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A propósito del inicio del año escolar, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recuerda que es importante que las y los escolares y adolescentes cuenten con una buena dieta para crecer, desarrollarse y protegerse de las enfermedades, y los programas y políticas escolares son clave para lograr esta condición.

El coordinador de FAO para Mesoamérica, Adoniram Sanches Peraci, explicó que los 33 países de la región de América Latina y el Caribe tienen un programa de distribución de alimentos en las escuelas, ya que el derecho a la alimentación de niños y niñas que asisten a la escuela es parte fundamental del derecho humano a tener acceso a suficientes alimentos, inocuos, nutritivos y con pertinencia cultural, y a estar protegidos contra el hambre.

En América Latina, los programas de alimentación escolar tienen una doble función:

  • Formar hábitos alimentarios, de manera que los niños tengan contacto con los alimentos y los valoricen en función de su crecimiento sano. Hay experiencias en Chile, Uruguay y Argentina.
  • La segunda, es una función aplicada sobre todo en los países de renta media o media-baja, como los países de Centroamérica y también algunos del Caribe, que entrega en las escuelas entre 500 a 800 calorías en alimentos, ya que para muchos niños y niñas su única comida al día es la que reciben en la escuela, y son estos alimentos los que le permiten cumplir con los mínimos requerimientos nutricionales para realizar sus actividades educativas.

De acuerdo al representante de FAO en Panamá, esta doble función de los programas de alimentación escolar debe procurarse y mantenerse según el contexto y las particularidades de cada territorio, ya que son condición fundamental para contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos el ODS1 (fin de la pobreza), ODS2 (hambre cero), ODS3 (salud y bienestar), ODS4 (educación de calidad), ODS8 (trabajo decente y crecimiento económico) y ODS10 (reducción de las desigualdades).

Pero, ¿qué factores deben ser determinantes para que los países garanticen estos programas de alimentación escolar?

La FAO destaca básicamente tres:

El primero, un sólido marco regulatorio con un mecanismo innovador de compras a nivel nacional, que minimice la tradición de importar alimentos procesados para distribuir a los niños y más bien brinde esa posibilidad al país de que la comunidad rural ofrezca los alimentos, sobre la base de las Guías Alimentarias Basadas en Sistemas Alimentarios (GABSA) que impulsan los Ministerios de Salud en todos los países, y que incorporan la distribución calórica y proteica para la función de los niños dentro de las escuelas.

Un segundo factor es la coordinación institucional, porque la responsabilidad técnica de los programas de alimentación escolar no es únicamente de los ministerios de educación.

Y el último aspecto es el tema de financiamiento, ya que resulta de fundamental importancia contar con recursos para acelerar las compras y brindar los alimentos a los escolares.

Para la FAO, iniciar el año escolar frente al desafío alimentario actual es un reto de toda la región, pero ante el cual la Organización insiste en que con la contribución de todos los sectores se puede cumplir con el gran sueño de la región: que las niñas y niños escolares puedan consumir los alimentos necesarios, tanto en cantidad como en calidad y con pertinencia cultural, mientras están en la escuela.

Comunicado FAO