fbpx
Pixabay

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
[email protected]

Hay formas muy positivas de sacar provecho de las redes sociales (RRSS), por ejemplo, nos sirven como medio de expresión de nuestras opiniones, sensibilizar, denunciar situaciones, protestar y hacer ciberactivismo en algún tema que nos motive y tener participación ciudadana.

Se parte del supuesto de que las RRSS son usadas por adultos, aunque hay niños y niñas con cuentas propias y sus responsables lo permiten e incluso lo fomentan. Esto representa todo un tema porque la edad de inicio, cada vez más temprana, implica una serie de riesgos.

Los niños, niñas y adolescentes aún no han desarrollado el nivel de pensamiento crítico necesario para usarlas sin ser afectados; y muchos adultos tampoco.

Cuando el niño o adolescente se muestra incapaz de controlar el tiempo que permanece online, evita o abandona otras actividades más importantes, pospone sus obligaciones, altera sus horas de sueño y hábitos de alimentación, además de perder oportunidades de contacto social real por elegir las redes, tenemos que considerar que estas son señales de alerta acerca de un proceso adictivo y compulsivo que tendrá resultados desastrosos si no se ataca a tiempo.

Algunos efectos negativos del uso excesivo e inadecuado son: ansiedad, depresión y trastornos del sueño, dependencia, baja autoestima y aislamiento social.

En su estudio “Autoestima y relaciones interpersonales en sujetos adictos a internet” (2007), Ana Laura Jiménez y Vanessa Pantoja, concluyen que las personas con adicción a internet presentan niveles más bajos de autoestima asociado a conductas de aislamiento y sensaciones de frustración, depresión y vacío interno.

Como vía de escape a estas sensaciones establecen la dependencia a la red como un medio para entablar contactos sociales, que le brinda seguridad y cierto bienestar que, al ser momentáneo, lo impulsa a mantener por mayor tiempo la conexión.

Según este estudio, las relaciones interpersonales de las personas adictas tienden a ser inestables y poco sólidas, determinadas por vínculos más bien dependientes.

Plantean que el instrumento tecnológico  puede convertirse en adictivo al intentar cubrir, por este medio, las carencias de protección, afecto y comprensión; sustituir los contactos sociales directos y satisfacer las necesidades inmediatas de contención, manejo de ansiedad y vínculo afectivo con otros, bajo un esquema de anonimato que les permite mayor libertad para expresarse tal como son.

¿Tengo baja autoestima porque uso RRSS excesivamente o uso RRSS excesivamente porque tengo baja autoestima? Es una buena pregunta para reflexión personal.

Si has notado que tú o alguno de tus hijos(as) manifiesta algunos de los siguientes comportamientos; entonces es momento de buscar ayuda y ponerle un límite sano al consumo de RRSS:

  • Ha aumentado el tiempo que pasa en las redes sociales.
  • Necesita x cantidad de likes  para sentirse bien.
  • Necesita pasar más tiempo conectado o publicar más para obtener las mismas sensaciones.
  • No suelta el celular cuando está en una interacción social real, o sea que se aísla con su dispositivo.
  • Manifiesta malestar por no poderse conectar.
  • Se afecta excesivamente por los comentarios positivos o negativos que recibe, o por la ausencia de comentarios.

En próximas publicaciones conversaremos de qué se puede hacer para manejar la conducta adictiva a los dispositivos y a las RRSS.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)