fbpx
Pixabay

Los efectos terapéuticos de la música han sido reconocidos en todos los tiempos y en todas las culturas. Desde los grandes filósofos griegos como Aristóteles  o Pitágoras, y los filósofos chinos mas importantes de la historia como lo fue Confucio, la música siempre se mencionó como una herramienta relacionada con la salud, la cohesión social y la gran maquinaria del universo.

En la actualidad, tenemos pruebas científicas del funcionamiento de la música, y cómo esta nos afecta física y psicológicamente.

El desarrollo de la Neurociencia nos muestra que la música es procesada en todo el cerebro, y no solo en una región como antes se pensaba, afectando todo nuestro cuerpo y mente. La música también nos afecta consciente e inconscientemente y bien utilizada, nos puede beneficiar la salud mental y física.

Durante la pandemia del covid-19 hemos visto cómo muchas familias han sufrido por la cuarentena, el encierro, hospitalizaciones, estrés por la incertidumbre laboral e incluso sufrimiento por las pérdidas de vida.

En estos momentos tan difíciles debemos recordar que la música es nuestra aliada y sabiendo cómo utilizarla, nos puede ayudar a pasar esta crisis con tranquilidad, dignidad y esperanza.

Unos de los aspectos mas importantes de la música es que es una experiencia universal, es sentida y disfrutada por todas las edades y condiciones de salud.

Desde alguien muy saludable hasta alguien muy enfermo puede utilizar la música para su beneficio. Gracias al desarrollo de la Musicoterapia en el mundo, hoy tenemos investigaciones científicas que demuestran que la música puede ayudar a mejorar la respiración, bajar la presión arterial y mejorar el ritmo cardíaco y relajar la tensión muscular, entre otros beneficios.

La musicoterapeuta, doctora Susan Hanser, autora y profesora del departamento de musicoterapia de Berklee College of Music, menciona que incluso existen protocolos establecidos para el  manejo del dolor a través de la música.

“Se basa en un modelo de terapia cognitivo conductual, que postula que los nuevos pensamientos, sentimientos y estados corporales pueden estar condicionados para reemplazar los patrones disfuncionales. Específicamente, un cuerpo relajado e imágenes visuales agradables pueden reemplazar la tensión y la preocupación cuando están condicionadas como respuesta  a una música familiar y relajante”.

El proceso de acondicionamiento tiene lugar cuando escuchar esta música se combina con una relajación profunda a través de la práctica repetida.

Con el tiempo, la música sola da la respuesta.

“El protocolo de musicoterapia está diseñado para realizar varias funciones incluyendo desviar la atención del dolor o la ansiedad, distraer al oyente con música reconfortante, proporcionar un estímulo musical para la respiración rítmica, y ofrecer una estructura rítmica para la liberación sistemática de la tensión corporal”.

La música también sirve para indicar imágenes visuales positivas, condicionar una respuesta de relajación profunda, para cambiar de humor, centrarse en pensamientos y sentimientos positivos, y celebrar la vida.

En tiempos de cuarentena podemos utilizar los efectos terapéuticos de la música para nuestro beneficio comenzando con reconocer qué música nos gusta, nos ayuda a ejercitar, estudiar, dormir, bailar. Cuando despertamos, dependiendo de cómo queremos comenzar el día, podemos hacer el desayuno con nuestra grabación del pianista Chopin para mantenernos tranquilos y centrados, comenzando el día pensativos y meditando qué haremos de productivo en este día de cuarentena.

Cuando ya amaneciste con vitalidad, esperanzado de que vienen momentos mejores, puedes levantarte con un solo de John Coltrane o alguna música que te haga reflexionar, te cuestione o te empuje a ser creativo.

Si amaneces con dolor de cabeza, tal vez te sea mejor cerrar las ventanas y que el silencio (un importante factor musical) haga su efecto.

Durante el día puedes utilizar diferentes canciones para pasar tu día y hacerlo productivo. Si quieres hacer ejercicio físico, un tempo mas rápido te ayudará a mantener el ritmo del ejercicio, una canción de salsa, merengue, bachata o rumba junto con un buen baile, puede incluso ser la actividad física del día. En la noche, cuando quieres que los niños y los adultos bajen la energía y se preparen para tener una buena noche de sueños, la música cambia nuevamente. Puedes poner música de fondo tranquila, de tempos mas lentos, e incluso terminar el día con grabaciones de música meditativa, o sonidos de la naturaleza.

Los ritmos, las melodías, las armonías, se quedarán grabadas en nuestro cerebro para siempre. Hoy en día tenemos mucho acceso a la música en el internet, apps, teléfonos, radios, y otras plataformas electrónicas.

Tomemos este tiempo de cuarentena para reflexionar sobre nuestra relación con la música. Qué música disfrutamos, cuáles son los mensajes de sus cantos, cómo me afecta, cómo la quiero utilizar para el beneficio de mi bienestar.

Hagamos un horario del día y pensemos en qué música debe ir con qué actividad. Cuáles emociones me causa cierta música y por qué, así como cuáles son las canciones que me suben el ánimo.

Tal vez este es el momento para aprender un instrumento o retomar el instrumento que dejamos hace años. Tal vez es la música lo que nos faltaba para pasar la cuarentena.

SECCIÓN OPINIÓN

De la autora

Patricia Zárate de Pérez

Profesora en el Departamento de Musicoterapia de Berklee College of Music, Boston, Estados Unidos, y fundadora del Centro de Musicoterapia de Panamá