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Agilizar los planes de vacunación en los países que presentan los más bajos niveles de cobertura, mantener el apoyo a los grupos vulnerables e impulsar políticas de reactivación específicas para los sectores turismo y exportador, son estrategias que deben estar presentes en la agenda de desarrollo de Centroamérica en la etapa pos-covid.

Estos aspectos están contenidos en el informe “Centroamérica y la Pandemia: Impacto Económico del COVID-19 en 2020 y perspectivas 2021-2023, el cual fue presentado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), en el reciente foro denominado Desarrollo, impacto del COVID-19 y perspectivas económicas.

El informe ofrece un resumen del impacto económico y social de la recesión a causa de la covid-19. También tiene un apartado sobre las tendencias del crecimiento económico mundial y regional. Coordinó la preparación del informe la Dra. Florencia T. Castro-Leal, economista jefe del BCIE. 

La investigación y redacción estuvo a cargo de Miguel Ángel Medina Fonseca (economista), Fátima Velásquez (economista junior) y Rodrigo Méndez Maddaleno (economista). La revisión fue realizada por Armando E. Navarrete (economista principal)

Elementos a considerar en la agenda de desarrollo de Centroamérica en la era pos-covid

En una mirada a futuro, el informe presenta las estrategias que debe incorporar la región para avanzar en la era posterior al coronavirus.

Vacunación: “Agilizar los planes de vacunación en los países que presentan los más bajos niveles de personas con el esquema de vacunación completa. Nicaragua, Guatemala y Honduras son los países con los niveles más bajos de vacunación. 

Es crucial que en estos países se aceleren las negociaciones con las empresas productoras de las vacunas contra COVID-19, y también la búsqueda de apoyo bilateral con otros países fuera de la región para lograr tener acceso a suministros de vacunas para personas de más alto riesgo.

La recuperación económica a nivel mundial y en Latinoamericana estará sumamente ligada al avance de vacunación de los países”. 

De hecho, reseña Noticias ONU, en “un nuevo estudio publicado este mes, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) muestra que en los países en desarrollo ha sido administrada solo una mínima proporción de vacunas COVID-19, lo que ha provocado un aumento de las diferencias entre países ricos y pobres”.

En septiembre de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el ambicioso objetivo mundial de vacunar al 70% de la población global para mediados de 2022.

En ese momento, destaca la agencia, poco más del 3% de las personas de los países de bajos ingresos se había vacunado con al menos una dosis, frente al 60,18% de los países de altos ingresos.

Seis meses después, el mundo no está cerca de alcanzar el objetivo fijado.

De acuerdo con el estudio del PNUD, “el número total de vacunas administradas ha aumentado enormemente, pero también lo ha hecho la desigualdad en su distribución: de los 10.700 millones de dosis suministradas en todo el mundo, solo el 1% ha llegado a los países de bajos ingresos (2,800 millones de personas en el mundo siguen esperando su primera vacuna)”.

Este estudio del PNUD, citado por Noticias ONU, afirma que “la falta de equidad en la vacunación pone en peligro la seguridad de todos y es, en gran medida, responsable de las crecientes desigualdades tanto entre los distintos países como dentro de ellos”.   

Apoyo a los más vulnerables

El informe del BCIE, al abordar otros aspectos además de la vacunación, recuerda que la crisis económica ha generado un mayor desempleo en los países de la región, además ha provocado un incremento de los niveles de pobreza, “por lo que es sumamente importante apoyar a los sectores más pobres, ya que son los más vulnerables ante pérdida de empleos y reducción de ingresos.

Además, la tendencia creciente de la inflación a nivel mundial y en los países de la región hace más urgente el apoyo a los sectores más pobres”. 

El organismo propone crear programas de apoyo temporal al ingreso y programas que tengan por objetivo la creación de empleos. 

Reactivación de sectores turismo y exportador

El informe se inclina por generar políticas de reactivación específicas para los sectores turismo y exportador, entre los más afectados por la pandemia.

“ En el sector turismo pueden diseñarse e implementarse programas dirigidos a apoyar y fortalecer a las Mipymes.

En cuanto al sector exportador, debe mejorar los procesos y mecanismos institucionales para facilitar y agilizar los trámites que realizan las empresas para exportar”.

Otras propuestas promueven “fomentar los créditos y los esquemas de garantías para ambos sectores”, medida crucial  para “su recuperación, adaptación y transformación a la nueva normalidad de los negocios”. 

Política fiscal

El informe del BCIE indica que la política fiscal debe ser consistente con recuperar la sostenibilidad de la deuda pública. 

Cumplir con las reglas fiscales “contribuirá a generar mayor credibilidad entre los inversionistas extranjeros y nacionales, lo que apuntalará la recuperación económica. Además, es necesario replantear las prioridades del gasto público, ya que el gasto corriente en la mayoría de los países centroamericanos representa la mayor proporción del total y en algunos casos han desplazado los gastos en inversión”. 

Evitar la evasión fiscal y mejorar la recaudación de los tributos también son estrategias que se insertan en esta visión de futuro.

Al respecto, el informe propone “evaluar la ampliación de tributación directa y eliminación de exenciones como alternativas. La recaudación tributaria de los países de la región proviene principalmente de los impuestos indirectos, por lo cual es necesario evaluar impuestos directos que son considerados más progresivos en términos de redistribución del ingreso”.

Alianzas Público-Privadas 

Las alianzas público-privadas pueden favorecer la inversión extranjera directa en Centroamérica.

“Los países de la región ya cuentan con marcos normativos que establecen el desarrollo e implementación de infraestructura y servicios públicos bajo este esquema.

De manera adicional, quedan las tareas pendientes de apoyar a los gobiernos en la identificación y estructuración de proyectos bajo esta modalidad, así como del fortalecimiento institucional de las unidades encargadas”. 

Programas para la banca comercial privada

Flexibilizar regulaciones y ampliar alianzas con la banca comercial privada para el diseño de programas que permitan considerar a las remesas como colateral para el financiamiento de vivienda, emprendimientos u otro tipo de inversiones, es otra consideración expuesta en el informe del BCIE.

Estos programas deben conducir a incrementar la bancarización de los migrantes y de los receptores de remesas “y  apoyar la flexibilización de las regulaciones bancarias”, además de incorporar las nuevas tecnologías financieras (Fintech) que ayudan a reducir costos y agilizar los envíos.