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Violeta Villar Liste

Las mujeres experimentaron más síntomas de depresión, ansiedad y estrés que los hombres a causa de la pandemia, revela el primer reporte del impacto psicológico del COVID-19 en población panameña en general y uno de los únicos estudios en la región latinoamericana.

Respuesta psicosocial a la pandemia del COVID-19 en Panamá, que acaba de publicar la revista Frontiers, es autoría de científicos panameños afiliados al Centro de Neurociencias y Unidad de Investigación  Clínica del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT-AIP);  a la Escuela de Psicología de la Universidad Santa María la Antigua (USMA) y a la Florida State University, con sede en ciudad de Panamá .

Este estudio también contribuye con sus conclusiones a la investigación en población latina y países de ingresos medios-bajos.

Son los siguientes los autores de la investigación con sus correspondientes afiliaciones:

Diana C. Oviedo (1, 2, 3)
María Sofía Pinzón (2)
Sofía Rodríguez Araña (1)
Adam E. Tratner (4)
Elianne Pauli-Quirós (2)
Carlos Chavarría (2)
Camilo Posada Rodríguez (1)
Gabrielle B. Britton (1, 3)

(1) Centro de Neurociencias y Unidad de Investigación Clínica, Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT-AIP)
(2) Escuela de Psicología de la Universidad Santa María la Antigua (USMA)
(3) Sistema Nacional de Investigación (SIN) Senacyt, Panamá.
(4) Senacyt, Florida State University, con sede en ciudad de Panamá .

Ver el enlace original de la publicación:

https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpubh.2022.919818/full

Respuesta psicosocial a la pandemia del COVID-19 en Panamá tuvo como objetivo general “analizar la respuesta psicosocial ante la pandemia de COVID-19 en adultos residentes en Panamá”.

Al respecto, se tomó una muestra de 480 residentes adultos de Panamá, quienes completaron una encuesta con preguntas sociodemográficas, vinculadas a COVID-19: preocupaciones de salud con respecto al virus, conocimientos y comportamientos en bioseguridad y escalas de estrés, ansiedad, depresión, comportamiento prosocial, resiliencia, apoyo social percibido e insomnio.

El reclutamiento y la recolección de datos se llevó a cabo del 26 de marzo de 2021 al 11 de mayo de 2021.

El  estudio fue aprobado por el Comité Nacional de Bioética en Investigación de Panamá (CNBI)

Países bajo encierro

En el estudio se recuerda que a “principios de 2020, la enfermedad por coronavirus SARS-CoV-2 2019 (COVID-19) se había propagado rápidamente por todo el mundo y se declaró oficialmente pandemia en marzo de 2020”.

Los gobiernos, para evitar la propagación del virus, adoptaron diferentes medidas como cuarentenas, encierros rigurosos, restricciones de movilidad, cierre de escuelas y aislamiento de poblaciones vulnerables.

Como antecedentes señalan que medidas similares, a causa de epidemias anteriores como Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), se asociaron con un aumento de la angustia relacionada con la salud mental.

A efectos de COVID-19, estudios globales han documentado que los confinamientos originaron en las personas “altos niveles de ansiedad, depresión y estrés, así como síntomas de trastorno de estrés postraumático, irritabilidad, aislamiento, miedo, incertidumbre, ira, soledad y culpa”, entre otros.

Ocurre que este tipo de investigación se ha desarrollado de manera particular en los países de ingresos altos, “y existe una investigación empírica limitada sobre los efectos psicosociales de la COVID-19 en los países de ingresos bajos y medianos (LMIC), específicamente en América Latina”.

Panamá: un largo confinamiento

Panamá, observan, tuvo una de las medidas de confinamiento más estrictas del mundo que duró hasta finales de 2021. 

“El país implementó diversos mecanismos restrictivos para mitigar y controlar la propagación de la pandemia: restricciones de movilidad y viajes según número de cédula y sexo, suspensión de actividades educativas presenciales y actividades sociales, cierre de fronteras, control sanitario y epidemiológico, rotación de personal y teletrabajo”.

Destacan que en Panamá y otros países de ingresos bajos y medianos, la pandemia acentuó las desigualdades económicas, sociales, de salud y educativas.

De hecho, en países en desarrollo “se estima que se han perdido 255 millones de empleos de tiempo completo”, además de los graves efectos en el sector informal que es mayoritario: 67% de las personas con trabajos informales viven en países en desarrollo.

Los científicos advierten como elemento adverso el costo de la salud mental de los residentes en los países en desarrollo. 

Este contexto explica el objetivo del estudio de “analizar la respuesta psicosocial ante la pandemia de COVID-19 en adultos residentes en Panamá”.

