Las sociedades latinoamericanas “reafirman su compromiso con la ciencia, la salud pública y la protección de la población latinoamericana mediante la vacunación”
Con información de comunicado API, SLIPE y SLV
Reafirmar su compromiso con la ciencia, la salud pública y la protección de la población latinoamericana mediante la vacunación, es parte de la posición de la Asociación Panamericana de Infectología (API), Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE) y Sociedad Latinoamericana de Vacunología (SLV), en declaración conjunta.
Esta posición unitaria, de defensa de la vacunación como mecanismo para garantizar la salud pública y el llamado a la independencia, se produce luego de lo ocurrido en junio de 2025, cuando “se anunció la destitución de todos los integrantes del Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) y el nombramiento de nuevos miembros con posturas cuestionadas respecto de la seguridad y efectividad de las vacunas”.
Estas decisiones, argumentan las sociedades, han generado preocupación en la comunidad global de salud pública por el potencial debilitamiento de políticas de inmunización basadas en la evidencia.
“Históricamente, organismos como ACIP (EE.UU.) o el Grupo Técnico Asesor de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (TAG, OPS/OMS) han servido de referencia para decisiones de política de vacunación en todo el mundo y sus lineamientos han contribuido a mantener altos niveles de coberturas, prevenir brotes y reducir significativamente la morbimortalidad por enfermedades prevenibles”.
La confianza de la población
Advierten que alterar de manera brusca “estos procesos transparentes y participativos puede erosionar la confianza de la población, generar vacíos en la toma de decisiones clínicas y de salud pública e incrementar el riesgo de retrocesos sanitarios”.
Rechazo a retrocesos y posición anticiencia
Ante el vacío y las posibles contradicciones que podrían generar políticas que no se corresponden con la evidencia científica y la salud pública, la API, SLIPE y SLV expresan su profunda preocupación ante ante cualquier acción que:
● Desplace o reemplace de forma abrupta comités asesores de inmunización con profesionales sin la experiencia ni el compromiso con la ciencia y la salud pública.
● Desestime el consenso científico y las guías internacionales (como por ejemplo Agenda de inmunización 2030 de la OMS/OPS) como base para elaboración de calendarios y estrategias de vacunación.
● Reduzca el presupuesto o los recursos técnicos destinados a programas de inmunización, lo cual pone en riesgo la sostenibilidad y expansión de coberturas en la región.
Las vacunas, reflexionan las sociedades, constituyen hoy la intervención de salud pública con mejor relación costo-beneficio y han hecho posible la prevención de millones de muertes y secuelas graves cada año en todo el mundo.
“Retroceder en el proceso de evaluación riguroso y en la comunicación transparente sobre su seguridad y eficacia significaría exponernos a escenarios epidemiológicos adversos comparables a los de hace un siglo o más”.
Propuestas y acciones

Con base en la experiencia de las sociedades científicas en Latinoamérica, y los principios de la Agenda de inmunización 2030, proponen las siguientes acciones “que deben prevalecer y fortalecerse en la región”:
● Garantizar que los Comités Nacionales de Asesoramiento en Inmunización (o NITAGs) en los países de la región permanezcan integrados por profesionales con reconocida trayectoria en epidemiología, vacunología, pediatría, infectología, salud pública y otras disciplinas afines, seleccionados mediante procesos transparentes y libres de conflictos de interés.
● Asegurar la continuidad en la revisión periódica de la evidencia científica, la monitorización de la seguridad y la efectividad de las vacunas, y la actualización de los calendarios según el contexto epidemiológico regional y global.
● Reorientar los sistemas de inmunización para cubrir todas las etapas de la vida:
1. Niñez y adolescencia: alcanzar o superar el 90% de cobertura de las vacunas esenciales, reducir la brecha de “niños cero dosis” y mejorar la equidad territorial y sociodemográfica.
2. Mujeres embarazadas: asegurar el acceso a las vacunas recomendadas (influenza, tosferina de la madre a través de Tdap, COVID-19, virus respiratorio sincicial, si aplica), protegiendo tanto a la madre como al recién nacido. Con más de 10 millones de embarazos anuales en la región, la inmunización materna es clave para disminuir la morbilidad y mortalidad neonatal y perinatal.
