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Por: Hisvet Fernández

Hisvet Fernández es psicóloga social, feminista, activista de los DDHH de las Mujeres y los Derechos Sexuales y Reproductivos, directora del Centro de Capacitación para la Vida (Cecavid). Integrante de la Alianza Salud Para Todas. Coordinadora del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, núcleo Lara. 
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@psicohisvetfernandez

Cuando entre las personas se establecen relaciones, cuya vinculación está basada en la necesidad urgente de una persona con respecto a la otra, se generan relaciones devastadoras.

En este tipo de relaciones se establecen vínculos traumáticos, entre quien necesita y sus protectores, en particular cuando se convierten en sus abusadores.

Se refiere al vínculo o apego no sano que puede establecerse entre una persona, en su mayoría mujeres, con otra u otras personas que hacen las veces de sus “protectoras” o “salvadoras”, y por esa dependencia, pueden abusar de ella.

Este vínculo de aparente protección incluye también el vínculo que se estable con quienes, en algún momento, pudieron ser sus captores o secuestradores, como en el conocido Síndrome de Estocolmo. Las personas cautivas llegan a tener sentimientos de confianza y “afecto” por las mismas personas que les capturaron y les retuvieron, en contra de su voluntad, ya que su vida depende de estos y por eso agradecen las “atenciones” recibidas dentro de su cautiverio.

Suele darse también en relaciones familiares, con patrones de crianza y convivencia caracterizadas por el abuso sostenido, hacia quienes están en situación de dependencia para sobrevivir: material-objetiva y subjetivamente.

Es el caso de las infancias sometidas a crianzas violentas y represoras, que por lo general no tienen cómo escapar de estas relaciones.

Igual sucede en las relaciones de pareja, de noviazgo, matrimonio y convivencia, bajo la pauta del amor romántico de la heteronormatividad, que conllevan relaciones inmersas en el Ciclo de la Violencia, en las que el hombre detenta todo el poder y la mujer depende en todos los aspectos de este.

Ingeborg Kraus, psicoterapeuta alemana especialista en trauma, caracteriza las relaciones que se establecen entre los proxenetas y las mujeres dentro de la prostitución y la trata como relaciones con “vínculo traumático con tu abusador”.

Nos plantea que estas relaciones perversas se establecen por igual y con igual nivel de afectación sobre las víctimas, dentro de las relaciones de prostitución (incluso la “voluntaria” o por decisión que suelen ser definidas como “trabajo”) y las de la trata y la esclavitud sexual.

En estas relaciones el daño a las víctimas es de la misma intensidad y deterioro ya que menoscaba su integridad física, emocional y social.  

La dependencia emocional, social y económica está como telón de fondo de toda relación con vinculación traumática.

Puede que estas relaciones, en algunos casos, se trate de relaciones entre personas codependientes y narcisistas, pero esto hay que diferenciarlo finamente de la dependencia por extrema necesidad, ya que en estas relaciones de vínculo traumático juega un papel muy importante el nivel de autonomía real de la persona que está en la situación de víctima del abuso, sea este emocional, cognitivo y/o material-económico y sexual.

Las personas en extrema necesidad suelen sentirse amadas y cuidadas en estas perversas relaciones.

Sin embargo, la relación es dañina en el tiempo ya que se van generando vínculos tóxicos, por una parte en quienes se sienten “imprescindibles” y “dueñas” de la vida de quienes dependen de ellas y también en las personas dependientes.  

El abuso emocional, mental y a veces físico se va apoderando de la relación y las personas dependientes se manejan entre el “agradecimiento” que genera la obligada dependencia y sus derechos, como el de tener capacidad de decisión sobre sus vidas.  Ante cada tentativa de liberación, de esta relación de sujeción, la víctima recibe críticas que le llenan de culpa y refuerzan su dependencia.

Mientras más se acerque una persona, dentro de una relación de dependencia, a la persona de la que depende, en busca de amor, reconocimiento y aprobación, más se fortalecerá el vínculo traumático.

Esto también significa que quien depende tendrá que permanecer en la relación, aun cuando el abuso se intensifique, lo que crea un ciclo destructivo.

Se mantiene en la creencia culposa de que si logra complacer las aspiraciones de quienes depende, reconociendo lo que hizo mal y deja de hacerlo, estará de vuelta la parte amorosa de la relación.

Para las personas dependientes, por extrema necesidad, estas relaciones perversas son muchas veces estrategias de supervivencia. Porque sus realidades les obligan y empujan a soportar estas relaciones basadas en una vinculación traumática y condicionada.

Efectos sobre la salud mental, física y social

Las víctimas de estas relaciones de dependencia, por extrema necesidad, por lo general sufren gran deterioro, en su condición de personas ya que su salud se ve muy comprometida de manera integral.  

El deterioro de las condiciones mentales y emocionales está marcado porque la única forma de mantener la relación es en un estado de disociación, que genera estrés y un trauma severo.

Las salidas que se les plantea a quienes viven en medio del abuso, en relaciones con vínculos traumáticos con sus abusadores, deben privilegiar el apoyo material que les permita la autonomía para salir de ese vínculo devastador.

Sin esta posibilidad real, es muy difícil liberarse. Los pasos en términos generales son: Tomar conciencia de la situación o reconocer a las personas abusadoras; Separarse de la persona abusadora, saliendo de la relación; Reconocer que elegir salir es un derecho; Comprender el gaslighting, el abuso emocional, la crítica, el control y los aspectos adictivos o de dependencia que la relación conlleva y Construir una red de apoyo con organizaciones, profesionales, amistades y familiares de confianza que entiendan la situación y sean activistas de la empatía y compasión, para que le apoyen en su camino hacia su independencia.

La figura del Estado como garante de los derechos humanos y sus Instituciones es vital para erradicar las dependencias por extrema necesidad, como las que viven muchas mujeres, niñas, adolescentes, personas discapacitadas, de la 3ra edad y codependientes emocionales.

Por: Hisvet Fernández