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Después de una dura semana de trabajo, nada mejor que arrancar el fin de semana con el “viernes cultural”, esa reunión de amigos en las esquinas del barrio presagiando ya el descanso y la fiesta. Esta sección pretende hacer eso, arrancar nuestro fin de semana desde esta esquina virtual con cuentos y poemas de autores panameños para que los conozcan y los disfruten. Así que, ¡feliz fin de semana!, con sabor a literatura panameña de la buena.

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]
Diseño: Carlos García Ponte

Primera plana, un cuento de Alexander Bermúdez

Alexander Bermúdez


Alexander Bermúdez (Panamá, 1972) es periodista y escritor. Acaba de publicar La línea de destino, su primer libro, ganador del Premio Nacional de Cuento José María Sánchez 2021, un libro que “revela a un autor capaz de desenvolverse bien en distintos registros y técnicas del cuento. A una inteligente imaginación, aporta su oficio de periodista, del que rescata la mirada perspicaz y el estilo directo de escribir”.

Primera plana

Venían haciéndolo desde hacía año y medio. Siempre, en circunstancias parecidas a esta, solo bastaba con mirarse y ya estaba: cada quien sabía el rol que le tocaba interpretar. Julio tenía las características ideales para el papel: era delgado, magro y de tez cobriza, un tipo de lo más corriente. Era el típico ciudadano “de a pie», por lo que siempre Manuel lograba justificar de buena forma que a él le tocase la parte más difícil de la escena.

Aunque, observando la situación desde otro ángulo, el papel de Manuel no era del todo sencillo. Siempre resultaba difícil lograr el ángulo preciso para maquillar bien el montaje y hacerlo verosímil, y aquel balance era cada vez más difícil de lograr con cada nueva representación.

Ahora la situación no se antojaba distinta a las ocasiones anteriores. Sabían que, si llegaban a la redacción con el material que habían recabado durante el día, solo conseguirían una página doce. O una ocho, si sabían “vender» bien el material y contaban con una pizca de suerte. Ya a nadie sorprendía una gallina con tres patas o un niño intoxicado accidentalmente.

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La situación se justificaba, entonces. Julio procedió según lo acordado: se sacó la camisa, se recogió las mangas hasta la altura de los codos y se ciñó la soga al cuello. No tan justa, para facilitar la respiración. Este recurso les había hecho ganar tantas primeras planas que ninguno tenía la menor duda de que esta vez podría ser distinto. No existía mejor incentivo: la atención de cientos de miles de lectores en tu trabajo, aunque fuese solo por un día, la ponderación del director y la envidia silenciosa de sus colegas.

Manuel lo dirigía con gran habilidad. Previamente había ambientado el escenario para hacerlo lo menos reconocible que se pudiera indicó Manuel, con la cámara entre las manos y ajustando el lente hasta lograr el encuadre perfecto.

Julio atendió las indicaciones como un actor en el set. La silla no era tan alta, solo lo suficiente como para mantener la soga tensa a su cuello y dar a la escena el realismo requerido.

Déjame tomar otras, por si las moscas, dijo Manuel, como era de esperarse en un profesional de la cámara que no está seguro de haber captado la mejor imagen.

Sin que ninguno lo esperara, la silla crujió. Por intentar evitar lo inevitable, Manuel no captó la suave expresión de terror que concentró en su rostro Julio, antes de caer al vacío y quedar colgando de la viga. Hubiese sido la mejor foto.

Desesperado, Manuel intentó desmontar la soga, pero no tenía con qué cortarla. Ya Julio había dejado de estremecerse. Solo se balanceaba levemente de derecha a izquierda. Manuel se puso ansioso. Imaginaba los peores escenarios posibles. Nervioso, atinó a escribir una carta en su libreta de apuntes, en la que hablaba de una profunda tristeza, un amor no correspondido y de soledades. La dejó junto a la silla y se marchó.

Tomado de La línea del destino

Coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña:
Pedro Crenes Castro

[email protected]
(Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.