama, Yazmín de Cortizo, junto con la ministra de Educación,Maruja Gorday de Villalobos, durante el acto de premiación del Concurso Nacional de Oratoria que ganó el joven Alejandro Zetina

Los quince finalistas del Concurso Nacional de Oratoria que tuvo en el estudiante Alejandro Zetina de The Oxford School a su ganador, generaron durante tres horas de intervención, propuestas sólidas, con particular énfasis en la descentralización, la educación, la cultura y el acceso a la salud. 

El Concurso Nacional de Oratoria está dirigido a estudiantes de nivel medio de escuelas oficiales y particulares. Tuvo sus inicios en el año 1970, creado por la Caja de Ahorros. 

Este evento académico, el de mayor impacto educativo en el país, se celebró durante 28 años y luego de una interrupción, en 2005 asume su patrocinio la empresa Cable & Wireless Panamá, junto a Caja de Ahorros y el Ministerio de Educación

Es administrado por la Fundación Cable & Wireless Panamá.

Esta edición, que recupera la presencialidad luego de la virtualidad impuesta por la pandemia, permitió reunir las quince voces poderosas de los finalistas, quienes se midieron frente a sus compañeros, el público y un jurado de primer nivel, en función del tema Pacto del Bicentenario: juventud que busca cerrar brechas por un Panamá más equitativo, justo y solidario.

  • La edición 2021 la ganó el joven Alejandro Zetina (The Oxford School), con la asesoría del profesor Romel Adames.
  • El segundo lugar fue para Daniel Falla (Panamerican School, San Miguelito), con la tutoría del profesor Luis Mendoza.
  • El tercer lugar para Víctor Gómez (Centro Educativo Guillermo Endara Galimany, Panamá Oeste), con la orientación de Dorina Atencio.
  • El cuarto lugar lo ganó Waldis Batista (Instituto Urracá, Veraguas), con la asesoría de Juan Aizprúa.
  • El quinto lugar se lo llevó Abdiel Cedeño (The Oxford School David, Chiriquí), en la guía de Iliana Serrano.
  • El sexto lugar lo ganó Gabriel Díaz (Colegio José Daniel Crespo, Herrera), con la tutoría de Daniel Arias.

Los jóvenes desplegaron seguridad, conocimiento y preparación en una gala que transmitida por el canal SERTV, durante la noche de este 21 de noviembre,permitió conocer propuestas de gran valía, durante las tres rondas de intervenciones.


 
 Jurado del Concurso Nacional de Oratoria
Rocío Medina, Perú 
Enrique de Obarrio por Panamá
Andrea Bernal, Colombia
Rafael Candanedo, por Panamá
Emma Gómez, Panamá
Delfina Vidal, Panamá
Arturo Montenegro, Panamá

¿Qué proponen los jóvenes?

Gabriela Sánchez (Colegio Secundario Venancio Fenosa Pascual, Panamá este, asesorada por Irma Good), recordó que en noviembre del año pasado iniciaron los diálogos por el Pacto del Bicentenario y la creación de la plataforma Ágora que a partir de los acuerdos de los ciudadanos busca crear un nuevo acuerdo social. Resaltó que parte de los temas trascendentes son infraestructura, educación, salud y agua potable. Destacó la necesidad de crear confianza en la población en este diálogo, así como articular la participación de los Poderes Públicos, de los ciudadanos y de los jóvenes, “elementos claves para unir a pueblo y gobierno”.

Manuel Enrique Moreno (Centro Bilingüe de Vista Alegre (Panamá Oeste), asesorado por Noely Gordón), reflexionó que tenemos la posibilidad de cicatrizar las heridas que ha dejado nuestro pasado colonial: solo lo lograremos saliendo de nuestra zona de confort y participando en la resolución de los problemas. Con una fuerte participación social, darle prioridad a un periodismo independiente e investigaciones objetivas para juntos decidir un ideal nacional. Este momento demuestra brechas y desigualdades y surge la posibilidad de construir la nación que juntos soñamos. Los jóvenes hemos sido capaces de darle libertad y soberanía a la patria: al final del día solo nos tenemos a nosotros mismos; el poder es nuestro.

