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Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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La esquizofrenia es uno de los trastornos mentales con mayor impacto en la vida de las personas por su carácter crónico e incapacitante para quien la padece; por su complejidad y por considerarse una de las 10 principales causas de discapacidad a nivel global, a pesar de los avances en los tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos.

Está clasificado como un trastorno mental grave, dentro del grupo de los trastornos psicóticos, que puede aparecer en la adolescencia, e incluso en la infancia, o a inicios de la etapa adulta, con más frecuencia en los hombres, y debe ser diagnosticada por un especialista a fin de poder diferenciarla de otros trastornos.

Sus síntomas básicos son:

  • Pérdida de contacto con la realidad
  • Manifestación de creencias no ajustadas a la realidad, sobre sí mismos, las personas que les rodean y su entorno, conocidas como delirios.
  • Presencia de alucinaciones auditivas verbales (escucha de voces que les hablan y dicen lo que tienen que hacer)
  • Afectación de las emociones y los comportamientos de manera incapacitante, debido a la tendencia a la apatía y pérdida de interés en sus propias vidas y  el aislamiento social.

Sin embargo, el paradigma en cuanto al padecimiento de esta enfermedad, ha ido cambiando para no solo esperar disminución de los síntomas con la medicación, sino también lograr un proceso integral de recuperación funcional y con ello una mejor calidad de vida, tanto para el paciente como para su grupo familiar. Cuando hablamos de recuperación funcional nos referimos al proceso de cambio que permite a una persona con este tipo de trastorno logre vivir una vida significativa dentro de su familia y comunidad mientras se esfuerza por expresar su máximo potencial.

Inicialmente trataremos cada uno de los factores o pilares para la recuperación funcional del paciente con esquizofrenia, estos son:

  • Conciencia de enfermedad.
  • Adherencia al tratamiento y a la psicoterapia.
  • Prevención de recaídas.
  • Trabajo en la calidad de vida, autonomía y pro actividad.
  • Vínculos de apoyo.
  1. Conciencia de enfermedad.

Es básico que el paciente pueda reconocer y aceptar progresivamente el padecimiento del trastorno para ir generando una conciencia, dentro de lo posible,  informada y responsable de su situación de salud mental. Dependiendo del diagnóstico, el tipo de esquizofrenia y la fase en que se encuentre; ya que podría implicar la pérdida total o parcial de la capacidad psíquica y de conducción de la propia vida. Este nivel de conciencia es progresivo, porque implica todo un proceso que se inicia al asistir por primera vez al especialista para ser evaluado.

Entendemos que no es nada fácil asumir un diagnóstico de trastorno mental. Surgen muchas resistencias provenientes del miedo, la desinformación, los prejuicios y rechazo  social e incluso familiar, y la ausencia de sistemas de apoyo.

Dado que socialmente se estigmatiza  a las personas con trastornos mentales, esto repercute negativamente en la búsqueda oportuna de evaluación y diagnóstico, así como del cumplimiento del tratamiento. Una vez evaluado, por lo general luego de las primeras crisis, el paciente inicia un recorrido que, idealmente, pasa a una fase de estabilización y posteriormente de recuperación; con el efecto de la medicación, la atención especializada y el apoyo de su entorno más cercano.

El proceso de recuperación del paciente esquizofrénico involucra varias fases; entre las primeras están: el aplazamiento que se caracteriza por la negación de los síntomas, durante la cual se manifiesta confusión y desesperanza. Posteriormente se entra a una fase de conciencia en la cual se comienza a considerar posible la recuperación y hay la comprensión de que, como persona,  es algo más que su enfermedad.

Elementos importantes en esta fase de concienciación: información válida y apoyo

Las fuentes de apoyo son, básicamente, el médico y los familiares que están más cercanos al paciente. Dentro de los factores considerados como muy importantes en el proceso de conciencia de enfermedad está la esperanza, que acompaña a un diagnóstico o a un tratamiento difícil de asumir. La esperanza es una de las cualidades de la resiliencia y viene a ser un factor protector ante la vulnerabilidad del paciente y  el estigma de la enfermedad.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)