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El 96% de los hogares de Venezuela están en situación de pobreza y 79% en pobreza extrema, es decir, el ingreso no alcanza para cubrir la canasta alimentaria.

Las cifras corresponden a la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2019-2020, que nace en el contexto del Proyecto Encovi, a cargo de tres universidades venezolanas: la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad Simón Bolívar (USB).

Puede ver el estudio completo en el siguiente enlace:

https://www.proyectoencovi.com/informe-interactivo-2019

Este proyecto inició en el año 2014 y en esta oportunidad, con el apoyo de las nuevas tecnologías, los investigadores sociales lograron aumentar el número de hogares encuestados.

Además, se han propuesto que los datos de la encuesta sean anuales, como una manera de combatir la falta de datos públicos sobre la situación socioeconómica del país.

Lo más valioso de las estadísticas del proyecto Encovi, es que no parten de supuestos. Es data científica que ayuda a comprender la situación venezolana e impulsar respuestas sociales.

Durante la presentación de la Encuesta Encovi 2019-2020, el padre Francisco José Virtuoso, rector de la UCAB, recordó que “Encovi no es solo un ejercicio académico, es un ejercicio de ciudadanía y compromiso, una fuente de información confiable, oportuna y de gran utilidad” que ayuda a diseñar mejores políticas públicas.

Alertó, al evaluar los resultados de Encovi 2019-2020, que los niveles de desnutrición infantil comprometen el futuro de las nuevas generaciones.

“El país se ha tornado más pobre y más desigual y los niveles de pobreza son comparables a los registrados por los países más pobres y con mayor inestabilidad política”, subrayó Virtuoso.

Anitza Fréitez, coordinadora del proyecto Encovi, expuso que en el país  disminuye la natalidad, incrementa la mortalidad en todas las edades y ha experimentado la reducción de un promedio de 4 millones de personas, en el periodo 2017-2019, debido a la emigración.

No vaticina que esta tendencia se revierta a causa de la pandemia, porque persisten las causas asociadas a la salida del país.

Fuente: Encuesta Encovi

Luis Pedro España, investigador principal del Proyecto Encovi y coordinador del Proyecto Pobreza (UCAB-Acpes, Asociación Civil para la Promoción de Estudios Sociales), sostuvo que la pobreza de ingresos es el dato más importante.

De manera fundamental está asociada a la caída del Producto Interno Bruto (PIB) y de la inflación (70% de caída del PIB entre 2013-2019 y una inflación de 3,365% inflación en el periodo marzo 2019-2020), por lo cual, observa España, “no hay riqueza para repartir ni bienestar para disfrutar”.

El ingreso promedio se sitúa en $0.72 y esto explica por qué el 79.3% de la población no tiene cómo cubrir la canasta de alimentos.

Un país que no come es un país que se enferma. Un país enfermo tampoco puede estudiar y mucho menos trabajar.

Venezuela, según la Encuesta, reúne características de pobreza similares a los países africanos y es el segundo más desigual de Latam, solo superado por Brasil.

Incluso, observa el equipo Encovi, “si se adopta el método multidimensional, el cual incluye cinco dimensiones que abarcan además de los ingresos otras variables relacionadas con el empleo, la educación, las condiciones de la vivienda y los servicios públicos, se estima que 65% de los hogares se encuentran en situación de pobreza”.

La Encovi 2019-2020, al evaluar la situación nutricional de los menores de 5 años, revela que “alrededor de 21% se encuentra en riesgo de desnutrición y 8% está desnutrido, un nivel que se distancia considerablemente del registro en Colombia (3,4%), Perú (3,2%) o Chile (0,5%).

La Encovi reporta 639 mil niños menores de 5 años con desnutrición crónica.

Según el indicador talla-edad “se ha estimado en 30% quienes se encuentran en desnutrición crónica”.

«El marco conceptual de la Inseguridad Alimentaria en el hogar se inicia con ansiedad y preocupación por la provisión de alimentos. 

Sigue con ajustes en el presupuesto del hogar afectando a la calidad de la dieta. Los adultos limitan la calidad y cantidad de la ingesta de alimentos y, por último, se afecta igual a los niños.

En el 2018 de cada 10 hogares solamente 1 podía categorizarse como Sin Inseguridad Alimentaria (SIA) y según la última medición (ETA 2020) habría solamente 3% en esa condición«, advierte la Encuesta Encovi.

La falta de alimentos también genera ajustes en la disponibilidad de recursos que afectan la calidad de la dieta y, al respecto, el estudio establece que la dieta de los pobres se basa en carbohidratos; «la ingesta de proteínas sí muestra diferencias sociales notables» y el consumo promedio nacional de proteínas es sólo el 34,3% del requerido.

Fuente: Encuesta Encovi

En relación con la situación de Venezuela en el escenario de la pandemia, España señala que el incremento en el número de casos y defunciones puede llevar al país a una “verdadera crisis humanitaria”.

De hecho, datos expuestos por el experto, indican que el 70% de los hogares observan en el precio de los alimentos el principal impacto vinculado con el covid-19.

El padre Virtuoso reflexiona acerca de la pertinencia de convertir este drama social “en exigencias de cambio y propuestas serias. La universidades, academias, ciudadanía y organizaciones tenemos que presionar para enfrentar la terrible crisis humanitaria que hoy vivimos”.

No podemos, subraya, conformarnos con sobrevivir, ver morir de hambre a nuestros niños y observar a los jóvenes emigrar.

Su exhorto es un anhelo compartido: que el eje de la recuperación económica se sustente en generar condiciones dignas para la gente

Vea la presentación completa en el siguiente enlace:

Violeta Villar Liste
[email protected]