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Más allá del covid-19, las enfermedades no cesan. Los pacientes las padecen y, por su parte, los investigadores siguen trabajando de manera ardua por encontrar nuevas terapias que ayuden a curar o aliviar las dolencias.

Desde esta perspectiva, fue muy esperanzadora la ponencia virtual de las doctoras Gaby Hobbs e Isabel Arrillaga-Romany a propósito del tema “Entendiendo la leucemia y glioblastoma, nuevas terapias e investigaciones recientes”.

La Dra. Hobbs es investigadora y directora clínica del Servicio de Leucemia del Massachusetts General Hospital (MGH).

La Dra. Arrillaga-Romany, también investigadora, es directora de Ensayos Clínicos Neuro-Oncológicos del Massachusetts General Hospital (MGH).

El MGH se define como “el primer y más grande hospital de enseñanza de la Facultad de Medicina de Harvard” y se le considera el hospital número 1 en investigación en Estados Unidos (EE.UU.).

Leucemia, una lección didáctica

La Dra. Hobbs comenzó por describir la leucemia, de manera general, como cáncer de la sangre. Puede afectar a adultos y niños.

Dra. Gaby Hobbs

Algunos pacientes pueden presentar varios síntomas: pérdida de peso, cansancio, fiebre o sudores en la noche, sin embargo, algunos nunca los presentan, pero se la diagnostican cuando acuden al médico por otras razones.

Hay varios factores de riesgo, entre otros, el haber estado expuesto a quimioterapia, radiación o a ciertos químicos como benzeno, así como la edad.

Se clasifican en dos tipos:

  • Leucemias agudas y crónicas
  • Leucemias mieloides y linfoides.

Las agudas se desarrollan de manera más rápida y son agresivas, contrario al comportamiento de las crónicas: son menos agresivas aun cuando su nombre parezca indicar lo contrario.

El diagnóstico se realiza con una biopsia de médula ósea y con exámenes genéticos que permiten determinar el tipo de leucemia, además de ayudar al pronóstico y el tratamiento.

La directora clínica del Servicio de Leucemia del Massachusetts General Hospital (MGH), desde el cual se han generado 20 estudios clínicos con equipos expertos en leucemia, hizo especial énfasis en los tratamientos y en los avances en medicinas que se indican en función de las mutaciones genéticas de cada leucemia.

Para la leucemia aguda que como ya se explicó es más agresiva, se puede indicar quimioterapia intravenosa, trasplante de médula ósea, tratamientos especializados a base de mutaciones genéticas.

Lo más reciente son los nuevos desarrollos con terapias celulares (CAR-T).

Según el tratamiento, los sobrevivientes de leucemias agudas pueden desarrollar problemas cardiovasculares, de presión alta, colesterol o también osteoporosis.

En el caso de la leucemia crónica (menos invasiva), no siempre se requiere tratamiento inmediato y se usan pastillas con base en mutaciones genéticas.

Se debe considerar que la leucemia crónica puede degenerar en leucemia aguda.

Este tipo de paciente por lo general debe tomar sus medicinas todos los días y aunque pueden sentirse excelente, en algunos casos se registran efectos secundarios: cansancio, dolor de cabeza, náuseas o problemas estomacales.

Hay varios tipos de leucemias crónicas y la Dra. Hobbs se especializa en un grupo de leucemias llamado enfermedades mieloproliferativas que incluyen: leucemia mieloide crónica, mielofibrosis, policitemia vera y trombocitosis esencial.

La Dra. Hobbs detalló que en los últimos cinco años han logrado aprobación para más de 10 medicinas que mejoran la condición del paciente con leucemia y ha sido posible porque se ha mejorado el entendimiento de los orígenes genéticos de estas enfermedades.

Con las terapias celulares (CAR-T) han conseguido resultados esperanzadores en leucemia linfoblástica aguda y muchos tipos de linfoma.

Al abordar el uso de células madre, la especialista explicó que en realidad el trasplante de médula ósea es un tratamiento de células madre de donante.

Preocupa a la investigadora, en particular en la circunstancia de la pandemia, que los pacientes tienen un sistema inmunológico más débil y pueden desarrollar enfermedades comunes o infecciones.

En relación con la estadística de pacientes con leucemia, señaló que en general para Latinoamérica es difícil tener un conteo especifico porque hay pacientes que pueden vivir con leucemias crónicas sin saberlo.

La leucemia no se puede prevenir, pero en general la investigadora recomienda tener una vida activa, ejercicios y dieta balanceada que favorezca un organismo con mayores defensas para tolerar los tratamientos.

La calidad de vida del sobreviviente de leucemia es variable. En los casos crónicos deberán tomar pastillas a lo largo de su vida, algunos con una vida excelente y otros con mucho cansancio y efectos secundarios.

En algunos casos, los sobrevivientes de leucemia aguda, sometidos a un trasplante de médula ósea o solo a quimioterapia, pueden retomar una rutina normal.
La especialista advierte que en algunos casos se puede presentar la condición de injerto contra huésped, es decir, rechazo del paciente por el trasplante y esto trae complicaciones a largo plazo.