3. Adultos: Establecer y/o reafirmar programas sólidos para este grupo etario. Se sugiere planificar campañas y estrategias sostenibles para refuerzos (ej.:., influenza anual), inmunizaciones específicas (neumococo, herpes zóster, virus respiratorio sincitial, COVID-19…), adaptadas a la población adulta y a los grupos de riesgo.
● Incrementar la inversión en infraestructura (cadena de frío, registros electrónicos, sistemas de vigilancia de eventos adversos) y la formación continua en inmunizaciones de todo el equipo de salud.
● Aumentar progresivamente el presupuesto destinado a los programas de inmunización de todos los países de la región, priorizando la introducción de nuevas vacunas y el fortalecimiento de las coberturas.
● Promover mecanismos de cooperación intergubernamental y alianzas público-privadas transparentes, alineados con la Estrategia de la OPS/OMS y con las recomendaciones de las sociedades científicas latinoamericanas, sin comprometer la independencia técnica de los expertos. Comunicación y confianza ciudadana
● Desarrollar campañas de comunicación basadas en la evidencia científica, adaptadas culturalmente a las poblaciones locales, abordando mitos y desinformación de manera proactiva.
● Promover la transparencia en la publicación de datos de cobertura, seguridad y efectividad, y en los procesos de recomendación de vacunas. Vigilancia epidemiológica y de seguridad de las vacunas
● Fortalecer redes de vigilancia de enfermedades inmunoprevenibles, así como sistemas de notificación y análisis de eventos adversos posteriores a la inmunización, para garantizar respuestas rápidas y mantener la confianza en el esquema de vacunación.
● Impulsar la investigación regional sobre efectividad en condiciones reales, impacto en carga de enfermedad y costo-efectividad, generando evidencia local que avale decisiones de política. Formación y capacitación continua
● Integrar la vacunología como materia esencial en la formación de médicos, profesionales de enfermería y demás agentes de salud en todas las etapas curriculares y de educación continua.
Piden las universidades introducir en los programas de medicina la materia “Vacunología”, así como en las residencias médicas pertinentes (pediatría, medicina interna, ginecología y obstetricia, geriatría…).
● Continuar promoviendo la realización de foros, congresos y talleres nacionales y regionales (presenciales y virtuales) que permitan la actualización en nuevas vacunas, tecnologías de inmunización y estrategias de implementación.
Llamado a la sociedad y los gobiernos

La API, SLIPE y SLV “reafirman su compromiso con la ciencia, la salud pública y la protección de la población latinoamericana mediante la vacunación”.
Al respecto, hacen un llamado a los gobiernos, organizaciones de salud y sociedad civil a las siguientes acciones:
● Defender la independencia y fortaleza de los comités asesores de inmunización.
● Incrementar y destinar recursos adecuados para cubrir a todos los grupos etarios.
● Mantener procesos de toma de decisiones basados en la mejor evidencia científica disponible.
● Trabajar juntos para contrarrestar la desinformación y fortalecer la confianza comunitaria en las vacunas.
Sin vacunas seguras y efectivas, alertan, los logros sanitarios de las últimas décadas estarían en riesgo de erosionarse, con el consiguiente aumento de brotes de enfermedades prevenibles y retrocesos en la salud pública.
En contraste, “al robustecer nuestros sistemas de inmunización, aseguramos un futuro con menos enfermedades, menor mortalidad y una sociedad más resiliente”.
El Dr. Xavier Sáez Llorens, jefe del Departamento de Investigación del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel y del Servicio de Infectología Pediátrica, así como Investigador Distinguido del Sistema Nacional de Investigación (SNI), valoró la posición de estas sociedades latinoamericanas al exigir que las decisiones en salud pública se basen en evidencia científica.
Considera “sensato y necesario” el distanciamiento científico de aquellas instituciones que han perdido la credibilidad al alejarse de los principios que refuerzan la salud pública.
Con información de comunicado API, SLIPE y SLV