Creen que escribir es un pasatiempo, y que pretender comer o vivir de la literatura es tan absurdo que lo que debes hacer es abstenerte de cobrar
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Reseña por: Pedro Crenes Castro

Hay muy buenos escritores, pero sigue habiendo una gran confusión sobre qué es una literatura nacional y cómo exportarla, cómo valorarla dentro del país y cómo hacerla crecer
Apuntes para un diagnóstico futuro
Me preguntaron, otra vez, si la literatura me da para comer. «Claro que no, pero no es un pasatiempo, ni un emprendimiento, es un oficio», respondí.
Yolanda Castaño, poeta gallega, ha publicado un ensayo, Economía y poesía: rimas internas, en el que habla sobre cómo en general tratan de que formes parte del «mundillo literario», que pongas tu cara y tus versos o tus cuentos o tus novelas al servicio de «programas culturales» que no les pagan a los escritores. Un planteamiento interesante que también se da en Panamá.
¿Por qué no cobrar por el trabajo literario? Ya me ha pasado: pedirme participaciones en ferias, presentaciones y hasta viajes, pero cuando preguntas por honorarios o gastos todo el mundo mira mal. Creen que escribir es un pasatiempo, y que pretender comer o vivir de la literatura es tan absurdo que lo que debes hacer es abstenerte de cobrar.
Otro elemento del diagnóstico: la industria de publicar en Panamá. Si tienes plata, publicas, si no, da igual tu talento, nadie te publicará. Luego los expertos de años en el negocio insinúan que no hay privilegios en esto de publicar. El primer privilegio, tener dinero para hacerlo, y luego tener medios para promocionarte. Tenemos buenos maestros en el arte del producto literario. Pero ya se abordará con profundidad y con nombres, para que el diagnóstico sea efectivo.
Luego está la academia, la crítica, acartonada y con esquemas vetustos y sin miradas estéticas bien leídas. Es una lástima que tengamos tantos «Magíster» que no se han leído ni pretenden leer nada más que lo que leyeron en la facultad, y luego son los que dan paso a pésimas obras al circuito de lecturas en el Ministerio de Educación, y los estudiantes terminan leyendo de lo peor que se escribe, y así unos venden montones de libros y otros leen libros malísimos, que deterioran su capacidad crítica. Así cuando les pones un libro de los buenos dicen que es «muy enredado de entender».
Y luego está la poquísima difusión de la literatura en general, que ha sido expulsada de las ferias para dar paso a los productores de libros, que a su vez reinciden en la escritura de obras que son siempre lo mismo, sin que nada les haga deshacerse de los vicios narrativos que los lastran como escritores. Este es uno de esos extremos preocupantes en el diagnóstico de lo que ocurre literariamente en Panamá.
Hay que desarrollar estos puntos, exponerlos en detalle para superarlos. Hay muy buenos escritores, pero sigue habiendo una gran confusión sobre qué es una literatura nacional y cómo exportarla, cómo valorarla dentro del país y cómo hacerla crecer.
Hay grandes esfuerzos editoriales, me consta, pero el sistema está tan viciado que hemos dado por buenas fórmulas que se sustentan en las ventas. Nadie que haya escrito treinta novelas en veinticinco años o que escriba una al año puede escribir buena literatura, puede vender libros, pero no buena literatura. Pasa en todas partes, y en todas partes la conclusión es la misma: hay que cambiar el sistema, hay que leer más para escribir mejor.
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña | [email protected]

Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos ve

