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Las redes sociales ya son una parte significativa de nuestra cotidianidad. Medios de amplificación, los define la periodista mexicana María Elena Meneses (1961-2018), para diferenciarlos de los medios de contenidos o periodísticos.

De manera indudable, han otorgado nuevas maneras de comunicar, expresar, informar y hasta de hacer negocios. Desde las personas más jóvenes, hasta las más adultas, las utilizan con gran frecuencia.

En el 2020, Facebook, Youtube y Whatsapp se han convertido en las aplicaciones con mayor cantidad de usuarios en el mundo. Además, se estima que la persona promedio pasa dos horas y veinticuatro minutos de su día en estas redes, según un análisis de la agencia We Are Social junto a la plataforma HootSuite.

En estas semanas en las que nos encontramos en una pandemia, el Centro Latinoamericano de Información en Ciencias de la Salud (Bireme), que a su vez forma parte del Departamento de Evidencia e Inteligencia de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), reportó que las redes sociales, cuando difunden contenido calificado, de fuentes acreditadas, ayudan al control y conocimiento del virus, por su uso masivo.

Pero a pesar de informar con inmediatez, conectar a las personas, generar sensación de cercanía, y permitir una expresión global, es necesario preguntarse cuál es el resultado que tiene el uso excesivo de estos medios sociales.

El sociólogo Ángel Márquez, profesor de la Universidad Monteávila en Venezuela,  comentó que es evidente que las redes sociales tienen una influencia y presencia importante en los humanos.

En su opinión todavía no existe una afectación psicológica o sociológica directa por el exceso de su uso, porque no se ha comprobado que sea una adicción propiamente, pero alegó que sí pueden existir problemas cuando la atención hacia ellas se vuelve una prioridad, resultando en un distractor de las tareas y compromisos, o un aislador social, perjudicando las relaciones familiares y afectivas, lo cual pudiera agravarse con el tiempo.

Explicó que existe un innegable uso abusivo del tiempo y de la atención que se le concede a las redes en la actualidad, al punto de no ser considerado normal, el cual puede provocar que se dejen de atender otras situaciones, e incluso constituir un riesgo para el trabajo.

“Las grandes empresas limitan el uso del celular cuando eres un trabajador y te encuentras en su área productiva, porque  significa una distracción de las responsabilidades”, declaró el experto.

Márquez también compartió algunas recomendaciones para poner en práctica si usted siente que las redes sociales significan un problema de distracción de sus ocupaciones y actividades, o una interferencia en sus relaciones interpersonales:

  • Establecer una rutina, lo cual le permitirá organizar su día a día con horarios.
  • Colocar un límite de tiempo al usar las redes. Favorecerá la mejora de su productividad y el cumplimiento de su rutina.
  • Ordenar las búsquedas por temas y/o personas de interés en las aplicaciones que utiliza. Reducirá las indagaciones desordenadas en los medios y el tiempo perdido.

Observó que a veces las redes no son el problema y sí la persona, quien las usa como una forma de evadir alguna situación personal.

Al respecto aconseja buscar ayudar profesional para identificar el problema y no aislarse en el mundo de las redes, tratando de conseguir una respuesta que a lo mejor nunca llegará.

Por otro lado, en un estudio realizado en el año 2017 por la Real Sociedad para la Salud Pública (RSHP) en Reino Unido, confirmó que para ese momento, numerosos jóvenes entre 14 y 24 años afirmaban que estos medios de amplificación empeoraban su salud mental, al afectar su calidad de sueño, su autoestima, y/o algunos han sido víctimas del ciberacoso.

Podemos asumir que en este año 2020, los síntomas se han ampliado y empeorado, ya que constantemente aparecen nuevas redes sociales y nuevo contenido.

En función de los estudios de los expertos, deriva el exhorto a un uso responsable de estos medios, en beneficio de la salud y el bienestar.

Aun cuando sean muy informativos, interesantes y entretenidos, importante no olvidar que todo en exceso hace daño, y que la vida real no se encuentra en una aplicación.

Alejandra Velasco Zanichelli

Alejandra Gabriela Velasco Zanichelli, la autora de este texto, es estudiante del cuarto año de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Monteávila con sede en Caracas, Venezuela. Estudiante destacada, quien a la fecha mantiene un promedio de 19 puntos, también se ha formado en marketing digital, publicidad y periodismo musical. La Web de la Salud recibe esta colaboración con la satisfacción de ver su interés y compromiso, ejemplo de los valores de la juventud que se forma con la visión de un periodismo ético.