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La imagen de la Estatua de la Libertad acompaña la estrategia de vacunación de la ciudad de Nueva York

Texto y fotos: Violeta Villar Liste

La frase corresponde al gobierno local y refleja en su esencia el espíritu que recorre a la capital del mundo: La ciudad de Nueva York está de vuelta y esta vuelta llega de la mano de una intensa campaña a favor de la vacunación.  Su símbolo más universal, la Estatua de la Libertad, muestra con orgullo su brazo vacunado, en redes sociales, en vallas y anuncios de televisión. 

Además, la imagen animada de la Estatua de la Libertad, presenta su tarjeta que certifica cómo este monumento, del escultor francés Frederic Bartholdi, «con estructura de acero diseñada por Eugene-Emmanuel Viollet-le-Duc y, tras su repentino fallecimiento, mejorada y terminada por Alexandre-Gustave Eiffel, el creador de la Torre Eiffel”, no solo recuerda el gesto de Francia al honrar la democracia de Estados Unidos. 

Ahora es un símbolo de la libertad que ofrece la vacuna. 

Nacionales y forasteros recorren las avenidas de la urbe histórica a libre elección: con o sin mascarilla. 

En el transporte público su uso es obligatorio, así como en los lugares cerrados. 

La ciudad que nunca duerme debió ceder su natural energía al silencio cuando se convirtió en el epicentro de la pandemia en Estados Unidos. 

Su naturaleza global fue la causa de los casos que escalaron casi tanto como los rascacielos que hoy vuelven a mirar desde la esperanza. 

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“Nueva York está en el epicentro porque somos un centro internacional y obviamente había muchas personas infectadas que habían viajado”, dijo en su momento  Robyn Gershon, profesora de Epidemiología en la Escuela de Salud Pública global de la Universidad de Nueva York, citada por la BBC. 

Esta es una ciudad resiliente: la prueba que significó el 11 de septiembre es hoy un capítulo que demuestra cómo la ciudad y su gente estarían dispuestos a librar nuevas batallas. Y, lo más importante, a no olvidar. 

El Memorial del 11-S es un símbolo y una dignidad. En el sitio de las antiguas torres gemelas, dos piscinas con cascadas artificiales y los nombres escritos de todas las víctimas que fallecieron durante los atentados del 11 de septiembre, son exacta demostración del duelo y el respeto por quienes ya no están.

Guerra y terror son palabras que rechaza la ciudad.  Por eso sus ciudadanos, en medio del bullicioso silencio de Times Square,  el “icono del entretenimiento, la cultura y la vida” de la ciudad (https://www.timessquarenyc.org/about-the-alliance), se oponen a la guerra de Rusia contra Ucrania, noticia que es la primera plana de sus diarios más prestigiosos. 

Protesta contra la guerra que Rusia le declaró a Ucrania

La ciudad se cuida y esta lección de resiliencia la acompaña.

La subvariante BA.2 de ómicron provocó un alza de preocupación, entre diciembre de 2021 y enero de 2022, pero han redoblado esfuerzos para que la vacuna llegue a los brazos de residentes, migrantes y turistas, con centros de vacunación gratuitos. 

La comisionada de Salud, la Dra. Mary Bassett, junto a la gobernadora Kathy Hochul, en una actualización de inicios de semana, destacaron que Nueva York se sitúa entre los estados con más número de vacunados: el 83% de la población tiene al menos una dosis y el 75.9% dos dosis.  

Ganarle terreno a la pandemia, y consolidar este regreso a la vida, parte de una estrategia integral que blinda a los lugares cerrados con medidas de bioseguridad con el uso de gel y mascarilla.  

La Biblioteca Pública de Nueva York (https://www.nypl.org/node/57438) fundada en 1895, reconoce que debió adaptarse: incrementó sus servicios digitales para dar acceso al libro electrónico y apoyar el aprendizaje.

A la fecha, anuncia, victoriosa, que “reabrió todas las sucursales disponibles en el Bronx, Manhattan y Staten Island en fases para garantizar que los neoyorquinos pudieran acceder a los servicios y recursos de los que dependen”.  

El Museo Americano de Historia Natural (https://www.amnh.org/) hasta el domingo 27 de marzo exigía la vacuna para poder ingresar. El uso de la mascarilla es obligatorio.

Boletos de entrada programada y la mejora de sus sistemas de ventilación, hacen el tránsito más seguro por las salas de este museo, fundado en 1869 con la misión de ofrecer información sobre las culturas humanas, el mundo natural y el universo, con un amplio programa de investigación científica y educativa, además de sus exhibiciones. 

El Museo Metropolitano de Arte (The Met) fundado en 1870, cuyas salas reúnen más de 5,000 años de creación artística en todo el mundo, es un clásico que celebra la llegada paulatina de los visitantes (https://www.metmuseum.org/about-the-met).

Eso sí, solicita cumplir las pautas de los CDC de protectores faciales que lleguen por encima de la nariz, debajo del mentón y cubran boca y nariz.

La ciudad está de vuelta y se siente: las filas para ingresar al Empire State, a teatros de Broadway, así como la presencia masiva de los caminantes de Central Park, demuestran el espíritu de quienes están decididos a vivir en normalidad.  

Estatua del libertador Simón Bolívar en Central Park
Central Park

La música también está en todas partes: en los intérpretes solitarios de las calles que se dejan recorrer, en las estaciones del Metro o en los parques que celebran la llegada del cambio de estación al recibir a cientos de caminantes, de ciclistas, de lectores, de niños y jóvenes, de adultos y mayores.

Colores del otoño

Hoy, en la ciudad de Nueva York, y del mundo, la primavera florece como símbolo de un nuevo tiempo, más allá del prolongado invierno de esta pandemia que lleva a recordar la evocación del escritor Albert Camus y despertar con mirada sorprendida:  

“En mitad del invierno aprendía por fin que había en mí un verano invencible».