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Violeta Villar Liste

Venezuela se encuentra en una segunda ola pandémica con alta transmisión y mayor número de casos, en un contexto de fallas en su sistema de salud, vacunas insuficientes y circulación de variantes.

El Dr. Julio  Castro, médico infectólogo y profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV) compartió estos datos durante la conferencia COVID en Venezuela de dónde venimos y hacia dónde vamos, durante el XIX Congreso Venezolano de Ciencias Médicas Dr. Francisco Kerdel Vegas, iniciativa institucional de la Academia Nacional de Medicina (ANM) de Venezuela que inició este miércoles 15 de septiembre y se prolongará hasta el sábado 18 de abril, en modalidad virtual.

Un reciente articulo publicado por el Dr. Castro junto con otros investigadores (Signatures of the Venezuelan Humanitarian Crisis in the First Wave of COVID-19: Fuel Shortages and Border Migration), el 1° de julio de 2021, refleja que  “a pesar de la primera ola retrasada, una segunda ola parece estar progresando ahora de manera más agresiva. Las infecciones y muertes continúan siendo sustancialmente infrarreportadas y la infraestructura de salud está sobrecargada”.

Ver publicación original:

https://www.mdpi.com/2076-393X/9/7/719/htm

El retraso de la primera ola obedeció a varias condiciones que describe el estudio: “Las restricciones de tráfico aéreo preexistentes y el bloqueo total del país poco después de la primera detección del SARS-CoV-2 limitaron el número de casos importados inicialmente. 

Además, una cuarentena impuesta por los militares redujo la movilidad de la población durante las primeras etapas de la epidemia” a lo cual se suma la grave escasez de gasolina que redujo la movilización de personas durante las primeras once semanas de la epidemia.

De acuerdo con la investigación, “entre enero y mayo de 2021, el porcentaje de ocupación de las unidades de cuidados intensivos en los hospitales aumentó de 20% a 60%, con Miranda, Distrito Capital, Zulia y Anzoátegui casi todos a plena capacidad (Iniciativa de Vigilancia de ONG COVID19, Boletín Semanal, 18 de abril de 2021, datos no publicados)”.

En abril de 2021, “el número de muertes por infecciones respiratorias reportadas en los hospitales casi duplicó el observado durante el primer pico en agosto de 2020 (Iniciativa de Vigilancia de ONG COVID-19, Boletín Semanal, 18 de abril de 2021, datos no publicados)”.

Los investigadores alertan en este estudio que de no tomar medidas para reconstruir la infraestructura de salud pública que falla, “se espera que aumente el número de muertos por COVID-19”.

Variantes más una vacunación insuficiente mueve al país, señala la investigación, “hacia una segunda ola más grande y más severa, con pocas estrategias de mitigación disponibles”. 

Diagnóstico clínico contra PCR

El Dr. Castro señaló durante su intervención que más allá de los datos oficiales, el monitoreo de la Encuesta Nacional de Hospitales  determinó que el 80% de los pacientes no tienen diagnóstico molecular; son valorados de manera clínica.

“La medición de PCR como único valor de monitoreo de la pandemia se puede estar haciendo cada vez más débil  y no reflejar de manera directa lo que estamos viendo en el escenario país”, advirtió como parte de las alertas amarillas que genera la situación.

Reiteró en la línea de la investigación publicada, que la ocupación de las camas por infección aguda se encuentra en niveles elevados.

“Cuando contamos el número de fallecidos por infección aguda severa, no por PCR positivo, encontramos que el número es cuatro o cinco veces el número oficial y esta data refleja bastante bien la magnitud de la proporción de casos. Estamos en una segunda ola pandémica, extendida con muy alta transmisión”, precisó.

Esta realidad se consigue con 50% de los hospitales sin tapabocas o suministros irregulares; ventiladores con 30% y 40% de ocupación en las últimas semanas.

¿Hacia dónde vamos?

Este hacia dónde vamos considera varios escenarios que enumera el especialista:

  • Elecciones y campaña
  • Vacunación
  • Interacción entre variantes Mu-Delta
  • Inicio de clases
  • Uso de medidas de control de transmisión

Las elecciones y la campaña generarán movilización. Estima que la apertura por la mesa de diálogo pueda impactar en la llegada de diésel y gasolina, lo cual se traduce en mayor posibilidad de circular.

En relación con la vacuna, advirtió que tener territorios con altas tasas de vacunación no garantiza el cese del contagio si las poblaciones no mantienen las medidas de distanciamiento y bioseguridad (mascarillas, lavado de manos…).

En Venezuela el porcentaje de población vacunada se sitúa entre el 11% y el 12%, en su mayoría personas del grupo de edades entre 45 a 54 años, que no son las de mayor riesgo, observa el Dr. Castro.

Estima que una correcta distribución de los 9.8 millones de dosis que han llegado al país, habría permitido vacunar al personal sanitario y parte de la población en riesgo.

Las variantes son otro factor a tomar en cuenta: En Estados Unidos la variante delta “tardó tan poco como ocho semanas en sustituir a la variante originaria”. Esto se traduce en 300 millones de personas afectadas.

En Venezuela, hasta julio 2021, predominaba gamma (originada en Brasil), con 72.03% de incidencia, seguida de Mu (16.20%).

Advierte que “delta pareciera tener mayor capacidad de sobreponerse a Mu”.

Otra alerta amarilla que enciende es sobre la necesidad de una dosis de refuerzo en el caso de las poblaciones con enfermedades de base o inmunosuprimidas.

Sin vacunas suficientes, como en el caso de Venezuela, es complejo, “un espejismo”, afirma el Dr. Castro, pensar en llegar al final de la epidemia por inmunidad de rebaño.

En este punto reitera la importancia de mantener las medidas no farmacológicas que han demostrado ser efectivas para cortar la transmisión y son tan básicas como lavarse las manos, mantener el uso de los tapabocas y la distancia social.