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La Dra. Miryam Venegas-Anaya, conocida como la “Doctora Cocodrilo”, junto a dos de sus estudiantes, Melciellyne Aguilar y Valeria Ramírez, durante una de las giras del proyecto de investigación
El estudio de las poblaciones de cocodrilos y del estado de sus hábitats, junto con la evaluación de la percepción de riesgo que tienen las comunidades humanas, aporta conocimientos fundamentales para la conservación de la especie y el manejo sostenible de los ecosistemas acuáticos

Por: María A. Almillátegui | Prensa CEMCIT AIP

Un estudio científico desarrollado por la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), con el apoyo del Centro de Estudios Multidisciplinarios en Ciencias, Ingeniería y Tecnología (CEMCIT AIP), ha aportado información clave sobre la población y el estado del hábitat del cocodrilo americano (Crocodylus acutus) en nuestro país. 

Esta investigación ha sido liderada por la Dra. Miryam Venegas-Anaya, también conocida como la “Doctora Cocodrilo”, actual investigadora del Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas de la UTP, quien contó con el financiamiento de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT), mediante la Convocatoria Pública de Fomento a la Investigación y Desarrollo (FID), para el desarrollo de la misma. 

Nuestro objetivo era evaluar el estado de los hábitats, así como la distribución, abundancia y diversidad genética de las poblaciones de cocodrilo americano del Pacífico panameño, con el propósito de ofrecer al Estado la información necesaria para el establecimiento de un plan de manejo y uso sostenible a largo plazo de las poblaciones silvestres más representativas de esta especie”, compartió la investigadora principal.

El cocodrilo americano (Crocodylus acutus) es la especie con el mayor rango de distribución en el neotrópico, con presencia en 18 países. Aunque se considera una especie estuarina, se encuentra en diferentes tipos de hábitats, desde lagos interiores salobres hasta cuerpos de agua dulce, donde presta importantes servicios ecológicos, como el control de la densidad de sus presas. Actualmente, esta especie es considerada la tercera especie más amenazada de las Américas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), debido a la pérdida y fraccionamiento de sus hábitats.

En los últimos años, el número de conflictos entre cocodrilos y humanos ha aumentado de forma significativa, en parte debido a la eliminación de la caza en 1977 y a la expansión del desarrollo urbano. Para poder hacer frente a esta problemática, es necesario realizar estudios globales sobre la dinámica y la genética poblacional de la especie, así como un inventario nacional. He aquí donde radica la importancia de este estudio de línea base que, aunque se realizó de forma parcial, incluyó los hábitats más grandes, importantes y con mayor reporte de conflictos de Panamá, siendo la costa pacífica el área que muestra mayor recuperación de las poblaciones de cocodrilos”, señaló la Dra. Venegas-Anaya, quien también es investigadora asociada al CEMCIT AIP.

Dra. Miryam Venegas-Anaya

Para esta investigación, los científicos emplearon protocolos del Manual de Monitoreo del Cocodrilo de Pantano (Sánchez-Herrera et al, 2011), validados para los ambientes y las especies de Panamá por la Dra. Venegas-Anaya y su equipo, y respaldada por el Grupo Mundial de Especialistas en Cocodrilos de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN.

Como parte de esta metodología, los investigadores recorrieron más de 600 km del territorio nacional, realizando encuestas ecológicas e inventarios nocturnos en los ríos más importantes de 32 cuencas hidrográficas del Pacífico panameño, con el objetivo de caracterizar la estructura, la densidad poblacional y el estado de los hábitats de la especie y evaluar la percepción de riesgo que tienen las comunidades humanas al de coexistir con los cocodrilos.

Además, evaluaron la diversidad genética de las poblaciones mediante la amplificación de marcadores moleculares del tipo microsatelites, lo cual contribuye al fortalecimiento de los esfuerzos de conservación y uso sostenible de la especie.

El estudio de las poblaciones de cocodrilos y del estado de sus hábitats, junto con la evaluación de la percepción de riesgo que tienen las comunidades humanas, aporta conocimientos fundamentales para la conservación de la especie y el manejo sostenible de los ecosistemas acuáticos.

Esta investigación permitió realizar una evaluación rápida de la salud de las poblaciones, identificar hábitats críticos y detectar amenazas como la pérdida de zonas de anidación o el fraccionamiento de los hábitats. Asimismo, evidenció que la falta de conocimiento sobre la biología y el comportamiento de los cocodrilos contribuye a incrementar los conflictos entre humanos y cocodrilos. En conjunto, esta información constituye una base científica esencial para diseñar una estrategia nacional de conservación efectiva y favorecer la coexistencia pacífica entre las personas y esta especie clave para el equilibrio ecológico, promoviendo la educación ambiental, la participación comunitaria y el uso sostenible de este recurso natural”, concluyé la especialista en cocodrilianos. 

En el trabajo de laboratorio

Esta investigación contó con la colaboración de investigadores nacionales, como el Dr. Jhonny Correa, de la UTP, e internacionales, como el Dr. Marco López Luna, del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana de México; la Dra. Ana Isabel Fernández Perdices, del Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, España; el Dr. Llewellyn Densmore, del Centro para la Integración de la Educación y la Investigación en STEM (CISER) de la Universidad Tecnológica de Texas, Estados Unidos; el Dr. Felipe Morcillo, de la Universidad Complutense de Madrid, España; y el Dr. Mauricio González Jáuregui, de la Universidad Autónoma de Campeche, México y el Mgtr Gabriel Cruz de la Universidad Autónoma de Campeche.

Adicionalmente, se contó con la invaluable participación de los estudiantes Melciellyne Aguilar, Stephany Del Rosario, Constantin Kruger, María Alejandra Venegas, Valeria Ramírez y Christopher Gutiérrez. 

Cabe señalar que este estudio científico contó con la colaboración del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT), el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y del Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE), siendo esta última institución la principal contraparte en el desarrollo del proyecto “Plan de Gestión y Administración del Conflicto Humano-Cocodrilo en Panamá”, actualmente en ejecución.

Por: María A. Almillátegui | Prensa CEMCIT AIP