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Entre sus principales manifestaciones se encuentran un agotamiento abrumador, pérdida de fuerza en los músculos, problemas en el equilibrio y dificultad para caminar

Por: Dr. Fernando Gracia

El autor es jefe del servicio de Neurología y coordinador de la Clínica de Esclerosis Múltiple del Hospital Santo Tomás en Panamá.Es investigador asociado de la Unidad de Enfermedades Crónicas Degenerativas del Instituto Gorgas. Completó sus estudios de pregrado en la Universidad de Panamá y su formación de posgrado en Neurología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Hospital Universitario de la Fundación Jiménez Díaz y en la Universidad Estatal de Nueva York en Syracuse, Nueva York. Actualmente es decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Interamericana de Panamá (UIP). Es presidente del Foro Centroamericano y del Caribe de Esclerosis Múltiple y de otras Enfermedades Desmielinizantes del Sistema Nervioso Central (FOCEM).

La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica del sistema nervioso central, que incluye el cerebro y la médula espinal. Ocurre que el sistema inmunológico, normalmente encargado de protegernos contra infecciones, se confunde y ataca la mielina, una sustancia blanquecina que recubre el axón de muchas neuronas. Sin esta protección, los mensajes entre el cerebro y el cuerpo se vuelven lentos, se distorsionan o incluso se llegan a bloquear.

De un día para otro puede ocurrir que la vista se nuble, que las extremidades comiecen a entumecerse y el cansancio equivalga a caminar con un peso excesivo en la espalda. Son parte de los síntomas inesperados de esta enfermedad.

Según el Atlas de Esclerosis Múltiple, alrededor de 2.9 millones de personas en el mundo viven con este diagnóstico. Un estudio más reciente —ENHANCE— publicado en junio de 2024 en la revista Frontiers in Epidemiology, identificó 758 casos en toda Centroamérica y el Caribe (CAC), con una prevalencia por millón de habitantes de 27.3 en Aruba, 6.5 en Panamá, 3.2 en República Dominicana y 1.0 en Honduras.

Consideramos que el manejo adecuado de esta enfermedad en la región requiere un enfoque multidisciplinario y acceso a diferentes alternativas terapéuticas.

Este padecimiento suele afectar principalmente a adultos jóvenes, entre los 20 y 40 años y es más común en mujeres que en hombres, con una prevalencia de entre 2 a 3 veces mayor en mujeres. Aunque no es una enfermedad hereditaria, existen factores genéticos y ambientales, como la falta de vitamina D que podrían influir en su desarrollo.

Entre sus principales manifestaciones se encuentran un agotamiento abrumador, pérdida de fuerza en los músculos, problemas en el equilibrio, dificultad para caminar, sensaciones extrañas como hormigueos o adormecimiento en las extremidades, visión nublada, mareos y dificultad para pensar con claridad.

Lo particular de esta enfermedad es que, en muchos casos, las manifestaciones aparecen en forma de brotes: crisis repentinas donde las molestias empeoran notablemente, seguidas de periodos de calma llamados periodos de remisión, en los que las manifestaciones pueden mejorar e incluso desaparecer temporalmente.

Estas manifestaciones son tan variadas y a veces pasajeras, que suelen atribuírseles al estrés u otras enfermedades, lo que complica aún más un diagnóstico oportuno. Aquí es donde radica la necesidad de visitar a un especialista neurólogo quien puede llegar a un diagnóstico más puntual.

La Esclerosis Múltiple no tiene cura, pero un diagnóstico temprano puede retrasar su avance y mejorar la calidad de vida del paciente. En la actualidad existen medicamentos y terapias adecuadas para que las personas que viven con esta enfermedad puedan llevar una vida de lo más normal, incluso muchas personas logran controlar las manifestaciones y reducir la frecuencia de los brotes.

Sin embargo, si este padecimiento no se trata a tiempo, el daño al sistema nervioso puede volverse irreversible, llevando a discapacidades severas.

La esclerosis múltiple, también es llamada “la enfermedad de las mil caras” debido a que las manifestaciones en cada persona son diferentes y se vuelve un reto mayúsculo poder diagnosticar con precisión. No obstante, hoy en día existe un mayor acceso a las opciones terapéuticas. Ahora sabemos que no hay dos casos iguales, y el manejo de la enfermedad exige un enfoque personalizado en todo momento.

¿Cómo es vivir con esclerosis múltiple?

Aunque es una enfermedad impredecible, muchas personas llevan vidas plenas con el tratamiento correcto. La clave está en cuidarse. El ejercicio continuo ha demostrado mejorar la movilidad de las personas, de igual manera, llevar una dieta equilibrada y evitar el estrés ayudan a contrarrestar las manifestaciones. Si a ello le sumamos una red de apoyo, tanto físico como emocional, el cuerpo puede reaccionar de mejor manera ante este padecimiento.

Aunque es un padecimiento complejo y multifacético que afecta a millones de personas en todo el mundo, es necesario generar una mayor conciencia y comprensión para mejorar la calidad de vida de las personas que viven con ella, con el objetivo de buscar un diagnóstico oportuno que eleve las expectativas y calidad de vida.

Por: Dr. Fernando Gracia