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El Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos (CIIMET) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá (UP) advirtió sobre los daños a la salud humana, las mascotas y el ambiente que produce el humo tóxico generado por la quema de llantas.

El Dr. Eduardo Flores Castro, rector de la UP, señaló que este llamado no busca quitarle legitimidad a las manifestaciones, pero es responsabilidad de la institución hacer la observación, debido al impacto que genera el quemar llantas, plásticos y otro tipo de objetos durante las manifestaciones.

El comunicado del CIIMET, centro dirigido por la magíster Hildaura Acosta de Patiño, señala que “el humo que produce las llantas quemadas es uno de los más tóxicos”.

Ocurre que las llantas están elaboradas de caucho, material que procede del petróleo, “hidrocarburo compuesto de diversas sustancias químicas orgánicas”.

“La quema de llantas genera contaminantes extremadamente nocivos para la salud y gases que aceleran el calentamiento global, la contaminación visual, del aire y de las capas de agua que se acumulan en los suelos (mantos freáticos)”, detallan.

El humo, a su vez, explican desde el Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos, tiene dos componentes: Partículas grandes que irritan piel, ojos y nariz y, los más peligrosos, partículas microscópicas (sustancias químicas), que al ingresar a pulmones y torrente sanguíneo causan modificaciones genéticas e incluso predispone al cáncer.

Daños agudos y crónicos

La exposición a este tipo de gases produce daños agudos y crónicos.

Los agudos se presentan “durante la emisión de la humareda tóxica proveniente de la combustión de los materiales”.

Los crónicos, que se reflejan meses, años e incluso después después.

Advierten los expertos del CIIMET que “las personas con problemas coronarios, de hipertensión arterial y que han tenido infartos pueden presentar mayores consecuencias”.

También, pacientes con diagnósticos de complicaciones respiratorias, niños, adultos mayores y mujeres embarazadas, son más susceptibles.

En el caso de las mascotas, sufren porque respiran aire contaminado y las partículas que desprende el humo pueden caer en su pelaje. Recomiendan bañarlas con jabones especiales.

Los químicos y metales, “al mezclarse con el agua, son depositados en el suelo y lo vuelve ácido, cambiando así su estructura”. Incluso son sustancias que se pueden disolver en el agua que luego se usa para consumo humano, señalan desde el CIIMET.

La toxicidad es variable según el humo que se respiró, la concentración del material contaminante y tiempo de exposición de la población perjudicada.

La principal recomendación de los expertos del CIIMET: no quemar llantas ni materiales contaminantes, por su impacto en la salud pública.

Violeta Villar Liste/Con información de la UP