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Mural ciudad que resplandece, del artista Julio Peña Tomalá. En imágenes de la Alcaldía de Guayaquil

Guayaquil es la ciudad más poblada del Ecuador con cerca de 2,560,505 habitantes, repartidos en 345 kilómetros cuadrados, en sus 16 parroquias urbanas y 5 rurales.

Por día, de manera habitual, fallecen 38 personas. Sin embargo, esta estadística dejó de ser normal y controlable con la llegada de la pandemia del covid-19. Solo el 6 de abril de 2020, fallecieron 700 personas.

La historia de Guayaquil se escribe ahora de ida y vuelta. De la muerte que se contaba en los medios del mundo y retrataba la más dramática desolación, hasta la victoria de la vida que les ha permitido frenar las muertes, ayudar al resto del Ecuador y despertar el interés de países como Panamá de replicar su método.

De hecho, en reciente conversatorio virtual organizado por la Fundación Ciudad del Saber (FCDS) de Panamá y la Alianza por el Emprendimiento y la Innovación (AEI) de Ecuador y Panamá, fue posible conocer el testimonio del Dr. Juan Carlos Zeballos, ministro de Salud de Ecuador, y de la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, quien por cierto habla con causa y conocimiento: enfermó y superó el covid-19.

El Dr. Zeballos explica que este virus no es detectable, por ningún método diagnóstico, los primeros cinco días “y esto es difícil de manejar desde el punto de vista médico y epidemiológico. En las épocas que más contagiamos es cuando no se detecta”.

Reconoce que la infraestructura sanitaria limitada fue una realidad a vencer, además de la competencia global por conseguir mascarillas e insumos.

Los ayudó declarar de manera rápida la pandemia y cerrar los aeropuertos como manera de contener de manera inicial la transmisión del virus.

Los centros médicos no estaban activados porque los profesionales se encontraban enfermos o la gente tenía temor de acudir. Esta enseñanza de Guayaquil sirvió para enfocarnos en unos equipos de pronta respuesta”.

De manera general en el caso del componente Vigilancia epidemiológica, el Ministerio de Salud de Ecuador maneja cuatro acciones:

  • Lineamientos operativos frente al coronavirus, que incluye vigilancia activa, detección temprana, aislamiento y manejo de casos de covid-19, seguimiento de contactos, comunicación y coordinación multisectorial y preparación de los servicios de salud.
  • Conformación de equipos de pronta respuesta.
  • Capacitación a profesionales de la salud de atención, epidemiólogos y equipo administrativo.
  • Fortalecimiento de puntos de entrada al país, en particular aeropuertos.

El ministro de Salud de Ecuador describe como lecciones aprendidas de esta pandemia, a partir del caso de Guayaquil y la gestión general en el país, la importancia de la cooperación internacional, establecer un trabajo mancomunado entre gobiernos locales (alcaldías) y empresa privada, activar el sistema primario de salud (el más cercano al paciente), incorporar la telemedicina y las muestras probabilísticas (inmunidad comunitaria).

La alcaldesa Cynthia Viteri reflexiona que cada día sin muertes “es una victoria y cada amanecer es el inicio de la misma batalla”.

“Las ambulancias daban vueltas y no encontraban camas, ni oxígeno. Colapsó el sistema, así como en el resto de los países de Latam”, afirma la alcaldesa Viteri, quien junto con su equipo hizo frente a la realidad para revertir el caos.

Del pico del 6 de abril de 700 personas fallecidas en un solo día, lograron al 10 de mayo, cero muertes y así se han mantenido.

Va por partes. Presupuesto. Entre las atribuciones de los municipios o cantones en Ecuador destaca tránsito, alcantarillado o mercados, pero no tienen salud.

La decisión inmediata fue destinar recursos previstos para obra pública “al servicio de la salud y la vida”.

Mientras el Gobierno nacional aportó cerca de un millón de dólares a cada cantón, Guayaquil invirtió 35 millones de dólares “sin ser su competencia”, destaca la alcaldesa.

Contrataron médicos especialistas, armaron grupos y dividieron a la ciudad en sectores para salir a buscar a los enfermos en sus casas y evitar que por llegar tarde al hospital, fallecieran en sus hogares o en el camino.

A la fecha, existe una estructura que garantiza la atención, tanto en sitio como domiciliaria, al paciente covid y al  enfermo con otras patologías (ver el sitio https://guayaquilviva.com/)

En concreto, Guayaquil cuenta ahora con tres hospitales de día para pacientes no covid; 35 unidades móviles, seis hospitales de día para pacientes covid y una antigua maternidad rehabilitada, así como cinco puntos fronterizos para atención primaria.

