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Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y control de factores de riesgo como la hipertensión y la diabetes, no solo mejora la salud del corazón, sino que también ayuda a preservar la visión

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena

La Dra. Liliana (Lily) Arosemena es egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología  (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología  (SPO). En instagram: @retinapanama

La enfermedad cardiovascular (ECV) se ha convertido en una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Cada año, millones de personas sufren de condiciones que afectan el corazón y los vasos sanguíneos, lo que a su vez repercute en diversas facetas de la salud. Uno de los aspectos menos discutidos, pero igualmente cruciales, es la relación entre la ECV y la salud visual. En estas líneas exploraremos esta interconexión.

Aunque muchas personas pueden pensar que la salud cardiovascular es un tema aislado que no tiene repercusiones en la salud visual, esta perspectiva es errónea. Diversos estudios han demostrado que las enfermedades cardiovasculares pueden tener un impacto directo en la visión.

Por ejemplo, la misma aterosclerosis que afecta las arterias del corazón también puede comprometer el flujo sanguíneo hacia los ojos. Investigaciones publicadas en la revista Ophthalmology han mostrado que los pacientes con ECV tienen mayor prevalencia de enfermedades oculares como la retinopatía y el edema macular, lo que confirma que existe una conexión significativa entre estos dos sistemas.

La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo para la ECV. Sin embargo, su influencia se extiende al ámbito ocular.

La presión arterial elevada puede causar daño en los vasos sanguíneos retinianos, lo que se traduce en problemas de visión, incluyendo la pérdida de agudeza visual. Un meta-análisis en Hypertension analiza la relación entre la hipertensión y las enfermedades oculares, encontrando que aproximadamente el 40% de los pacientes hipertensos experimentan alteraciones en la retina.

Este hallazgo subraya la importancia de monitorear la salud ocular en individuos con problemas cardiovasculares.

Si bien es cierto que el riesgo aumenta con la edad, la interconexión entre la ECV y la salud visual no se limita a la población anciana. La diabetes, que es un factor de riesgo significativo para la ECV, también se asocia con problemas de visión, incluyendo la retinopatía diabética, que puede iniciar en etapas tempranas de la enfermedad.

Un estudio de Diabetes Care indica que incluso los jóvenes con diabetes tipo 2 presentan alteraciones retinianas, lo cual puede ocasionar la pérdida de visión prematura. Esto demuestra que es esencial realizar chequeos visuales regulares incluso en pacientes jóvenes con predisposición a la ECV.

Es un error pensar que la salud ocular puede ser manejada de forma independiente de la salud general, y especialmente de la salud cardiovascular. Existe un cuerpo creciente de evidencia que sugiere que las condiciones sistémicas pueden influir en la salud ocular.

Estudios publicados en JAMA Ophthalmology han encontrado que la inflamación sistémica asociada con enfermedades cardiovasculares puede contribuir a condiciones oculares como el glaucoma y las cataratas.

Este vínculo resalta la necesidad de un enfoque holístico en el cuidado de la salud que considere la interrelación entre diferentes órganos y sistemas del cuerpo.

Finalmente, es fundamental reconocer que estrategias efectivas de prevención y tratamiento de la ECV pueden tener un impacto positivo en la salud visual. Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y control de factores de riesgo como la hipertensión y la diabetes, no solo mejora la salud del corazón, sino que también ayuda a preservar la visión.

Un estudio longitudinal en Archives of Ophthalmology demuestra que las intervenciones en el estilo de vida pueden prevenir hasta un 30% de la pérdida de visión en poblaciones con riesgo cardiovascular alto. Por tanto, la educación y la concienciación son esenciales para promover el cuidado integral de la salud.

En conclusión, la relación entre la enfermedad cardiovascular y la salud visual es compleja y multifacética. Ignorar esta conexión puede llevar a consecuencias significativas en la calidad de vida de los pacientes afectados.

Es imperativo adoptar un enfoque integrador en el cuidado de la salud, que examine la interrelación entre los sistemas cardiovascular y visual. Solo a través de un conocimiento y una atención adecuadas se puede garantizar una mejor salud general para la población.

Referencias:

  • Fang S-C., et al. Heart Rate Variability and Risk of All-Cause Death and Cardiovascular Events in Patients with cardiovascular Disease: A meta-analysis of Cohort Studies. Sage Journal. 2018.
  • Wang X-F., et al. The causal effect of hypertension, intraocular pressure, and diabetic retinopathy: a Mendelian Randomization study. Endocrinol. 2024.
  • Yau J. Global prevalence and major risk factors of diabetic retinopathy. Diabetes Care. 2012.
  • Shu Wei Ting D., et al.  Development and Validation of a Deep Learning System for Diabetic Retinopathy and Related Eye Disease Using Retinal Images From Multiethnic Populations With Diabetes. JAMA. 2017.

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena