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Cuidar nuestro corazón es una inversión en nuestra calidad y esperanza de vida. El Día Mundial del Corazón nos recuerda que, con pequeñas acciones diarias, podemos marcar una gran diferencia en la salud de nuestro motor vital

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Cada 29 de septiembre, el mundo se une para celebrar el Día Mundial del Corazón, una iniciativa de la Federación Mundial del Corazón (FMC). Esta importante fecha se conmemora desde el año 2000, con el objetivo de concienciar a la población sobre las enfermedades cardiovasculares (ECV), su prevención, control y tratamiento. La FMC busca destacar la carga mundial de estas enfermedades y promover acciones para reducir su impacto.

La Vital Importancia del Corazón

El corazón es el órgano muscular responsable de bombear sangre a todo el cuerpo, un trabajo incesante que realiza aproximadamente 100,000 veces al día. Este flujo sanguíneo es esencial para transportar oxígeno y nutrientes a cada célula, tejido y órgano, permitiendo su correcto funcionamiento. Además, la sangre transporta y elimina los productos de desecho del metabolismo. Sin un corazón sano, el cuerpo no puede funcionar adecuadamente, lo que subraya la importancia crítica de cuidarlo a lo largo de toda la vida.

Morbilidad y Mortalidad en el Mundo y en Panamá

Las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año mueren más personas por ECV que por cualquier otra causa. Las cifras más recientes indican que alrededor de 17.9 millones de personas fallecen anualmente por esta razón, lo que representa el 32% de todas las muertes registradas en el mundo. De estas defunciones, más de tres cuartas partes se producen en países de ingresos bajos y medios.

En Panamá, el panorama no es diferente y las enfermedades cardiovasculares constituyen un importante problema de salud pública.

Según datos del Ministerio de Salud y la Contraloría General de la República, las enfermedades isquémicas del corazón y las enfermedades cerebrovasculares se encuentran entre las principales causas de mortalidad en el país.

Aunque las cifras exactas pueden variar anualmente, las estadísticas consistentemente posicionan a las ECV como una de las primeras causas de defunción entre los panameños.

La alta prevalencia de factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad y el sedentarismo contribuyen a esta alarmante situación.

Entendiendo la Conexión Corazón-Riñón: El Síndrome Cardiorrenal

Es importante conocer el síndrome cardiorrenal. El corazón y los riñones son dos órganos que trabajan en estrecha colaboración. El corazón bombea la sangre y los riñones se encargan de limpiarla, eliminando los desechos y el exceso de líquido a través de la orina.

El síndrome cardiorrenal ocurre cuando un problema agudo o crónico en el corazón afecta negativamente a los riñones, o viceversa.

Por ejemplo, si el corazón no bombea la sangre con la fuerza suficiente (insuficiencia cardíaca), no llegará suficiente sangre a los riñones, y estos no podrán hacer bien su trabajo de filtrado.

Al revés, si los riñones no funcionan correctamente, no pueden eliminar el exceso de líquido y sal del cuerpo, lo que aumenta la presión arterial y obliga al corazón a trabajar más duro, pudiendo llegar a dañarlo. Es una relación bidireccional donde la salud de un órgano depende directamente de la del otro. Hay 5 tipos de síndrome cardiorrenal, dependiendo de que órgano fue afectado de primero: el corazón, cardiorrenal 1 (aguda), cardiorrenal 2 (crónica); el riñón, con un daño renocardíaco, cardiorrenal 3 (aguda) y cardiorrenal 4 (crónica); y la afectación múltiple y de todos los sistemas, la cardiorrenal 5.

Claves para un Corazón Sano: Recomendaciones de Estilos de Vida Saludable

La buena noticia es que la mayoría de las enfermedades cardiovasculares pueden prevenirse adoptando hábitos de vida saludables.

  • Alimentación Equilibrada: Prioriza el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y pescado. Reduce la ingesta de sal, azúcares y grasas saturadas y trans, presentes en alimentos procesados, fritos y comida rápida.
  • Actividad Física Regular: Realiza al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana. Puedes caminar, correr, nadar, bailar o practicar algún deporte que disfrutes.
  • Mantén un Peso Saludable: El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de enfermedades del corazón. Una dieta balanceada y ejercicio regular son fundamentales para lograr y mantener un peso adecuado.
  • Controla tu Presión Arterial: La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo. Mide tu presión arterial regularmente y sigue las indicaciones de tu médico.
  • No Fumes y Evita el Humo de Segunda Mano: El tabaquismo daña gravemente los vasos sanguíneos y el corazón. Dejar de fumar es una de las mejores decisiones que puedes tomar por tu salud cardiovascular.
  • Limita el Consumo de Alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede elevar la presión arterial y contribuir al aumento de peso.
  • Gestiona el Estrés: El estrés crónico puede tener un impacto negativo en tu corazón. Practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o simplemente dedica tiempo a actividades que te gusten y te relajen.
  • Duerme lo Suficiente: Un descanso adecuado es esencial para la salud cardiovascular. Intenta dormir entre 7 y 8 horas diarias.
  • Realiza Chequeos Médicos Regulares: Visita a tu médico periódicamente para controlar tus niveles de colesterol, glucosa y presión arterial, y para evaluar tu riesgo cardiovascular general.

Cuidar nuestro corazón es una inversión en nuestra calidad y esperanza de vida. El Día Mundial del Corazón nos recuerda que, con pequeñas acciones diarias, podemos marcar una gran diferencia en la salud de nuestro motor vital.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI