fbpx
Foto: Violeta Villar Liste

Si alguien puede hablar del conocimiento profundo de la vida es la Dra. Mairim Alexandra Solís de González, investigadora en células madre del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES).

Este saber procede de varias experiencias, pero de manera reciente de su estudio colaborativo sobre el potencial terapéutico para covid-19 de células madre mesenquimales, derivadas de la placenta de donantes positivas al Síndrome Respiratorio Agudo Severo Coronavirus 2 (SARS-CoV-2).

De igual modo, de la investigación para determinar si la infección por SARS-CoV-2 de la placenta puede ser una vía de transmisión vertical del virus en el útero.

Pero hay razones amorosas que la acercan a la vida, más allá del laboratorio y de estos estudios sobre la placenta, símbolo del origen, incluso honrada en algunas culturas por su función protectora del bebé.

Estas razones son sus cinco hijos, de ocho, siete, cinco, cuatro y dos años. “Seguiditos”, podríamos decir.

Con sus niños ha tenido que establecer diálogos de corta edad cuando se preguntan por qué si todos se quedan en casa, “mamá debe correr hacia el virus”.

“Cuando les explico que estoy ayudando a curar a las mamás, lo entienden”, explica esta brillante científica, quien es un ejemplo a sus 33 años de cómo la vida en el laboratorio no excluye el papel de madre, esposa, hija, hermana o amiga.

En ese punto de equilibrio perfecto destaca la figura de su esposo, el ingeniero Freddy González, especializado en Acuicultura, quien fue el primero en escuchar, y apoyar la inquietud de su esposa en esta circunstancia del covid-19.

“Cuando se declaró la pandemia, algo me decía que debía buscar desde mi especialidad cómo aportar”.

La Dra. Solís tiene doctorado en Filosofía en Biotecnología y desde hace más de diez años investiga sobre células madre.

En colaboración con la Dra. Sandra López, jefa del Departamento de Investigación en Virología y Biotecnología del ICGES, estudia el impacto de virus tipo zika que penetran en la placenta e infectan al bebé.

Esta experiencia previa le permitió conectar con su propia inquietud.

Estamos hablando de marzo 2020 cuando la llegada del virus se había declarado en Panamá y el mundo comprendía que era necesario enfrentar a un enemigo desconocido.

La Dra. Solís revisó la literatura existente y no consiguió investigaciones que hicieran referencia a la posibilidad del virus de penetrar la placenta, y causar transmisión vertical en el bebé, en el caso de una mujer embarazada, contagiada con el covid-19.

Buscar y no encontrar fue un “eureka” porque supo entonces que estaba en el camino correcto: desde Panamá impulsaría esta línea de investigación.

“Fue una noche; se lo comenté a mi esposo y quedó fascinado”, recuerda.

Con este mismo entusiasmo, expresa con alegría, conversó con la Dra. Sandra López y el Dr. Juan Miguel Pascale, director del Gorgas, quien pronunció las palabras mágicas:

“Adelante; te apoyamos”.

A partir de esta frase que fue un sí comprometido, han marchado de manera simultánea, con la placenta como eje vertebrador, los dos estudios: el de células madre como terapia y el de transmisión vertical del virus en el útero.


Es decir, se trata de un protocolo con dos ramificaciones.

De esta segunda línea de trabajo (transmisión vertical) liderado por la Dra. Solís del Gorgas, con el apoyo de la Dra. Sandra López y la Dra. Erika Guerrero, en colaboración con el Hospital Santo Tomas y la Caja de Seguro Social, se acaba de publicar una investigación en la revista internacional American Journal of Obstetrics and Gynecology, luego de detectar el SARS–CoV-2, en las placentas de dos pacientes asintomáticas positivas a covid-19.

Es un aporte determinante en el cual se profundizará a continuación.

El largo camino de la investigación

El camino de la investigación es bastante complejo y si bien el compromiso y la dedicación son ingredientes poderosos, conseguir los fondos para estos estudios de placenta fue una dificultad inicial.

Sin embargo, mientras se resolvía la parte financiera, la Dra. Solís hacía las gestiones y se conformó un equipo para apoyar la investigación.

De la División de Ginecología y Obstetricia del Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid de la Caja de Seguro Social (CSS) se unieron el Dr. Paulino Vigil-De Gracia; el Dr. Jorge Ng Chinkee y la Dra. Sara Campana y, por parte del Hospital Santo Tomás, el Dr. Jaime Sánchez.

La Dra. Solís explica que aun sin fondos logró la aprobación del Comité Nacional de Bioética en el mes de mayo.

Y como perseverar siempre trae frutos, los primeros recursos (hasta octubre) llegaron de la mano del Premio Nacional L’Oréal – UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia 2020, iniciativa apoyada por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), que premió su proyecto, Potencial terapéutico para COVID-19 de células madre mesenquimales derivadas de la placenta de donantes positivas a SARS-CoV-2.

Entrega del Premio Nacional L’Oréal – UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia 2020. La Dra. Mairim Alexandra Solís de González lo recibió de manos del Dr. Juan Miguel Pascale, director del Gorgas

También ganó una convocatoria de la Embajada británica para proyectos de covid-19, por su proyecto de transmisión vertical Study on the placental susceptibility to infection by SARS-CoV-2 and the physiological and immunological sequelae on pregnancy outcomes. 

Estos incentivos han permitido continuar la investigación que son aportes globales en esta gran tarea de enfrentar el virus desde la ciencia.

Condición, positivas a covid-19

El proceso para obtener las placentas inicia con el reclutamiento de embarazadas, tanto en el Complejo de la CSS, como en el Hospital Santo Tomás, con el apoyo de los especialistas sumados al equipo.

La única condición es que sean positivas a covid-19 en el momento del parto.

Una vez la embarazada ingresa a los hospitales en esta condición de positividad al virus, y con su pleno consentimiento aprobado de donar la placenta, el equipo del Gorgas se traslada a buscar este órgano que se estudia en un laboratorio especial de bioseguridad nivel lIII.

Como es un virus emergente, los investigadores se protegen con trajes parecidos a los espaciales. Pueden pasar entre seis a ocho horas en el análisis que se hace para ambos estudios.

En el caso de células madre se aíslan de la placenta y es un proceso laborioso.

Para estudiar transmisión vertical, se divide la placenta en distintas muestras y se entrega al Departamento de Virología, responsable de detectar la positividad, y al Servicio de Patología del Hospital Santo Tomás, bajo la guía del Dr. Rodrigo Villalobos.

Dos mamás que hicieron la diferencia

Cabe señalar que desde el inicio del estudio para determinar transmisión vertical, liderado por la Dra. Mairim Solís, en conjunto con la Dra. Sandra López, habían analizado cerca de 50 placentas de mamás positivas a covid-19, pero no se observaba presencia del virus en la placenta.

Esto cambió cuando se presentaron dos casos de mujeres embarazadas en el Hospital Santo Tomás, “en su tercer trimestre gestacional que fueron admitidas para parto por cesárea y que, a través de la prueba de detección universal, dieron positivo para la enfermedad por covid-19 y permanecieron asintomáticas”.

Luego del parto, al analizar por PCR en tiempo real el ARN extraído de la placenta, “se reveló una infección por SARS-CoV-2 en el lado fetal de la placenta en ambas pacientes”.

Cabe señalar que la secuenciación del genoma completo realizado por el Dr. Alexander Martínez y su equipo, mostró que el virus detectado en esta placenta era del linaje B1 y evidenció una mutación.

La Dra. Solís señala que se encuentran estudiando si esta mutación es lo que permitió al virus penetrar la placenta.

De igual modo, están haciendo comparaciones entre estas dos placentas y las demás que el virus no logró penetrar (en total son 50 en estudio), para entender qué ocurrió.

Recuerda que la placenta funciona como una barrera que expulsa los patógenos y protege al bebé.

Solo virus como el del VIH o el zika no solo vulneran esta protección del bebé; lo contaminan.

En el caso de los dos niños de las madres atendidas en el Hospital Santo Tomás, no presentaron el virus. Se aconsejó seguimiento.

La Dra. Solís señala que existen reportes globales de madres con síntomas leves, moderados o graves que presentaron covid-19 en placenta e incluso que llegó al bebé con síntomas leves e incluso neumonía.

El equipo del Gorgas está enfocado en determinar los factores patológicos y clínicos que permitieron al virus penetrar la placenta y cómo puede afectar la salud de la madre embarazada y del bebé.

Esperan que este estudio esté listo a mediados del año y pueda ofrecer indicios a los especialistas para abordar mejor el control prenatal y ayudar al cuidado de la embarazada.

En relación con el estudio de células madre y el hallazgo de las placentas infectadas por el virus, la Dra. Solís explicó que puede ocurrir que la célula aumente su potencial regenerativo porque se adaptó al virus o que el virus no las deje funcionar.

Sin embargo, es parte del proceso de esta investigación, que al llegar a la fase de ensayo clínico, ameritaría la integración del Gorgas con centros de manejo de pacientes para acelerar los resultados y lograr un potencial terapéutico.

En lo personal, desde aquella revelación de su idea que compartió con su esposo, y consiguió apoyo en el Dr. Pascale y la Dra. Sandra López, ha sido un largo camino.

Lo ha logrado transitar con el apoyo de los suyos en casa y la admiración de un país que celebra sus logros y el de los científicos, que en medio de la adversidad de la pandemia, son la esperanza de un tiempo que de la mano de la ciencia promete ser mejor.

Violeta Villar Liste
[email protected]