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Por: Dra. Karen Courville

Por: Dra. Karen Courville, FACP
Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión.

Las vitaminas son moléculas orgánicos indispensables para diferentes funciones corporales.  Existen dos grupos: las vitaminas liposolubles (se almacenan en el tejido graso, músculos y en el hígado: Vitamina A,D,E,K) y las hidrosolubles ( poco almacenamiento en el cuerpo y los excesos se excretan a través de la orina: Vitamina C y el grupo de las Vitaminas B, conocido como complejo B).

En esta entrega nos referiremos a las vitaminas hidrosolubles.

¿Para qué nos ayudan las vitaminas?

Las vitaminas son un complemento para funciones celulares y solo se necesitan cantidades pequeñas para que se puedan producir las reacciones bioquímicas importantes para procesos de oxidación, catabolismo, producción de energía y conducción nerviosa.

La tiamina (vitamina B1, fue la primera del complejo B en descubirse) ayuda a las células corporales a convertir los carbohidratos en energía.

La rivoflavina (vitamina B2) es un cofactor en la producción de glóbulos rojos y es importante en el crecimiento.

La niacina (Vitamina B3) ayuda a mantener saludable la piel y los nervios y ayuda a la reducción del colesterol.

El ácido pantoténico (vitamina B5) es esencial para el metabolismo de los alimentos y funciona como cofactor en la  producción de hormonas.

La piridoxina (Vitamina B6) ayuda a la formación de glóbulos rojos y al mantenimiento de la función cerebral.

La cianocobalamina (Vitamina B12) también ayuda a la formación de glóbulos rojos y al mantenimiento del sistema nervioso central.

La Vitamina C o ácido ascórbico, funciona como antioxidante:  favorece los dientes y encías sanos, la absorción de hierro, favorece la cicatrización de las heridas y ayuda a mantener el tejido saludable.

¿Dónde puedo encontrar de manera natural estas vitaminas?

La tiamina o B1 la podemos encontrar en la levadura, las vísceras, el cerdo, la carne de res, los granos enteros, las legumbres y las nueces. El arroz blanco y los granos contienen poca  tiamina, El té, el café (regular o descafeinado), el pescado crudo y los mariscos contienen tiaminasas, que destruyen la vitamina B1.

La rivoflavina o B2 se encuentran en la leche, otros productos lácteos y panes y cereales enriquecidos; además se obtiene de las carnes magras, el pescado, el huevo, el brócoli y las legumbres.

La niacina o B3 se encuentra en los frijoles, la leche, la carne de res y el huevo.  De manera general los cereales se enriquecen para que haya mejor biodisponibilidad de la niacina.

La piridoxina o B6 se encuentra en las legumbres, las nueces, el pan integral y la carne de res, pero está presente en todos los grupos de alimentos.

La cianocobalamina o B12 se encuentra en los productos animales (huevos y carnes)

Algunas fuentes alimentarias importantes de vitamina C son las frutas cítricas (naranjas, toronjas, limón) y sus jugos, así como frutas con pigmentos rojos como la fresa y verdes y kiwi y algunas verduras como el pimentón, el brócoli, las papas y los tomates.

¿Existen enfermedades por déficit de vitaminas?

Las deficiencias pueden verse en casos de pobre ingesta como en población geriátrica; desnutrición, por carencia de alimentos que tengan estas vitaminas, como las poblaciones afectadas por catástrofes, los desplazados y refugiados; por algunas condiciones de riesgo, como el alcoholismo crónico; después de la cirugía de derivación gástrica y en algunas situaciones específicas, como los pacientes en hemodiálisis, por la remoción durante el tratamiento; o en los pacientes con Enfermedad Renal Crónica avanzada, por una ingesta deficiente.

La deficiencia de tiamina (B1) en las personas con consumo excesivo de alcohol puede producir un síndrome de Wernicke-Korsakoff, que causa hormigueo y entumecimiento en las manos y los pies, pérdida de memoria grave, desorientación y confusión. De manera menos frecuente se puede producir una enfermedad llamada “beriberi” que, produce además del hormigueo, la pérdida muscular y la falla en los reflejos.

El déficit de riboflavina (B2) puede producir palidez y maceración de las mucosas en las ángulos de la boca (estomatitis angular) y las superficies del ángulo de los labios (queilosis), y que además produce unas grietas lineales superficiales y la lengua puede presentar un color magenta. 

También se puede producir una dermatitis seborreica, que produce unas lesiones rojizas descamadas y con una superficie oleosa, que suele afectar los pliegues nasolabiales, orejas, párpados e incluso los genitales.

La deficiencia de niacina (B3) produce pelagra, que se observa sobre todo en personas que consumen una alimentación a base de maíz y en los alcohólicos; o en trastornos de absorción intestinal y renal. Presentan pérdida del apetito, debilidad generalizada e irritabilidad, dolor abdominal y vómito,  “glositis” o lengua roja brillante y una erupción o exantema pigmentado y escamoso característico, con predominio en las zonas expuestas a la luz solar.

El déficit de piridoxina (B6) produce una neuropatía periférica, resultados anormales en el electroencefalograma y cambios de personalidad que inducen depresión y confusión.

Un déficit grave de cianocobalamina (B12) puede provocar un daño neurológico con hormigueo o pérdida de sensibilidad en las manos y los pies, debilidad muscular, dificultad para caminar, confusión y demencia; además puede producir un tipo de anemia que se conoce como anemia perniciosa.

La deficiencia de vitamina C provoca escorbuto, que se manifiesta con fatiga generalizada, encías inflamadas y sangrantes; y manifestaciones de hemorragia en las articulaciones, la cavidad peritoneal, el pericardio, las glándulas suprarrenales y, cutáneas (petequias, equimosis, hemorragias perifoliculares). En los niños, la deficiencia de vitamina C puede ocasionar alteración del crecimiento óseo.

¿Cómo debo suplementar la dieta?

Para una adecuada ingesta de vitaminas, lo más importante es consumir una dieta balanceada, que incluya una adecuada cantidad de todos los alimentos.  Hay algunas condiciones específicas que podemos mencionar.

Las personas que tienen una dieta mayormente basada en arroz, las personas con alto consumo de té y café se recomienda utilizar un suplemento de Tiamina. También se debe suplementar en los pacientes con uso crónico de diuréticos, por el aumento de las pérdidas en orinas.

El tabaquismo, el embarazo y el estrés aumentan los requerimientos de B6, por lo que se deben suplementar. Los pacientes vegetarianos deben realizar una suplementación de complejo B, especialmente la B12, por la ausencia de esta vitamina en los vegetales.

Debido a que la hemodiálisis elimina vitaminas hidrosolubles, estos deben recibir un suplemento vitamínico de complejo B y Vitamina C por lo menos 3 veces a la semana.

Tomar >2 g de vitamina C en una sola dosis puede provocar dolor abdominal, diarrea y náusea. Además, se puede metabolizar a oxalato, y en pacientes con predisposición a cálculos renales de este tipo se recomienda usar dosis bajas si requiere suplemento.

Los excedentes o las cantidades excesivas de estas vitaminas salen del cuerpo a través de la orina. Deben consumirse regularmente para evitar carencias o deficiencias en el organismo, pero una dieta balanceada debe ser suficiente para mantener los niveles en los valores adecuados.

Por: Dra. Karen Courville, FACP