Por: Violeta Villar Liste
En los tiempos modernos, el médico ha adoptado en más del 50% la parte tecnológica para el diagnóstico y la observación en la cama ha perdido vigencia, advirtió el Dr. Rosendo González durante su intervención en el Congreso Virtual de la Academia Panameña de Medicina y Cirugía
El examen físico es la herramienta básica con la cual cuenta todo médico. Es económica, efectiva y esencial.
Tan antigua como la práctica médica: inició junto a la cama del paciente cuando el médico se dedicaba a observar signos y síntomas de sospecha de la enfermedad, al examinar a la persona desde los pies a la cabeza, describió el Dr. Rosendo González, especialista en Medicina Interna y Gastroenterología, académico y autor de distintas publicaciones, ponente durante el II Congreso Virtual de la Academia Panameña de Medicina y Cirugía, que se celebró los días 24, 25 y 26 de agosto.
“En los tiempos modernos, el médico ha adoptado en más del 50% la parte tecnológica para el diagnóstico y la observación en la cama ha perdido vigencia. Sin embargo, en especialidades como Oftalmología, Dermatología o Neurología es la capacidad de ver lo que supera a la tecnología”, señaló.

Historia, ver y mirar
Es “la propedéutica la disciplina que analiza las maniobras y herramientas para evaluar al paciente y determina el tránsito de estudiante de Medicina a médico”, resaltó el Dr. González.
Estas maniobras o herramientas tienen en la historia clínica completa y el examen físico (maniobras de cabeza a los pies), un pilar.
La tecnología es también para un médico auxiliar fundamental e incluye desde pruebas de la laboratorio hasta imágenes o biopsias.
“Son fácilmente evaluables y objetivas, pero tienen márgenes de error”, advierte el académico, quien se inclina por un uso racional.
Puntos a favor de las pruebas con soporte de la tecnología se resumen en ayudar a detectar ciertas enfermedades ocultas, a confirmar o descartar diagnósticos y apoyar en la definición del tratamiento luego de definir los problemas clínicos.
Sin embargo, “numerosos estudios han demostrado que el uso de pruebas y procedimientos de diagnóstico es excesivo”.
Incluso, indica el Dr. González, este exceso eleva los costos hospitalarios y puede dar origen a resultados con falsos positivos de pruebas innecesarias.
Tecnología, pacientes y Google
El especialista analiza que en ocasiones un buen examen físico es más efectivo y menos costoso que el uso del ultrasonido.
Pero, además de la presión sobre el médico para que se incline por la tecnología, los pacientes tienden a recurrir a Google y pretenden imponer sus criterios, alertó el especialista, quien dijo a los médicos que “son ustedes los árbitros en usar su conocimiento y herramientas de manera efectiva”.
Reitera que el estudiante de Medicina aprende el examen físico de manera detallada en sus clases y, al llegar a la sala, se siente retado por la tecnología y sus resultados.
Resalta que hacia la década de los 80, un residente de Medicina dedicaba hasta el 25% al examen físico. Hoy apenas se emplea el 12% al 13% a estar frente al paciente.
Aclara que las maniobras del examen son tan fiables como estándares de oro de prueba basadas en tecnología e incluso ofrecen una fiabilidad similar, además de reducir costos.
Sin embargo, muchos perciben el examen físico “como una maniobra inútil o la disminuyen al ejecutarlo de manera somera, superficial y rápida”.
Hacia un correcto examen físico
El ponente y académico reitera que es el examen físico una herramienta importante.
“Debe ser dirigido por una hipótesis adquirida a través de la entrevista y la historia clínica, con el uso de maniobras” que “tienen cocientes de probabilidad alta”.
Señala que para el examen impulsado por hipótesis diagnóstica, es preciso ejecutar tres tareas:
- Las probabilidades previas de la situación clínica
- Las maniobras físicas que examinan las hipótesis previas
- El resultado de estos hallazgos contra la probabilidad previa para arribar a la probabilidad posterior a la prueba
Estas tres tareas, a su vez, se complementan y significan, entre otros aspectos, analizar la data epidemiológica, experiencia previa del médico en población similar y la prevalencia estimada.
De igual modo, seleccionar las maniobras del examen que mejor funcionen según las hipótesis contempladas.
A su vez, este examen físico y el conocimiento del paciente, permitirá que el médico tome mejores decisiones cuando se trata de complementar con el uso racional de la tecnología.
Por: Violeta Villar Liste | [email protected]

