“En enfermedad metastásica, el beneficio de la inmunoterapia aún no está claro, lo que hace imprescindible la realización de nuevos ensayos clínicos», sostuvo Francisco Ayala de la Peña, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y la Universidad Complutense de Madrid, durante la Jornada Multidisciplinar de Cáncer de Mama
Con información institucional
La Jornada Multidisciplinar de Cáncer de Mama celebró este año su quinta edición en España, y su prmera en Latinoamérica, con el abordaje de aspectos como el riesgo de los disruptores endocrinos, la necesidad de fomentar mejores hábitos y nuevos estudios para evaluar el beneficio real de la inmunoterapia.
La jornada ha reunido a expertos en oncología médica, cirugía, radioterapia y enfermería para abordar la enfermedad desde un enfoque integral.
La prevención del cáncer de mama se ha convertido en uno de los pilares fundamentales del abordaje multidisciplinar.
Entre los factores de riesgo actuales, los disruptores endocrinos destacan por su papel en la alteración del equilibrio hormonal. Estos compuestos químicos, presentes en plásticos, cosméticos y productos cotidianos, pueden interferir con la síntesis, secreción, transporte y eliminación de hormonas naturales, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
La Dra. María José Echarri González, del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés, subraya que la reducción de la exposición a estas sustancias es clave para disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de mama. «Medidas simples, como utilizar envases de vidrio o acero inoxidable, evitar plásticos en contacto con alimentos y priorizar productos frescos frente a procesados, pueden marcar una diferencia notable en la salud hormonal a largo plazo», afirma.
Asimismo, la alimentación desempeña un papel crucial en la prevención. La Dra. Echarri destaca la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, cereales integrales, aceite de oliva y pescado, como un modelo nutricional que aporta antioxidantes y nutrientes esenciales.
«Fomentar la calidad y variedad en la alimentación cotidiana suele ser más eficaz que recurrir a suplementos. Son hábitos que protegen la salud y ayudan a reducir la exposición a sustancias potencialmente nocivas», concluye.
Además de la alimentación y el control de la exposición a químicos, la especialista señala la importancia del ejercicio físico tanto antes del diagnóstico, durante el tratamiento del cáncer de mama y como medida para disminuir el riesgo de recaída y mejorar los efectos secundarios además de controlar el peso. Reducir factores de riesgo como el consumo de alcohol y tabaco se suman a la prevención primaria del cáncer de mama.
La especialista participó en la jornada inaugural de las Jornadas Multidisciplinarias de Cáncer de Mama, celebrada el 7 de octubre en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, evento que ha reunido a expertos en oncología médica, cirugía, radioterapia y enfermería para abordar la enfermedad desde un enfoque integral.
Los coordinadores de la jornada, José Ángel García Sáenz y Manuel Ruiz Borrego, subrayan que la colaboración internacional, especialmente con países de habla hispana en América, permite compartir conocimientos y experiencias que benefician tanto a profesionales como a las personas en proceso de recuperar su salud.

Inmunoterapia en el cáncer de mama luminal
El cáncer de mama luminal RH+ HER2- presenta una gran heterogeneidad biológica y clínica. Francisco Ayala de la Peña, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y la Universidad Complutense de Madrid, explica que las diferencias en el microambiente inmune dependen principalmente de la expresión estrogénica y la proliferación celular, así como de posibles alteraciones en la reparación del ADN.
Aunque aún no existen biomarcadores establecidos para identificar qué personas dentro del subgrupo Luminal B podrían beneficiarse de inmunoterapia en el entorno neoadyuvante, ciertos indicadores como alto riesgo genómico, baja señalización estrogénica, alta proliferación y, en neoadyuvancia, PD-L1 positivo y presencia elevada de linfocitos infiltrantes (TILs), podrían ser relevantes.
“En enfermedad metastásica, el beneficio de la inmunoterapia aún no está claro, lo que hace imprescindible la realización de nuevos ensayos clínicos. En el contexto de la neoadyuvancia, se observa un aumento de la respuesta patológica completa (pCR), aunque es necesario determinar el impacto en la supervivencia libre de eventos (EFS) y la integración con inhibidores de CDK4/6 adyuvantes”, incide Ayala.
HER2 positivo
El cáncer de mama luminal RH+ HER2- es heterogéneo, con diferencias en el microambiente inmune vinculadas a la expresión estrogénica y la proliferación celular, y posibles alteraciones en la reparación del ADN.
