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La endometriosis afecta a más de 170 millones de mujeres en el mundo.

La Asociación de Endometriosis Panamá (Aenpa) que trabaja en apoyar a este tipo de paciente y en generar educación y orientación, si bien no maneja cifras oficiales, estima que cerca de 10% a 20% de mujeres pueden resultar afectadas.

El doctor Saúl Barrera, director de IVI Panamá, confirma que es “una enfermedad ginecológica crónica de origen desconocido” y su impacto dio origen a la guía digital Endometriosis #convIVIENDO que desarrolló IVI Panamá y ofrece datos que toda mujer debe conocer.

Por su valor, se reproducen algunos conceptos que pueden ayudar a la persona a identificar síntomas y acudir al especialista

¿Qué es?

La endometriosis es una enfermedad ignorada, aun cuando la padecen millones de mujeres en todo el mundo. Se produce cuando el endometrio –la parte que recubre el interior del útero y que se desprende en cada menstruación– refluye a través de las trompas hacia la pelvis.

Allí irá produciendo pequeños sangrados que, si no son correctamente degradados y eliminados por el propio organismo de la paciente, irán creando un cuadro de adherencias que provocarán dolor e infertilidad en la paciente.

Cuando decimos que la endometriosis es una epidemia silenciosa es porque, a pesar de que afecta a más de 170 millones de mujeres del planeta, apenas se habla de ella.

En términos porcentuales, se calcula que una de cada diez mujeres sufre síntomas de endometriosis, una enfermedad que está contemplada, además, como una de las principales causas de infertilidad.

Factores de riesgo

A pesar de ser considerada una enfermedad fundamentalmente hormonal, existen distintos factores que hacen que unas mujeres sean más susceptibles que otras a sufrir endometriosis:

Una primera regla muy temprana.

Tener la regla con ciclos más cortos de los 28 días habituales.

Sangrados más abundantes de lo normal en las menstruaciones.

Tener familiares con antecedentes de endometriosis.

Se ha reconocido el factor genético como causa hasta en un 10% de los casos.

Haber padecido alguna intervención quirúrgica relacionada con el útero: legrado o cesárea.

Un primer embarazo muy tardío e, incluso, no haber estado embarazada nunca.

La importancia del diagnóstico

La mejor forma de detectar la endometriosis es acudir a revisiones periódicas con el ginecólogo.

Estos reconocimientos, que constituyen una recomendación básica para todas las mujeres, se vuelven todavía más necesarios y apremiantes cuando la paciente sufre dolor.

El dolor es el síntoma más común en los pacientes con endometriosis y afecta de forma dramática a la calidad de vida de quienes la sufren.

No hay, por tanto, que normalizar el dolor, dado que un retraso en el diagnóstico de la enfermedad provoca efectos negativos psicosociales y hace vivir a las pacientes con sensación de incomprensión y soledad.

Diagnosticar la endometriosis es vital para poder mejorar la calidad de vida de las mujeres que la padecen y reducir sus probabilidades de infertilidad.

La endometriosis es una enfermedad benigna, pero progresiva, por lo que cuanto antes se detecte, mejor será la respuesta al tratamiento.

Los síntomas principales que pueden hacerte pensar que padeces endometriosis son:

  • Dolor intenso durante la menstruación
  • Dolor durante las relaciones sexuales • Dolor al orinar o defecar
  • Dolor pélvico crónico
  • Esterilidad e infertilidad
  • Sangrado al orinar o al defecar
  • Sangrado durante las relaciones sexuales
  • Alteraciones del ritmo deposicional

Endometriosis e infertilidad

La endometriosis disminuye las probabilidades de que la mujer se quede embarazada, aunque no la invalida para gestar si recibe el tratamiento adecuado.

La dificultad para concebir con técnicas de reproducción asistida dependerá de las lesiones que haya generado la endometriosis y del lugar que se haya visto afectado por la enfermedad. Aunque depende de la edad y el contexto clínico, se calcula que en los casos de endometriosis, sin importar que sea moderada o severa, la tasa de embarazo natural por ciclo es de menos de un 2% (y de entre 2% y 4,5% en los casos más leves), muy inferior al 20% de las mujeres que no padecen esta enfermedad.

Entre el 20% y el 50% de las mujeres que padecen endometriosis tienen esterilidad-infertilidad, aunque no está claro si es la enfermedad la que causa esterilidad o si las pacientes la sufren porque son estériles.

A todos los efectos, lo más importante es buscar una solución.

En general, la endometriosis ocasiona infertilidad por cuatro mecanismos diferentes:

Porque puede alterar la implantación del embrión en el endometrio, que es la parte del útero donde los embriones se tienen que implantar y crecer, lo que también dificulta el embarazo.

Porque puede producir una alteración u obstrucciones de la trompa de Falopio impidiendo de esta forma su correcto funcionamiento.

Y finalmente porque las pacientes con endometriosis sufren alteraciones bien en la calidad o en la cantidad de los óvulos y hay numerosos estudios que determinan que una menor calidad de los ovocitos repercute en menores tasas de fecundación y también en el desarrollo de embriones de menor calidad, lo que provoca menores tasas de implantación.

¿Existe tratamiento?

La endometriosis no se cura, pero sí se conocen diversos tratamientos que reducen el dolor y favorecen la gestación.

El tipo de tratamiento depende del avance de la enfermedad, del daño producido en los ovarios y de la edad de la paciente.

Las mujeres con endometriosis que se enfrentan a una cirugía tienen, además, la posibilidad de preservar su fertilidad mediante la vitrificación de ovocitos.  Existen diferentes tratamientos para minimizar los efectos de la endometriosis: La existencia de endometriosis a nivel de los ovarios hace necesaria en ocasiones la extracción de quistes mediante cirugía, intervención que puede afectar a la función ovárica de las pacientes, disminuyendo tanto la cantidad como la calidad de sus óvulos.

Esto significa que muchas de las pacientes de endometriosis van a requerir la realización de un tratamiento de reproducción asistida para conseguir hacer realidad su sueño de ser madres.

Si a esto añadimos la demora actual en la búsqueda de la maternidad, se hace más que necesaria la preservación de la fertilidad.

En mujeres jóvenes con poca afectación y que aún no desean ser madres, se recomiendan determinados tipos de medicaciones.

Estos tratamientos disminuyen el dolor, mejorando sustancialmente la calidad de vida de las pacientes, pero no resuelven el problema de la infertilidad. En casos de endometriosis profunda, que resulta muy invalidante para quienes la padecen, se sugieren distintos tratamientos quirúrgicos, que consisten básicamente en la resección de las lesiones endometriósicas en sus diferentes localizaciones mediante técnicas avanzadas de laparoscopia.