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El Dr. Miguel A. Cedeño, docente de la Universidad de Panamá y médico psiquiatra de larga trayectoria, ha sido reconocido por las autoridades del distrito de Chitré como hijo meritorio de esta tierra. Compartimos su discurso de gratitud por este sentido homenaje que honra su vida de servicio médico y docente
  • Honorable alcalde de Chitré Juan Carlos Huertas
  • Honorables representantes del distrito de Chitré
  • Distinguidas autoridades
  • Apreciados hijos meritorios y destacados folkloristas
  • Bellas reinas distritales
  • Público presente

Debo iniciar estas palabras expresando que nada es coincidencia. Dios ha querido que esté hoy compartiendo con ustedes este gran momento y a él agradezco.

He estado pensando  en estos días lo felices que estarían mis padres, humildes chitreanos de pura cepa, de que su promogénito reciba el homenaje del pueblo en que nacieron y al que amaron y sirvieron con devoción cada día de su existencia. A su memoria dedico esta distinción.

He sido distinguido con este magno reconocimiento por el corregimiento San Juan Bautista, en cuyos linderos he habitado junto a mi familia desde mis primeros años de vida, cuando aún no había consolidado mi memoria infantil, y aún seguimos allí. Siempre confinados en nuestra casa del barrio de «El Manguito», a pesar de mis labores profesionales en la Ciudad de Panamá.

Agradezco muy profundamente mi designación como hijo meritorio de Chitré al honorable representante Carlos Rodríguez a nombre mío, de mi esposa aquí presente y de toda mi familia. Mi corregimiento me honra y yo espero estar a la altura de esta distinción.

Nunca pensé aquel día que salí de Chitré en un apretujado busito de pasajeros en busca de superación en la capital que tendría este honor. Fui sorprendido con la noticia y la sorpresa dio rienda suelta a la emoción.

Igualmente, debo dar las gracias a mi hermana Biti y a mi sobrina Rita quienes han trabajado a brazo partido para cumplir con todos los detalles que este reconocimiento exige.

Felicito también a los hijos meritorios de los otros corregimientos chitreanos, algunos entrañables amigos y familiares. Me enorgullezco de compartir con ustedes este merecimiento.

Sin duda, cada uno de nosotros hemos tejido nuestra vida con retazos de los recuerdos y valores de nuestro pueblo, por eso llegamos a ser buenos chitreanos. 

No deseo culminar mis palabras sin expresar mi profunda gratitud a mis familiares y amistades que han venido a acompañarme en este significativo momento de mi vida. Gracias por estar aquí. Se les quiere mucho.

Recibo esta distinción en nombre de ustedes y de los que no pudieron estar aquí.

Dr. Miguel A. Cedeño