Abdiel Cedeño (The Oxford School David, Chiriquí, asesorado por Iliana Serrano) dedicó una profunda reflexión a la necesidad de dirigir recursos al sector cultural. Como músico, destacó que implementar la red de Orquestas en todo el país solo demanda $3.6 millones y son recursos que podrían atender a jóvenes útiles y valiosos que requieren pagar sus estudios e instrumentos. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), la mayoría de los rostros de Panamá (40%) son de jóvenes de 15 a 24 años. Comparó el Pacto del Bicentenario con una gran orquesta sinfónica: Si queremos un pacto memorable hay que crear sinfonías; me estoy formando para tocar mi partitura por Panamá.

Diego Castillo (Colegio Pureza de María (San Miguelito), asesorado por Gustavo González), reflexionó que los 200 años de independencia permiten traer un cambio para el país y el Pacto del Bicentenario, desarrollar estrategias para cerrar brechas. Destacó que ya en el país existen mecanismos como la Ley de Transparencia o la Ley de Particiapción Ciudadana de 2007, por lo cual resalta que el problema no radica en la creación de leyes sino en su ejecución, “por esta razón nos debemos unir, especialmente los jóvenes, para que seamos contralores y garantes de este plan, que se desarrolle más allá del gobierno y no caiga en el olvido. Debemos trabajar por un Panamá justo, equitativo e inclusivo”. 

Gabriel Díaz  (Colegio José Daniel Crespo (Herrera), asesorado por Daniel Arias), dijo que como como estudiante de Historia siempre le pareció fascinante ver cómo Panamá venció a dos colosos: a España y Estados Unidos. En el primer caso con su independencia y en el segundo, al recuperar la soberanía en la zona del Canal de Panamá.  Reflexionó que el país demoró 116 años en establecer un Ministerio de Cultura para el cual solo se le concedió un presupuesto de $42 millones. Hizo énfasis en que se deben preservar las rutas y sitios históricos, porque además de fortalecer con esta iniciativa la historia y la cultura, se podrían generar cientos de empleos.

Waldis Batista (Instituto Urracá (Veraguas), asesoría de Juan Aizprúa), contó que visitó la isla de Cébaco y le impresionó observar una escuela multigrado, un puesto de salud en malas condiciones y pobladores en condiciones de inequidad. Considera que el Pacto del Bicentenario puede ser el principio para incluir a las comunidades vulnerables y a los jóvenes que por falta de escolaridad no pudieron tener representación en el diálogo del Pacto. Observa que el sistema educativo es la vía para dar respuestas en la búsqueda del bien común, el desarrollo inclusivo y sostenible.

Víctor Gómez (Centro Educativo Guillermo Endara Galimany (Panamá Oeste), asesoría de Dorina Atencio) evocó el año de 1944 cuando nació una niña en el interior del país, estudió primaria, formó una familia y trabajó en una época, reflexiona, cuando a la mujer se le exigía solo atender un hogar. “Esa niña es mi abuela y como muchos panameños debió abandonar su hogar por la centralización de las oportunidades”. Observa que según el último censo vigente, más de un millón doscientas mil personas, emigraron a las áreas urbanas al no contar con oportunidades en el interior. “El 68% de la población se concentró en la zona metropolitana, los servicios públicos se han saturado a tal punto que colapsan”.  Afirma que con esta migración los grupos indígenas que emigran sufren una pérdida cultural. Hoy su abuela tiene 77 años y es su esperanza “ver a los jóvenes luchar para forjar un país y que su historia no se repita en las nuevas generaciones”.

Javier Mendieta (Instituto José Dolores Moscote, asesorado por Arturo Ríos), considera que cerrar la brecha social es la clave para mejorar la productividad nacional. Cuando conoció la filosofía del Pacto del Bicentenario, lo entendió como “una oportunidad innovadora para sumarme a la toma de decisiones”. Educación de calidad, trabajo digno y estabilidad económica, considera son pilares para el desarrollo humano. Advirtió que los jóvenes, con recursos limitados y deficientes, enfrentan realidades. Según el Ministerio de Educación (Meduca), de cada 10 estudiantes, 6 se gradúan de primaria; 4 de secundaria, 2 entran a la universidad y solo 1 se gradúa. Al respecto, se pronuncia por velar porque los acuerdos del Pacto permitan un  Panamá equitativo, justo y solidario para todos.

