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Amigos lectores:

Hoy venimos con una edición de 14 páginas. Les cuento.

Con esa lucidez, esa que constituye su personalísima marca, la narradora, ensayista y académica mexicana Margo Glantz responde a la entrevista que le hizo Claudia Cavallin, en septiembre. Todo vibra en el intercambio. Además de las consideraciones literarias que le propone Cavallin, la conversación también se asoma hacia la activa tuitera que es Glantz.

Dice: “A mí me ha cambiado la forma de escribir y de leer, sobre todo las noticias, ahora apenas leo los periódicos, mi lectura se fragmenta como mi narrativa. Las redes sociales me informan, me construyen y destruyen, han organizado mi vida de manera diferente, me hacen vacilar y desconocer las jerarquías, me incitan a no pensar, a perder el sentido de la realidad. ¿Qué es la realidad? Supongo que de alguna manera esto les sucede a muchas otras personas.

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A mí me asombra cómo gran cantidad de usuarios confunden las redes con un psicoanalista activo, cuentan sus penas, sus logros, sus odios, sus amores, sus fracasos, sus temores ante el anónimo universo de las redes sociales que se comportan como el Dios ausente de los jansenistas: se oraba, se intentaba alcanzar a la divinidad, pero la divinidad era muda, cada quien la interpretaba a su conveniencia o a su detrimento. La divinidad ahora es mucho más plebeya”.

A la entrevista, agregué unos fragmentos de Saña, libro de Glantz por el que tengo especial aprecio. Digo a quienes no la han leído: prueben, que volverán a por más.

La página 3 está dedicada al reciente libro del historiador, ensayista y editor mexicano Enrique KrauzeSpinoza en el parque México. Conversaciones con José María Lasalle, suerte de autobiografía intelectual, que se va construyendo gracias al tino de las preguntas y comentarios del ensayista José María Lasalle. Aunque apenas he cruzado las primeras 200 páginas me siento autorizado a calificarlo: es extraordinario. Krauze luminoso, mente en movimiento, memorioso, agradecido hacia el hecho de vivir. No se trata de un cauce sino de un delta que se abre a la historia política y social de México, a los autores y corrientes literarias en lengua española, hacia los autores de la modernidad occidental y, por supuesto, a los grandes debates políticos e ideológicos del XX y de lo que llevamos del XXI.

Me inhibo de añadir otros elogios, porque todavía tengo por delante otras 500 páginas sobre las que tengo las mayores expectativas. Viene un comentario de Ibsen Martínez en la página 2 (“Enrique evoca lo más numinoso de las conversaciones con su abuelo y con ello pone en marcha un libro que adopta la forma de una conversación transcontinental, comenzada mucho antes de la pandemia, con su amigo español José María Lassalle”), y un fragmento del libro, mínima degustación de su palpitante riqueza.

¿Qué sigue en las 11 páginas restantes? Una serie. Elaboré un cuestionario de 9 preguntas, bajo el rótulo de Miradas sobre el mundo: las amenazas que penden sobre nuestro tiempo, el ánimo predominante en el espacio público, la tensión entre bienestar y malestar, la percepción del mundo en transición, el modo en que el pasado se proyecta sobre el presente, las interrogantes personales sobre el futuro y más.

Invité a un grupo de autores a responder las 9 preguntas. Interesa no sólo por lo que cada uno responde, también porque las preguntas o, si se quiere, sus ámbitos temáticos nos interrogan. Los tiempos que transcurren, difícilmente nos permiten mirar hacia otro lado.

Respondieron Alejandro Sebastiani VerlezzaÁlvaro MataAzalia LicónCarlos KatanCarlos EgañaGeidy Querales OrtegaHensli Rahn SolórzanoLiliana LaraMario MorenzaOriana Reyes y Rosbelis Rodríguez. Múltiples miradas sobre el estado de cosas en el mundo. Inquietudes: con ellas les dejo.

Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional

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