Según el Dr. Pablo Jara Martín (Hospital Universitario Gregorio Marañón, Madrid), aún no hay biomarcadores que identifiquen qué personas del subgrupo Luminal B pueden beneficiarse de inmunoterapia neoadyuvante. Algunos indicadores relevantes son alto riesgo genómico, baja señalización estrogénica, alta proliferación y, en neoadyuvancia, PD-L1 positivo y TILs elevados.
En enfermedad metastásica, el beneficio de la inmunoterapia no está establecido, y se requieren nuevos ensayos. En neoadyuvancia, se observa un aumento de la respuesta patológica completa (pCR), aunque su impacto en la supervivencia libre de eventos (EFS) y la integración con inhibidores de CDK4/6 adyuvantes aún deben evaluarse. En subgrupos con baja expresión de receptores estrogénicos, la inmunoterapia puede ser útil, sin sustituir la terapia hormonal.
Implicación activa en el tratamiento del cáncer localizado
El abordaje del cáncer de mama localizado requiere cada vez más que las personas tratadas participen activamente en su propio tratamiento. La Dra. Anabel Ballesteros García (Hospital Universitario de La Princesa) enfatiza que la implicación personal es determinante para prevenir la progresión hacia enfermedad metastásica.
«El éxito terapéutico depende no solo de la elección del tratamiento, sino también del compromiso de la persona tratada para cumplir con la medicación, mantener ejercicio físico regular, llevar una alimentación equilibrada y controlar el peso», explica.
No obstante, la especialista reconoce que mantener la adherencia durante años puede resultar complejo debido a los efectos secundarios. Síntomas como diarrea, aumento de peso, alopecia o molestias menopáusicas impactan directamente en la calidad de vida. «No es lo mismo mantener tratamientos durante cinco años que prolongarlos entre siete y diez. Por ello, la comunicación clara entre los profesionales y las personas en tratamiento es esencial para que comprendan su papel en el proceso y alcancen los mejores resultados», añade.
Ballesteros García también subraya la importancia de la educación sobre el tratamiento y el acompañamiento psicológico como herramientas para mejorar la adherencia y minimizar el impacto emocional que puede generar el tratamiento prolongado.
Radioterapia: tratamientos más cortos y mejor calidad de vida
La radioterapia sigue evolucionando con el objetivo de ofrecer tratamientos eficaces y menos invasivos. La Dra. Anxela Doval González (Hospital Clínico San Carlos) revisó los últimos ensayos clínicos, metaanálisis y revisiones sistemáticas publicados en 2025, destacando que la radioterapia es un tratamiento locorregional seguro y eficaz, con un perfil de efectos secundarios reducido.
«Estamos adoptando esquemas más cortos, que reducen el tiempo de exposición, garantizan seguridad y mejoran la calidad de vida de las personas tratadas. Además, la radioterapia prequirúrgica está mostrando resultados prometedores y podría convertirse en un cambio significativo frente al enfoque tradicional», explica Doval González.
La especialista también señala la importancia de personalizar los protocolos según la edad, el tipo de tumor y las comorbilidades de cada persona. La radioterapia ya no se concibe únicamente como un tratamiento postoperatorio; las estrategias prequirúrgicas y la integración con otras modalidades terapéuticas abren nuevas posibilidades para optimizar resultados y minimizar efectos secundarios.
Desescalada terapéutica y nuevos biomarcadores
La desescalada terapéutica representa uno de los avances más significativos en oncología moderna, especialmente en tumores de bajo riesgo biológico. María Valero Arbizu, coordinadora de la Unidad de Cáncer de Mama de Oncoavanze-Hospitales Quirónsalud, explica que estas estrategias buscan mantener la eficacia de los tratamientos mientras se reducen los efectos adversos y la duración de los mismos.
«El conocimiento del estadio ganglionar sigue siendo clave en tumores de mayor riesgo, como los luminales de riesgo intermedio o alto, HER2 positivos y triples negativos que no alcanzan respuesta patológica completa tras la neoadyuvancia», detalla la especialista.
Arbizu insiste en la necesidad de identificar y validar biomarcadores clínicos, genómicos y metabólicos que puedan sustituir el estadio ganglionar como herramienta de decisión terapéutica. Además, subraya la importancia de ensayos clínicos prospectivos que integren estrategias multimodales, considerando la heterogeneidad biológica y clínica de los distintos subtipos de cáncer de mama.
Con información institucional