Aslhy Beroy (Instituto Profesional y Técnico El Silencio (Bocas del Toro), con la asesoría de Cílica Góndola), dijo que le preguntó a su padre qué podía hacer como joven para mejorar el país. “Me di cuenta que ya son 200 años de Panamá como país soberano y se ha dejado de lado uno de los sectores más importantes: el agropecuario, Sugiero ofrecer medios de vida dignos a los productores, a través de mercadeo, asesoría y valorando el trabajo del agricultor. De esta forma, podremos elevar la presencia de la industria agraria en la economía”. Amante del campo, destacó la participación del agro en el 3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país y su capacidad de contribuir a disminuir el hambre.  Dijo que de las 175,000 propuestas del Pacto, solo 6% están vinculadas al sector agropecuario.

José Manuel Sire (Centro Educativo Cerro Iglesia (Comarca Ngäbe Buglé), con la asesoría de Nedelka Castillo), expresó su preocupación como joven porque en el Pacto del Bicentenario las comarcas solo tuvieron una participación del 2.6%. Confianza en las autoridades, alta migración de las comarcas a las áreas urbanas, pérdidas de identidad y cultural, son aspectos que trajo a la mesa del debate para contribuir al Panamá inclusivo.  Quienes todavía vivimos en las comarcas, tenemos una nueva mentalidad: la perseverancia es la manera de corregir todos los errores de nuestros antepasados y convertirnos en protagonistas de esta oportunidad”.

La voz de Daniel Falla (Panamerican School (San Miguelito), asesorado por Luis Mendoza), representó como joven colombiano, a los estudiantes extranjeros que están integrados en el sistema educativo panameño. Considera que son tres los pilares sobre los cuales se debe impulsar la transformación del país en la mirada del Pacto del Bicentenario: impulsar la economía verde, con mercados de bonos verdes y énfasis en el reciclaje. Por otra parte, aprovechar el capital social y en esta dimensión “entramos los migrantes como yo que queremos dar nuestro pequeño aporte para un cambio magistral”. Un tercer pilar que promueve es la Constituyente, en la visión de lograr un acompañamiento de los derechos y políticas más humanas.

Yaneth Castillo (Colegio Secundario Ángel María Herrera (Coclé), asesorada por Dayra Martínez), considera que en el camino de la inclusión y de un Panamá más justo, se debe valorar y aprender de las diferencias entre las distintas culturas. Valora que se atienda la educación intercultural con respeto a las lenguas indígenas y se avance en la creación de la universidad de los pueblos indígenas, pero advierte que la inclusión real debe fomentar programas educativos multiculturales, que respondan a las necesidades específicas de estos grupos de población.

Kevin Barbato (Colegio Richard Neumann (Panamá Centro), asesorado por Marcela Díaz), recordó el legado de los jóvenes mártires de la gesta del 9 de enero, cuyo recuerdo le hizo comprender “que somos verdaderos agentes de cambio”. Dijo que el ejemplo de estos líderes juveniles impulsó junto a otros a crear la Unión de Estudiantes de Secundaria que hizo más de 20 propuestas al Pacto del Bicentenario. “Me atrevería a asegurar que algunos jóvenes ya hemos creado otro pacto: empoderarnos, creyendo en la educación como garantía para convocar a los demás estudiantes a jugar nuestro rol por Panamá”.

Josadath Brooks (Saint John´s Academy (Panamá Centro), con la asesoría de Nairoby Vargas), reflexionó que sin la participación de los ciudadanos el mundo sería un espacio manejado por un pequeño sector.  Señaló que el Pacto del Bicentenario se creó para atender las realidades del país en un escenario cambiante. Advirtió que no se pueden esperar otros 200 años para ofrecer soluciones. Al respecto, se pronuncia por establecer mecanismos de participación permanente que permitan la inclusión de todos y que la plataforma Ágora sea un espacio de opinión y colaboración.

¿Qué dijo el ganador?

Alejandro Zetina, el ganador del Concurso Nacional de Oratoria, participó como estudiante de The Oxford School, bajo la asesoría del profesor Romel Adames.

Del lado económico, alertó que para generar inclusión es necesario transformar el sector agropecuario e incentivar a la industria nacional.

Hizo referencia a la frustración de las comunidades cuando sienten que no tienen oportunidades o cabida en los planes del Estado debido a las brechas que genera la centralización.

“El Pacto del Bicentenario ofrece la oportunidad de cerrar brechas desde la descentralización. El cambio reside en usar el recurso humano para la diversificación económica y social”.

Propone conceder mayor autonomía a los gobiernos locales y que las propuestas ciudadanas tengan rango constitucional.

En su mirada, la descentralización y un estado federal honraría las diferencias y en la diversidad se construiría el Panamá “que queremos para todos”.