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Entrada de la exposición Isla Barro Colorado: 100 años de descubrimiento y asombro en el Museo Nacional de Historia Natural en Washington

Salomé Ramírez Vargas | Voz de América

La primera exposición bilingüe del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) abrió en el Museo Nacional de Historia Natural en la capital de Estados Unidos, con la promesa de conectar a la comunidad hispana con importantes investigaciones científicas que se realizan en la isla Barro Colorado, en Panamá.

Isla Barro Colorado: 100 años de descubrimiento y asombro sumerge a los visitantes en los sonidos del bosque tropical mientras narra la historia de un siglo de trabajo investigativo. Una versión expandida de la exposición abrirá en la Ciudad de Panamá, en el Museo del Canal Interoceánico, en abril de 2023, mes en el que se conmemora el nombramiento de Barro Colorado como reserva natural.

“Entre los temas que exploramos es entender que el bosque tropical es uno de los ecosistemas más diversos de todo el planeta tierra y para poderlo entender tienes que tener estudios a largo plazo que identifican flora, fauna, insectos, hasta los microbios, porque todos estos componentes forman una red de vida e interactúan entre sí. Esa es la base de los estudios científicos de Barro Colorado”, dijo a la Voz de América Linette Dutari, directora asociada de comunicaciones del STRI.

La exposición expone los efectos que tiene cada especie animal en el ecosistema y cómo han evolucionado. Panamá es uno de los países pioneros en el uso de tecnología satelital para estudiar el dosel del bosque tropical y así entender factores como el patrón de crecimiento de los árboles.

“Creo que esta es una de las exposiciones bilingües más relevantes que ha tenido el Museo de Historia Natural”, agregó Dutari, quien apuntó que el objetivo de Smithsonian es “diversificar” la manera en la que se comunican con el público.

Un total de 400 personas trabajan en Barro Colorado como parte de las investigaciones de STRI. De estas, 350 son latinos y en su mayoría, panameños. Cada año, la isla recibe unos 1.200 visitantes científicos, mitad de ellos de Latinoamérica que producen cientos de artículos sobre sus descubrimientos.

Al tener su sede en Panamá, el STRI buscó “inspirar a los hispanohablantes a que visiten la exposición, desde los visitantes internacionales hasta las comunidades latinas que viven en EEUU y sobre todo, a los niños que no hablan inglés, porque ellos son el futuro de la ciencia. Son los que nos van a garantizar la sostenibilidad del planeta”.

“Casi 100 años de ciencia en el STRI en Panamá informan las acciones urgentes necesarias para alejar al mundo de las crisis climáticas y de biodiversidad”, dijo Joshua Tewksbury, director de Ira Rubinoff de STRI, al anunciar la exposición. “La maravilla que siente cada estudiante, visitante y científico cuando visita el bosque nos da la ilusión de que al fomentar la ciencia internacional a largo plazo, las personas se unirán para cuidar la vida en los trópicos”.

La isla tiene sus orígenes en 1914, cuando se construyó una represa en el río Chagres para crear el Canal de Panamá. Las aguas crecientes aislaron la cima de una montaña boscosa que se convirtió en la isla de Barro Colorado. Científicos estadounidenses que ya estaban trabajando en Panamá para estudiar la malaria y la fiebre amarilla propusieron reservar la isla como estación de investigación.

“Nuestra esperanza por la cual trabajamos esta plataforma de ciencias tan sólida es que continúen pasando investigadores latinoamericanos y dejando sus huellas en la ciencia que se genera por la Institución Smithsonian”, concluyó Dutari.

Salomé Ramírez Vargas | Voz de América