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En quirófano y en la oficina, María Teresa Párima cumplió 71 años activa como enfermera y 92 de edad. Foto: Cortesía MTP

Por: Keren Torres Bravo Fotos | Cortesía MTP

Keren Torres BravoPeriodista de Lara, coordina los estados Lara, Falcón y Yaracuy para el portal de noticias venezolano El Pitazo. Es colaboradora de Ipys Venezuela y stringer en la región para la agencia Reuters. Graduada en la Universidad Fermín Toro, de Barquisimeto

Decidida y enfocada. Así ha sido María Teresa Párima durante sus 92 años de vida, una edad cronológica que no define la actitud de esta enfermera, porque como ella misma cuenta, mientras esté capacitada y tenga su mente conservada como cuando tenía 20 años, seguirá al mando del departamento de enfermería del Hospital Carlos J. Bello, de la Cruz Roja Venezolana, en Caracas.

Su historia se dio a conocer gracias a un tuit que se hizo viral, donde la mencionaron como ejemplo de vida, una “verdadera influencer”, con 71 años activa en su profesión y la trabajadora más antigua de la institución de salud.

“Estoy sumamente agradecida, emocionada y orgullosa por todas las muestras de afecto que han tenido hacia mí en esa red social. Estoy bailando y celebrando con arpa, cuatro y maracas”, manifestó con alegría.

Incluso, cuando se solicitó la entrevista para La Web de la Salud, la asistente de María Teresa Párima respondió que agendaría la cita cuando la enfermera saliera del quirófano, porque ella no solo atiende temas administrativos como directora del servicio, sino que trabaja de la mano con los médicos en las cirugías programadas, como especialista en el área de anestesia.

“Ayudo a todo el personal que tengo bajo mi supervisión, porque yo lo quiero así, quiero mantener el contacto directo con las personas. Trabajo con los médicos anestesiólogos en sus cirugías porque ellos se sienten más seguros conmigo, dentro del quirófano. Nunca digo que no”, dijo María Teresa durante la entrevista.

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“Estoy sumamente agradecida, emocionada y orgullosa. Estoy bailando y celebrando con arpa, cuatro y maracas”, dijo María Teresa Párima durante la entrevista. Foto: Cortesía MTP

María Teresa Párima opinó que a pesar de la migración masiva de los profesionales y de la crisis venezolana, los egresados de las universidades salen muy bien preparados.

“Siguen destacándose en otros países como excelentes profesionales, demostrando la calidad de la educación en Venezuela”, reitera Párima, quien ha sido maestra de generaciones y madrina de varias promociones en el Colegio Universitario de la Cruz Roja, donde se gradúan entre 120 a 150 profesionales en enfermería al año.

Como consejo a los recién egresados de Enfermería les recomendó que se mantengan actualizados en la tecnología médica para prestar un mejor servicio a los pacientes, además de mantenerse unidos, bajo el mismo ideal de ofrecer una óptima atención a los enfermos.

“Recordemos que no debemos tirar la toalla, a pesar de las dificultades tenemos que seguir adelante y nunca decir que no al momento de atender a un paciente o de aprender nuevas técnicas”, reiteró Párima, una máxima que ella ha puesto en práctica durante toda su vida profesional.

Para llegar a su edad, con su mente y cuerpo activos, la enfermera aconsejó llevar una vida sana y alimentación balanceada.

“Hay que levantarse temprano, hacer ejercicio, yo camino mucho y en los hospitales donde he trabajado no he utilizado los ascensores, siempre las escaleras. Tampoco tomo bebidas alcohólicas porque eso envejece”, aseguró Párima, con total convicción.

Doble celebración

“Trabajar en la Cruz Roja y hacer algo favorable para la humanidad es mi motivo para levantarme cada día”, fue una de las frases que dijo durante la conversación, cuando contó que el mismo día de su cumpleaños, 21 de septiembre, fue su graduación como enfermera, hace 71 años. Un día de doble celebración.

María Teresa Párima nació en Onoto, estado Anzoátegui, pero se mudó a la capital de Venezuela a sus quince años para estudiar y en esta ciudad se instaló, enamorada de su profesión y de sus pacientes.

“Mi familia no tenía medios económicos, éramos doce hermanos, pero la mayor me consiguió una beca y pude estudiar enfermería, después hice la especialidad de anestesia”, rememoró.

Aunque su horario es de 7:00 am hasta las 2:00 pm, con voz enfática dice que ella está dentro de la Cruz Roja las horas que sean necesarias, porque considera que la institución, donde ingresó en el año de 1960, lo requiere.

“Cuando salgo hay un transporte especial que me lleva hasta mi residencia, pero a veces me voy a pie, porque me gusta mucho caminar”, declaró Párima.

Vive con una hermana menor, de 75 años, su cuñado y sobrinos.

“Mi hermana se molesta, me han ofrecido que renuncie, que me pagan lo que gano en la Cruz Roja, pero no, yo le digo a ella que se quede tranquila, que cuando yo sienta que ya no puedo prestar el servicio con todo mi amor y cariño, renunciaré”, reconoció María Teresa, ataviada con su impecable traje y su cofia, la cual utiliza solo para ocasiones especiales.

Por: Keren Torres Bravo