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Por: Dra. Noralys Villarroel


La Dra. Noralys Villarroel de Espinoza es Trabajadora Social (Escuela Técnica Asistencial Dr. Luis Razetti) Antropóloga (UCV); Bombero (UCV); Especialista en Derecho, Mención: Manejo de Conflictos y Técnicas de Negociación (Universidad Castilla La Mancha, Toledo, España; Máster en revención y Protección de Riesgos Laborales (Universidad Alcalá de Henares, Madrid, España; Magister Scientiarum; Doctora en Seguridad Social; Postdoctorado en Seguridad Social (UCV). Profesora en el Área de Postgrado en Seguridad Social de la Universidad Central de Venezuela y en Cursos de Post grado en Cátedras y Seminarios

Cada 28 de abril se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, proclamación realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el año 2003 para promover la prevención de los accidentes y las enfermedades profesionales en el mundo.

Contribuir a este objetivo es primordial, considerando que alrededor de 2,9 millones de trabajadores mueren cada año debido a accidentes y enfermedades profesionales y, al menos, 402 millones de personas sufren lesiones profesionales no mortales. (OIT, Informe 2021)

Las enfermedades profesionales causan el 81 por ciento de las muertes relacionadas con el trabajo, y la mayoría de estas enfermedades son prevenibles, lo que nos permite reflexionar que estas cifras pudieran disminuirse si lográramos instaurar una efectiva Cultura de Prevención, comenzando por formar a los trabajadores y a los empleadores, e impulsando, principalmente, el autocuidado.

La pandemia evidenció la importancia de contar con un Trabajo Decente, que garantice protección en caso de contingencias y brinde seguridad y estabilidad al trabajador y a su familia.

Asimismo, hoy más que nunca se comprueba la necesidad de que en el lugar de trabajo exista una cultura de Seguridad y Salud sólida e inclusiva.

De esta manera, los trabajadores pueden plantear sus inquietudes sobre posibles riesgos en el lugar de trabajo y la Dirección colabora con ellos para encontrar soluciones adecuadas, eficaces y sostenibles.

En esto juega un papel fundamental una comunicación abierta, un diálogo basado en la confianza y que los trabajadores reciban una formación adecuada, suficiente y oportuna, que les permita disminuir los riesgos, favoreciendo una mejor calidad de vida laboral.

Para este año la campaña del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo se centra en potenciar el Diálogo Social hacia la Cultura de Seguridad y Salud.

Este debe llevarse a cabo entre gobiernos y entidades sociales y es esencial para fomentar la apropiación y el compromiso, y el fomento de tal cultura.

En esa perspectiva y, en vista de que una Comisión de la OIT visita  nuestro país, se debe aprovechar la oportunidad de plantearles la importancia que reviste que ellos, como ente rector en materia de bienestar del trabajador en el mundo, revisen las condiciones laborales de los trabajadores en Venezuela, el monto del salario mínimo, y si este realmente garantiza la subsistencia del trabajador y su familia, que conozcan las prácticas llevadas a cabo en las instituciones y empresas, principalmente, las de la administración pública.

Es una excelente oportunidad para comprobar si existe diálogo, el alcance de este, qué sucede con las contrataciones colectivas, cuál es número de trabajadores protegidos por el sistema de seguridad social, cuáles son las condiciones de los hospitales y otros centros de salud pública, en infraestructura, equipos, dotación, cumplimiento de normativas…

Es menester avanzar en la construcción de una cultura de seguridad y salud sólida a todos los niveles, para ello debemos actuar todos juntos, en la misma dirección.