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Varios autores atendieron a la invitación de escribir la posible existencia de libros inútiles en nuestras bibliotecas. El resultado es un texto con muchas miradas, escribe Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario EL NACIONAL

Amigos lectores:

Liliana Lara, Kira Kariakin, Katherine Chacón, Juan Carlos Santaella, Michelle Roche Rodríguez, Corina Yoris-Villasana, Lena Yau, Leroy Gutiérrez, Alberto Hernández, Juan J. Rosales, Ximena Sequera Fernández, Andreína Guenni, Leopoldo Tablante, Alirio Fernández Rodríguez, Enrique Moya, Celina Carquez, Carmen Leonor Ferro, Luz Marina Rivas, Luís Pousa, Sagrario Berti, Aglaia Berlutti, Alberto Fernández R., Karen Lentini Gómez, Horacio Biord Castillo, Gerardo Vivas Pineda, Samuel Rotter Bechar, Isidoro Saturno, Mario Morenza, Jo-ann Peña Angulo, Carolina Espada, Diego Maggi Wulf, Bárbara Piano, Ricardo Bello, Álvaro Mata, Diajanida Hernández, Camila Pulgar Machado, María Josefina Barajas, Carlos Reverón Boulton, Johanna Pérez Daza, Wolfang Gil Lugo, Juan Carlos Chirinos, Keila Vall de la Ville, José Antonio Parra, Pancho Crespo, Julieta Omaña, Slavko Zupcic, Andrea Rondón, Francisco Olivares, Paola Romero, Héctor Padula, Aura Marina Boadas, Pedro Plaza Salvati, Guillermo Cerceau, Olgalinda Pimentel, Mary Elizabeth León, Carmen Leonor Ferro, Rafael Rivero, Denise Armitano, Daniela Rangel Barroeta, Betina Barrios Ayala, Blanca Strepponi, Arturo Gutiérrez Plaza, Oriana Reyes Pérez, Irene María de Sousa y María Ángeles Octavio respondieron a la invitación que les hice, sobre la posible existencia de libros inútiles en nuestras bibliotecas.

Decía el correo de invitación: “Se refiere a esos libros que viven en algún lugar de nuestras bibliotecas y que compramos, nos regalaron o simplemente aparecieron allí, y que han resultado carentes de utilidad: ocupan un espacio valioso, no guardan ningún interés, nos decepcionaron, los repelemos, los olvidamos o no alcanzamos a imaginar qué papel podrían cumplir alguna vez.

No tenemos relación con ellos, pero allí permanecen, como si esperaran por un rayo o un milagro o su desaparición inexplicable”.

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Me faltó decir que mi bibliofilia, muchas veces me ha puesto en este extremo: comprarme algún libro que, apenas he puesto un pie en la calle, perdió su atractivo. Todo esto para decir que estoy más que persuadido de que, en efecto, hay libros inútiles. No es una afirmación universal, por supuesto. El que lo es para mí, no lo es para otros. Por ejemplo, un libro no podría ser inútil para su autor.

Si esta edición del Papel Literario fuese un referéndum sobre la existencia o no de libros inútiles, el No triunfaría con ventaja abrumadora: 90% o más niega que exista tal cosa como libros inútiles.  

En los breves que recibimos hay anécdotas, reflexiones, valoraciones del libro como fenómeno de la cultura, memorias, homenajes a sus significados, comentarios que ponen en cuestión mi pregunta, humoradas y alguna efervescencia. Pluralidad del pensamiento, del ánimo, de la narratividad. El asunto recorre las páginas 1 a la 8.

Una breve entrega del Dietario, de solo tres textos, ocupa la parte superior de la página 9. Escriben Diego Arroyo GilLorena González Inneco y Gisela Kozak Rovero. La parte inferior de la página nos devuelve a un libro que circuló en Caracas, a finales de los años 80’s: Una enciclopedia de datos inútiles (Ediciones de la Flor, Argentina, 1986) del maestro del periodismo cultural y maestro de la crítica cinematográfica, Homero Alsina Thevenet (Uruguay, 1922-2005).

Alsina fundó el suplemento cultural de El País (Uruguay) en 1989, y lo dirigió con brillo durante 16 años, hasta su muerte. Su enciclopedia está habitada por el sentido del humor que era el motor interno de su prosa. Copié una de las entradas, Calendario, solo para recordar al hombre que cumpliría 100 años el próximo 6 de agosto. Está en la página 9.

Apreciados lectores: hasta aquí. Todo lo mejor.

Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario EL NACIONAL