Terapias a prueba

La Dra. Arrillaga-Romany, directora de Ensayos Clínicos Neuro-Oncológicos del Massachusetts General Hospital (MGH), expuso las nuevas terapias a prueba e investigación para el glioblastoma y el glioma.

Dra. Isabel Arrillaga-Romany

También de manera didáctica, explicó que un glioma es “un tipo común de tumor que se origina en el cerebro de células gliales”. De acuerdo con la estadística, el 33% de los tumores cerebrales son gliomas.

Ahora bien, según sus características celulares, localización y severidad, existen varios tipos de glioma.

El llamado glioblastoma es el glioma más agresivo.

Cifras compartidas por la Dra. Arrillaga-Romany indican que la incidencia es de 3.5 por cada 100,000 habitantes.

Su aparición se asocia con varios síntomas: dolor de cabeza, convulsiones, náuseas, vómitos, debilidad y cambios en la cognición.

Sin embargo, no todo dolor de cabeza es indicativo de un tumor.

Hasta la fecha, aclaró, ninguna evidencia indica que teléfonos o microondas puedan incrementar el riesgo de tener tumores en el cerebro.

La única condición que puede incrementar el riesgo es una exposición previa a una radiación, por ejemplo por causa del tratamiento de otro cáncer.

De igual modo, cuando otro tipo de cáncer (pulmón, melanoma…) hace metástasis, puede atacar el cerebro.

Otra diferencia que podríamos considerar es entre una aneurisma y un tumor.

La Dra. Arrillaga-Romany observa que los síntomas referidos a una aneurisma surgen usualmente debido a un sangramiento y ocurren repentinamente, semejante a síntomas de un infarto cerebral.

Síntomas referidos a tumores cerebrales usualmente progresan poco a poco debido al crecimiento gradual del tumor.

La edad sube el riesgo del cáncer de cerebro. La mayoría de los casos ocurren en personas de 65 años o más, pero también en personas de 30 a 40 años.

En la actualidad hay varias terapias a prueba para mejorar la calidad de vida de quien padece un glioblastoma y, en concreto, desde el MGH trabajan, así como en la leucemia, en estudios clínicos colaborativos para lograr terapias prometedoras.

Esta investigación es crucial porque el glioblastoma es letal.

La ciencia ha logrado elevar el pronóstico de vida del paciente (de un promedio de 15 a 18 meses desde el diagnóstico, contra un par de meses sin intervención), pero no su curación total y es esa la meta en el largo camino de la ciencia.

Al respecto, la especialista abordó varios avances:

ASTX787 en gliomas con mutaciones IDH.

Este estudio busca mejorar el índice de sobrevivencia del paciente al inhibir el crecimiento del tumor.

De manera científica, la “desmetilación del ADN en gliomas con la mutación IDH restaura la conformación nativa del ADN y mejora la supervivencia de animales con glioma en el laboratorio”.

-ASTX727

En este caso, el ASTX727 “es un agente tomado por vía oral que contiene el inhibidor de la citidina deaminasa (CDA) E7727”.

Con este estudio además de evaluar la eficacia clínica, aspiran a comprender el impacto en la biología tumoral y determinar que el fármaco alcance al tumor.

Otros estudios se centran en estrategias que estimulan al propio sistema inmunológico para combatir el cáncer.

En el ámbito de las inmunoterapias, la doctora explicó dos abordajes:

Virus de la poliomielitis inyectado directamente en el tumor (Investigador principal en Mass General: Dr. William Curry).

Inhibidor de puntos de control inmunitario antes de cirugía (Investigadora principal en Mass General: Dra. Isabel Arrillaga-Romany).

En general, la Dra. Arrillaga-Romany destaca que los ensayos clínicos innovadores les permiten “seguir aprendiendo sobre la eficacia de nuestras terapias innovadoras y la biología de los tumores”.

Un tema inevitable es el costo de los tratamientos de enfermedades tan complejas como la leucemia y el cáncer de cerebro.

Las doctoras Gaby Hobbs e Isabel Arrillaga-Romany reconocen que algunos tratamientos innovadores son costosos y solo pueden ser administrados en centros especializados.

Ambas especialistas expusieron que mejorar la calidad de vida de los pacientes también supone agregar el apoyo familiar, mejorar la comunicación y hacer ejercicios.

En la circunstancia de la pandemia, la telemedicina les ha permitido estar en contacto más allá del espacio físico del consultorio.

Advierten, sin embargo, una preocupación que ya es común en la comunidad médica global: los pacientes, por temor al covid-19, dejan de acudir a los especialistas.

De esta forma, por evitar el virus ponen en riesgo su salud al descuidar su cuidado integral, práctica nada aconsejable. Si es importante combatir el covid-19, también lo es atender toda enfermedad que comprometa la vida y el bienestar.

Violeta Villar Liste
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