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El sector salud genera el 5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y necesita una transición rápida hacia sistemas resilientes al clima y con bajas emisiones de carbono

Comunicado OMS

El cambio climático ya está provocando una emergencia sanitaria mundial, con más de 540 000 personas que mueren cada año por calor extremo y 1 de cada 12 hospitales en todo el mundo en riesgo de cierres relacionados con el clima, advierte un nuevo informe especial, publicado hoy conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Gobierno de Brasil (Presidencia de la COP30) y el Ministerio de Salud de Brasil.

El informe especial de la COP30 sobre salud y cambio climático: Implementación del Plan de Acción de Salud de Belém , señala que el aumento de las temperaturas y el colapso de los sistemas de salud están cobrando más vidas, y hace un llamado a la acción inmediata y coordinada para proteger la salud en un mundo que se calienta rápidamente. Este informe se publica tras el lanzamiento del Plan de Acción de Salud de Belém, una iniciativa emblemática de la Presidencia brasileña de la COP30, presentada en el Día de la Salud de la COP30, el 13 de noviembre de 2025.

«La crisis climática es una crisis de salud, no en un futuro lejano, sino aquí y ahora», afirmó el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

«Este informe especial aporta evidencia sobre el impacto del cambio climático en las personas y los sistemas de salud, y ejemplos reales de lo que los países pueden hacer —y están haciendo— para proteger la salud y fortalecer sus sistemas sanitarios».

Con temperaturas globales que superan actualmente los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, el mundo ya está experimentando crecientes impactos en la salud.

El informe revela que entre 3300 y 3600 millones de personas ya viven en zonas altamente vulnerables al cambio climático, y que los hospitales se enfrentan a un riesgo un 41 % mayor de sufrir daños por el impacto de fenómenos meteorológicos extremos en comparación con 1990. Esto subraya la urgente necesidad de fortalecer y adaptar los sistemas de salud para proteger a las comunidades de las crisis climáticas.

Sin una rápida descarbonización, el número de centros sanitarios en riesgo podría duplicarse para mediados de siglo, lo que subraya la importancia crítica de implementar medidas de adaptación para salvaguardar la infraestructura sanitaria.

El sector salud genera aproximadamente el 5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y necesita una transición rápida hacia sistemas resilientes al clima y con bajas emisiones de carbono.

El informe identifica deficiencias persistentes que requieren atención urgente. Solo el 54% de los planes nacionales de adaptación sanitaria evalúan los riesgos para los centros de salud, y menos del 30% de los estudios de adaptación sanitaria consideran los ingresos, el 20% consideran el género y menos del 1% incluyen a las personas con discapacidad.

«Las pruebas son claras: proteger los sistemas de salud es una de las inversiones más inteligentes que puede hacer cualquier país», afirmó el profesor Nick Watts, presidente del Grupo Asesor de Expertos y director del Centro de Medicina Sostenible de la Universidad Nacional de Singapur. «Destinar tan solo el 7 % de la financiación para la adaptación a la salud protegería a miles de millones de personas y garantizaría el funcionamiento de los servicios esenciales durante las crisis climáticas, precisamente cuando nuestros pacientes más los necesitan».

Se han logrado avances; entre 2015 y 2023, el número de países con Sistemas Nacionales de Alerta Temprana Multiamenaza (SALTM) se duplicó, llegando a 101, que ahora cubren aproximadamente dos tercios de la población mundial. Sin embargo, solo el 46 % de los países menos adelantados y el 39 % de los pequeños Estados insulares en desarrollo cuentan con sistemas eficaces.

El mensaje central del informe es claro: existe evidencia más que suficiente para intensificar las acciones hoy mismo. Hay intervenciones rentables, de alto impacto y sin consecuencias negativas para cada componente del Plan de Acción de Salud de Belém. Sin embargo, las estrategias de adaptación podrían fracasar si no abordan las causas profundas de la inequidad en salud, tanto dentro de los sistemas de salud como en toda la sociedad.

El informe insta a los gobiernos a:

  • Integrar los objetivos de salud en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) y los Planes Nacionales de Adaptación (PNA);
  • Aprovechar los ahorros financieros derivados de la descarbonización para financiar la adaptación sanitaria y la capacitación de la fuerza laboral ;
  • Invertir en infraestructuras resilientes , priorizando los centros sanitarios y los servicios esenciales; y
  • Empoderar a las comunidades y a los sistemas de conocimiento local para que den forma a respuestas que reflejen las realidades vividas.

El Gobierno de Brasil también publicó un informe complementario, « Participación social, clima y salud: un informe especial para apoyar la implementación del Plan de Acción de Salud de Belém» , que se centra en la participación social, la gobernanza y el compromiso comunitario como una dimensión fundamental del Plan de Acción de Salud de Belém. El informe destaca que el cambio climático plantea graves riesgos para la salud humana, en particular para las poblaciones vulnerables e históricamente marginadas, y que una adaptación eficaz requiere la participación activa de las comunidades en el diseño, la implementación y el seguimiento de las políticas de salud.

“Con la publicación de este informe, Brasil y la OMS reafirman la importancia de la COP30 como la COP de la Verdad. El informe proporciona datos y evidencia claros de que el cambio climático ya está afectando directamente los sistemas de salud en todo el mundo”, afirma el Dr. Alexandre Padilha, Ministro de Salud de Brasil. “Las recientes tragedias demuestran que es el momento de implementar políticas y acciones que aborden los impactos del cambio climático en la salud. El Plan de Acción de Salud de Belém y este informe ofrecen a los países las herramientas que necesitan para convertir la evidencia científica en acciones concretas”.

En conjunto, ambos informes ofrecen vías complementarias para traducir los objetivos del Plan en prácticas: una centrada en la evidencia y la implementación, y la otra en la participación inclusiva y el liderazgo en todas las sociedades.

Comunicado OMS