Disponen de 300 camas con oxígeno para evitar que el paciente en etapa crítica colapse.

Cuatro mesas forman parte del pilar de esta gestión:

Mesa técnica. Genera los protocolos diarios, desde definir el uso de la mascarilla hasta las medicinas a suministrar.

Mesa de data. Para llevar el control estadístico de los fallecimientos en Guayaquil.

Mesa humanitaria. Durante 120 días llevaron alimentos, productos para desinfectar e incluso comida para las mascotas a los hogares y así evitar que las personas salieran de sus casas. Cerca de 25 ambulancias se encargaron de trasladar a los enfermos a los centros de salud.

Mesa económica, de reciente activación, para impulsar la parte económica con ayuda de los gremios.

Viteri destaca el papel protagónico de la empresa privada en el éxito de la gestión, al punto que para evitar las demoras en la adquisición de medicinas, se creó el Comité Empresarial encargado de gestionar su compra y luego el municipio las recibía como donación.

Otra gestión importante es la de los líderes comunitarios, quienes apoyan en ubicar a los enfermos y controlar que se guarde la cuarentena.

Disponen de una aplicación tecnológica que informa si la persona rompió el cerco epidemiológico.

Caterina Costa, presidenta de la Cámara de Industrias de Guayaquil, reconoce que desde el 16 de marzo la ciudad comenzó uno de los periodos más duros de su historia.

Del lado de las empresas, crearon el Comité Especial por Coronavirus de Guayaquil, que entre otras acciones generó programas, comités y fondos para atender con alimentos y medicinas a los residentes de la ciudad y otras regiones del país: “Solo así hemos podido llegar al punto donde estamos”, afirmó.

Paúl Palacios, coordinador de la iniciativa Unidos alimentamos más, explicó que el proyecto nació a mediados de marzo a partir de dos reflexiones:

Ninguna persona podía dejar de comer. Si no éramos capaces como sociedad civil de lograr que cada familia se alimentara, no podíamos pedirle que se quedara en casa.

Debimos definir el rango de acción para atender a todos. De manera errada, al principio, pensamos que la cuarentena duraría entre dos a tres semanas.

La experiencia del terremoto del año 2016 ya les había hecho ver cómo los kits de alimentos era la manera más sencilla de atender a la población, para lo cual se unieron con una cadena de supermercados que ayudó con la logística.

La Iglesia católica y los líderes evangélicos aportaron mucho para alcanzar la última milla y hacer real la tarea de entregar los alimentos casa por casa. También apoyó la municipalidad y los camiones del ejército de Ecuador.

Entre otros consejos, el vocero de Unidos alimentamos más señala que es mejor no recibir dinero en efectivo; generar rendición de cuentas y no hacer política de la entrega de alimentos.

Durante este encuentro virtual para conocer la experiencia de Guayaquil, participaron Juan David Morgan, como presidente de la junta directiva y junta de síndicos de la Fundación Ciudad del Saber; Jorge Juan de la Guardia, coordinador general del movimiento #Todo Panamá y Judy Meana, gobernadora de la provincia de Panamá, además de Irene Perurena, vicepresidenta ejecutiva de Ciudad del Saber, Andrés Zurita, director ejecutivo de AEI y Virginia Matos, presidenta del directorio de AEI Panamá.

Morgan señaló que en Panamá se declaró la emergencia sanitaria y se tomaron decisiones, destinadas a apoyar a los más vulnerables. De igual modo se elaboraron las normas jurídicas para institucionalizar el manejo de la crisis, “pero la situación de la pandemia ha venido empeorando y esa realidad nos obliga a reconocer si cometimos errores y aprender de Guayaquil, donde la unión de gobernantes y gobernados permitió superar la crisis”.

Observa que si bien se convocó al sector privado, una alianza temprana entre lo público y lo privado habría evitado que “Panamá se sitúe entre las naciones con más contagios por número de habitantes, si bien no dudamos del esfuerzo supremo de los funcionarios públicos”.

En este contexto resalta la importancia de un movimiento como #TodoPanamá, punta de lanza para lograr la suma de esfuerzos y lograr “una pronta recuperación económica que evite mayor sufrimiento “.

Jorge Juan de la Guardia destacó el valor de la iniciativa #Todo Panamá, que si bien, reconoce, llega con retraso, ha generado el entusiasmo de la sociedad y es el comienzo de otra historia que merece ser contada de ida y vuelta, al seguir, entre otras, las lecciones de Guayaquil.

Violeta Villar Liste
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