Resultados

Características sociodemográficas de la muestra: La mayoría de los participantes eran de nacionalidad panameña (88,5 %), solteros (79,4 %), educados (76,1 % con una licenciatura o superior), mujeres (80,8 %) y convivían con una o más personas (94,4 %). 

Más de un tercio (37,3%) de los participantes estaba desempleado en el momento de la encuesta, y menos de la mitad de la muestra (46,3%) ganaba un ingreso mensual superior a $2.000.

Con respecto a la percepción de los factores de riesgo y de salud, la mayoría de los participantes (79,2 %) informó que su salud general era “buena” o “muy buena”, documenta el estudio.

El 26,9 % informó tener una o más enfermedades crónicas (p. ej., diabetes, hipertensión, obesidad) y  el 21 % de los participantes informó tener un diagnóstico psiquiátrico (p. ej., depresión, ansiedad, agorafobia) y casi un tercio de la muestra (32,1 %) dijo tomar al menos un medicamento recetado. 

“La mayoría de los participantes no informó un aumento en el consumo de cigarrillos (14,6%) o alcohol (22,1%), pero la mayoría (78,3 %) reportó cambios en la cantidad de actividad física.

Cambios en el bienestar psicosocial

De acuerdo con la investigación, los participantes informaron alteraciones en su bienestar psicosocial:

El 35 % de los participantes informó niveles leves a moderados de depresión.

El 25 % síntomas de ansiedad leves a moderados.

El 51 % niveles leves a moderados de estrés. 

-El 44,1% informaron que se habían sentido socialmente aislados de los demás durante el confinamiento. 

-Las áreas más negativamente afectadas fueron las actividades recreativas y pasatiempos (74,6 %), las relaciones sociales (67,7 %), la salud mental (62,9 %) y la economía (50,4 %). 

-El 12% cree que tiene riesgo de contagio de COVID-19 por padecer una enfermedad crónica, el 9% por ser adulto mayor y el 7% por alta exposición al virus en el trabajo. El 9% dijeron estar en riesgo debido a varias condiciones: embarazadas, inmunodeprimidos, fumadores…

Conciencia del autocuidado

El estudio señala que la mayoría de los participantes (93%) “informó conocer, cumplir y estar de acuerdo con las medidas de bioseguridad recomendadas por el Ministerio de Salud (Minsa)”.

Incluso “el 93,8% manifestó que cumplía con las medidas de bioseguridad porque quería cuidar su salud”.

Los demás señalaron cumplir las medidas por obligación o temor a ser detenidos o multados.

“Uno de cada 10 de los encuestados (11 %) fueron puestos en cuarentena obligatoria (impuesta por el gobierno) porque habían dado positivo por COVID-19 o estaban en contacto cercano con alguien que había dado positivo por el virus”. 

Mujeres con más depresión, ansiedad y estrés

El análisis de las respuestas de los participantes lleva a concluir en este primer reporte del impacto psicológico del COVID-19 en población panameña en general que “las mujeres informaron puntajes más altos de depresión, ansiedad y estrés en comparación con los hombres, pero no hubo diferencias significativas en la resiliencia, el insomnio, la prosocialidad o el apoyo social percibido”.

Los adultos más jóvenes informaron peores puntajes de depresión, ansiedad y estrés que los adultos mayores, mientras que los adultos mayores informaron puntajes más altos de resiliencia y prosocialidad que los adultos más jóvenes.

De igual modo, el estudio determinó que “los ingresos mensuales y la situación laboral no se asociaron significativamente con los síntomas de depresión, ansiedad y estrés”.

Observan que estos resultados contradicen “aún más las investigaciones recientes que documentan que una educación más baja, un nivel socioeconómico bajo y el desempleo se asocian con mayores síntomas de depresión, ansiedad y estrés”,

En general, “los hallazgos sugieren que la cuarentena, el aislamiento y el distanciamiento social tuvieron un impacto significativo en los participantes; más de la mitad reportaron sentirse afectados por la pandemia de COVID-19, específicamente en cuanto a actividades recreativas y pasatiempos, relaciones sociales, salud mental y sus ingresos”. 

Si bien estos resultados están en línea con los aportes de otros estudios recientes, que muestran las implicaciones significativas para el bienestar psicosocial de los humanos, algunas personas relataron que durante el encierro no se sintieron solas y que estaban satisfechas con el apoyo de sus seres queridos, lo cual demuestra la importancia de este respaldo para mejorar la respuesta ante la adversidad.

Los científicos señalan que este estudio aporta información útil sobre la salud mental de los panameños durante la pandemia y es el primero sobre impacto psicológico del COVID-19 en la población general, cuyos resultados están llamados a formar parte de los insumos de futuras políticas públicas en materia de salud mental, del país y de la región.

Violeta Villar Liste/Resumen de Respuesta psicosocial a la pandemia del COVID-19 en Panamá