El Dr. Stanislav Leslei, quien participó en el XII Congreso del Hospital del Niño Doctor José Renán Esquivel, dijo que “la detección temprana evita secuelas neurológicas permanentes, permite intervenciones quirúrgicas oportunas y mejora el pronóstico funcional y desarrollo del niño”
Por: Violeta Villar Liste
“El niño tiene dolores de cabeza frecuentes” o “ya no camina igual” son frases que dichas por los padres en el consultorio del pediatra, son señales de alerta que deben llevar de inmediato a derivar al especialista en Neurología.
Una rápida atención de estos síntomas puede hacer la diferencia en la vida y desarrollo futuro del paciente pediátrico, explicó el Dr. Stanislav Leslei, durante su charla Signos de alarma neuroquirúrgicos en Pediatría: ¿cuándo derivar al neurocirujano?
El Dr. Leslie, médico especialista en Neurocirugía, participó en el XII Congreso del Hospital del Niño Doctor José Renán Esquivel, evento académico y científico que en su edición 2025 rindió homenaje a la figura del Dr. Guzmán Aranda González: Cirugía de epilepsia, modelo de colaboración internacional que cambia vidas desde el Hospital del Niño de Panamá
La importancia de una detección oportuna

El Dr. Leslie enfatizó que “la detección temprana evita secuelas neurológicas permanentes, permite intervenciones quirúrgicas oportunas y mejora el pronóstico funcional y desarrollo del niño”.
Son causas frecuentes de referencia al neurocirujano pediátrico:
- Hidrocefalia: 35%
- Tumores cerebrales: 25%
- Trauma: 15%
- Craneosinostosis: 15%
- Espina bífida: 10%
El Dr. Leslie señala que los signos de alarma varían según la edad del niño. En lactantes menores de un año, estos signos incluyen macrocefalia, microcefalia, deformidad craneal, fontanelas abombadas o tensas, retraso en el desarrollo psicomotor, irritabilidad, vómitos en proyectil y movimientos oculares anormales, conocidos como el signo del sol naciente.
Por otro lado, en niños mayores de un año, los síntomas tienden a ser más neurológicos que físicos. Destaca la presencia de cefalea de alarma, vómitos recurrentes, alteraciones neurológicas focales, antecedentes de trauma craneoencefálico, así como cambios en la conducta o en el rendimiento escolar.
¿Cuándo derivar al neurocirujano?
El especialista enfatizó en el rol crucial del pediatra, quien debe remitir al neurocirujano ante la sospecha o diagnóstico confirmado de hidrocefalia o en presencia de síntomas que sugieran un tumor cerebral, masa intracraneal o malformaciones congénitas como Chiari o mielomeningocele.
Además, el trauma craneal con hallazgos clínicos significativos y la cefalea acompañada de signos neurológicos focales constituyen indicaciones claras para la intervención o evaluación por parte del neurocirujano, señaló el Dr. Leslie.
En Pediatría, subrayó, las urgencias neuroquirúrgicas más críticas incluyen la hidrocefalia aguda, los hematomas intracraneales, los tumores cerebrales y los traumas medulares agudos. Estas condiciones requieren una atención inmediata debido al alto riesgo que representan para la salud y el desarrollo del niño.
Estudios iniciales y especializados

Una vez que el paciente pediátrico es derivado al neurocirujano, se establece un trabajo colaborativo que también requiere la participación activa de los padres o representantes. Este proceso incluye realizar estudios iniciales, neuroimágenes y otros exámenes complementarios esenciales para un diagnóstico preciso.
El Dr. Leslie citó entre otros estudios iniciales, la medición clínica del perímetro cefálico, especialmente crucial en niños menores de dos años, para evaluar posibles alteraciones en el crecimiento cerebral.
El examen de fondo de ojo ayuda a detectar signos de hipertensión intracraneal u otras patologías oculares relacionadas.
El examen neurológico exhaustivo evalúa fuerza muscular, reflejos, coordinación y función de los pares craneales.
La observación de signos cutáneos, resaltó, puede aportar información relevante sobre posibles malformaciones o síndromes asociados.
Este enfoque integral incluye neuroimágenes como ecografías, tomografía computarizada o magnética.
De igual manera, se consideran estudios complementarios importantes para una evaluación más completa. Aunque la radiografía de cráneo se utiliza con menor frecuencia, el especialista destacó que puede ser útil para identificar signos de craneosinostosis.
Por otro lado, la radiografía de columna permite detectar escoliosis, anomalías óseas y otras alteraciones estructurales relevantes. Además, en casos de sospecha de médula anclada con disfunción esfinteriana, estudios como el uroanálisis y la urodinamia, resultan fundamentales para evaluar el funcionamiento del tracto urinario.
El especialista reiteró en las conclusiones de su disertación que la evaluación inicial del médico primario, en este caso el pediatra, la referencia temprana y el trabajo colaborativo son esenciales para actuar a tiempo y garantizar un mejor pronóstico y calidad de vida del paciente pediátrico con señales neurológicas preocupantes.
Por: Violeta Villar Liste | [email protected]