El Día Internacional de la Escritora en Panamá fue oportunidad para el encuentro y la reflexión en una casa que merece el respaldo del país: la Biblioteca Nacional
Por: magíster Liseth Lezcano
La autora es periodista, con posgrado en Gestión de Recursos Humanos de la Universidad de Panamá y maestría en Periodismo Ejecutivo de la Universidad Santa María La Antigua (USMA). Trabajó como jefe de Comunicación e Imagen de la UTP. Es una persona comprometida con las causas sociales.
La Biblioteca Nacional de Panamá se convirtió en un espacio de homenaje, reflexión y reconocimiento durante la conmemoración del Día Internacional de la Escritora, fecha celebrada el 13 de octubre, bajo el tema “Escrituras de la Memoria: Dictadura e Invasión”.
La fecha para celebrar este reconocimiento se escogió en honor al aniversario del fallecimiento de Santa Teresa de Jesús, escritora y mística del Siglo de Oro español, quien fue proclamada patrona de los escritores españoles por el Papa Pablo VI. Es un homenaje que realiza la Biblioteca Nacional de España y que se ha extendido a varios países de Latinoamérica, el lunes más cercano al 15 de octubre de cada año.
En la Biblioteca Nacional se conmemora esta distinción desde el año 2016 como una forma de reconocer el aporte y legado femenino a la literatura panameña, expresó la directora de Relaciones Públicas de la Biblioteca y organizadora del evento, Dayana Rivas.
Dayana Rivas
Este año 2025, el evento reunió a mujeres y hombres de letras, académicos, poetas, periodistas, escritores y estudiantes del Colegio Europeo en torno a una causa común: preservar la memoria histórica a través de la literatura.
La socióloga Briseida Barrantes ofreció las palabras de bienvenida y destacó el papel fundamental de las mujeres en la literatura panameña, su aporte a la construcción de la memoria cultural y su capacidad de transformar el dolor en palabra.
Destacó que estas mujeres que recibieron el homenaje, desde la literatura, han promovido el conocimiento, la reflexión y el pensamiento crítico en Panamá.
Briseida Barrantes
Barrantes recordó que durante siglos las mujeres fueron silenciadas por el patriarcado y la misoginia, y muchas tuvieron que ocultarse tras seudónimos para ser leídas y escuchadas. “Gracias a las luchas de esas pioneras hoy contamos con innumerables obras firmadas por mujeres. Su legado es una conquista que debemos defender”, enfatizó.
Sobre el rol e importancia de la Biblioteca Nacional manifestó: “El cuidado y apoyo a esta institución, es un deber moral, porque representa la memoria histórica del país”.
Testimonios que dan voz al recuerdo
Durante el acto, la diputada Alexandra Brenes resaltó la importancia de este reconocimiento: “Este homenaje es para ustedes, por todo lo que han hecho y siguen haciendo por la literatura panameña”, expresó antes de leer un fragmento de “Invasión a Panamá”, de la Dra. María Victoria González, una obra que rescata los testimonios más dolorosos del 20 de diciembre de 1989.
Alexandra Brenes
La reconocida escritora María Consuelo Tomás, una de las homenajeadas, explicó: “La invasión fue un evento traumático que dejó víctimas civiles inocentes y que pudo evitarse. Con todas las herramientas de la diplomacia y el diálogo que existían, no había razón para llegar a ese extremo. Fue una acción desproporcionada y todavía esperamos una disculpa o un reconocimiento de que lo que se hizo fue injusto.”
María Consuelo Tomás
La escritora considera que las nuevas generaciones deben conocer a fondo estos hechos para entender el presente y el futuro del país: “Los jóvenes deben leer, investigar, reflexionar sobre lo que pasó. Solo así podrán comprender por qué nuestra relación con Estados Unidos ha sido tan compleja y, a veces, tan desigual. Tenemos que decidir si queremos seguir siendo una subcolonia disfrazada o un país con personalidad, con reglas claras y una diplomacia firme que nos permita mantener nuestra soberanía.”
Por su parte, la académica Margarita Vásquez, miembro de la Academia Panameña de la Lengua, reflexionó: “Viví la dictadura y la invasión. Fueron tiempos duros, llenos de miedo, pero también de grandes aprendizajes. Recordar lo vivido es una forma de evitar que vuelva a suceder. La literatura convierte el dolor en conciencia”.
Margarita Vásquez
La exministra y exrectora de la UTP, Marcela Paredes de Vásquez, durante su intervención, leyó el poema “Para el año 2000 debemos ser tercos”, de Diana Morán, escrito en el exilio poco antes de su fallecimiento.
Marcela Paredes de Vásquez
Manifestó: “Este evento ha sido una experiencia extraordinaria, donde compartimos con escritores, periodistas y académicos la prolífica producción literaria de destacadas autoras panameñas. Sus obras abordan desde la dictadura y la invasión hasta el duelo y la reconstrucción, mostrándonos distintas miradas de nuestra historia escrita por mujeres con sensibilidad y coraje”.
La periodista y escritora Roxana Muñoz manifestó la emoción que le produce participar año tras año en esta actividad que propicia el encuentro con escritoras, académicos, poetas y profesionales apasionados por la literatura y que este año con el tema: “Dictadura e Invasión a Panamá”, se fomenta el interés por conocer los hechos a través de libros, poemas y relatos que nacieron al calor de los acontecimientos.
Roxana Muñoz
La profesora Francia Herrera, periodista e investigadora, subrayó la importancia de conservar materiales audiovisuales y fotográficos como parte del patrimonio histórico del país. “Hoy tenemos la responsabilidad de proteger esos documentos. Son testigos de nuestra historia y deben servir para educar y mantener viva la memoria de un país que aprendió de sus heridas”, señaló.
Francia Herrera
Finalmente, la gestora cultural Maritza Araúz evocó con tristeza los años de la dictadura y la invasión, recordando a las familias del Chorrillo que vivieron el horror de la pérdida.
Maritza Araúz
“Los niños de este barrio no querían hablar del tema. Era demasiado doloroso. Por eso es vital que las nuevas generaciones lean, conozcan y reflexionen para que hechos como estos nunca se repitan”, afirmó.
Las voces femeninas reunidas en la Biblioteca Nacional demostraron que cada palabra plasmada por una escritora panameña es una semilla de justicia y un recordatorio de que la historia no se borra: se narra, se comprende y se transforma.
Las obras leídas incluyeron fragmentos de Invasión a Panamá: un relato, un testimonio de María Victoria González; de las novelas El jardín de las cenizas y El último juego de Gloria Guardia; y de la obra teatral Los loros no lloran de Rosa María Britton. La poeta Bertalicia Peralta estuvo presente con fragmentos de Despertar, Después del primer bombardeo y Noticias de diciembre de 1989
El sector educativo estuvo representado por los docentes Daniel Domínguez y Erasto Espino (USMA), junto a Karen Bernal y Octavio Rodríguez del proyecto #500Historias. Otras voces notables, como Jonathán Álvarez y estudiantes de secundaria, también se unieron a las lecturas.