fbpx
Imagen de Freepik

Panamá participa en tres pruebas regionales que pretenden aportar información para orientar políticas educativas, dos de ellas orientadas a incidir, a corto plazo, en la calidad del aprendizaje de los estudiantes, a través de información individualizada dirigida a directores, docentes y padres de familia. Las evaluaciones locales también avanzan.

Por: Cecilia Fonseca S. Fotos: CFS

Cecilia Fonseca es periodista con 30 años de ejercicio. Tiene Maestría en Dirección de Comunicación Corporativa y Marketing Digital. Programa de Desarrollo Directivo de Aden Business School, Diplomado en Gerencia Social y Políticas de Discapacidad” (OEA)

Con el apoyo del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación de América Latina y el Caribe  (LLECE), investigadores del área educativa y del Ministerio de Educación (Meduca) de Panamá, trabajan en afinar las herramientas de diagnóstico y en cómo dar uso concreto e individualizado a sus resultados, de manera que estos datos permitan a directores de centros educativos y docentes e, incluso, a los padres de familia, aplicar estrategias que mejoren los aprendizajes de niños y jóvenes. 

Los avances de estas tareas fueron compartidos el viernes 24 de noviembre de 2023, en el marco del ciclo de conferencias “Estado actual y perspectivas futuras de las pruebas estandarizadas nacionales e internacionales”.

“La evaluación estandarizada, más que buscar simplemente ser un termómetro de la calidad, tiene que contribuir y hacer un aporte en calidad, y ese es un tremendo desafío (…) un aporte a la mejora, en todos los niveles del sistema educativo, tanto a nivel sistémico, macro y meso, como en las escuelas”, explicó Juan Bravo coordinador del LLECE, organismo que tiene su sede en la Oficina Regional de la Unesco, en Santiago de Chile, y coordina las evaluaciones del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) el más amplio que se hace en la región y en el cual participan 18 países, incluido Panamá.

¿Qué evalúa el ERCE?

El ERCE evalúa aprendizajes de los estudiantes referidos a los currículos de la región en tercer y sexto grado en las áreas de lectura y escritura (español), y matemáticas y ciencias, respectivamente.

Esta prueba, destacó Bravo, más que pensarse como una iniciativa que quiere comparar a los países y por tanto constituir una suerte de competencia por los resultados, como aseguran muchos erróneamente, busca entregar información de trayectorias, es decir, interpretar cómo los sistemas educativos y sus resultados evolucionan a lo largo del tiempo, y aportarle a su propio proceso de mejoramiento de la calidad de la educación.

El LLECE tiene actualmente tres iniciativas en curso y en las cuales Panamá está participando:

  • ERCE 2025
  • ERCE pospandemia: busca cuantificar, dimensionar e identificar los grupos afectados en términos de aprendizaje durante la pandemia de COVID-19.
  • ERCE escuelas, básicamente un piloto en el cual participan cuatro países.

La característica diferenciadora de estas dos últimas pruebas estandarizadas es que arrojarán resultados inmediatos. De esta forma se podrá tener un impacto directo en la calidad del aprendizaje de los estudiantes. 

El ERCE 2025, además de las evaluaciones en español, matemáticas y ciencias, incluye una dimensión para evaluar las habilidades socio-emocionales de los niños. En 2019 se incorporaron tres: empatía, apertura a la diversidad, autoevaluación escolar. En 2025 se agregan trabajo cooperativo y autoeficacia académica (nivel de desempeño real).

Además, informó Bravo, se incluirán aspectos que tienen que ver con el fenómeno de las migraciones, con género y con la pandemia, por su importancia para la región.

Sobre el ERCE pospandemia, la evaluación será comparable con la de 2019, a objeto de evaluar magnitud de la brecha de aprendizaje y cuáles son los grupos más afectados por la pandemia.

Los gobiernos de Panamá, Bolivia y Argentina le pidieron colaboración al laboratorio con este desafío y por ello se pondrá en marcha esta iniciativa puntual que permitirá tener una información inmediata para orientar políticas en el corto plazo. 

Sobre el ERCE escuelas, la meta es entregar los resultados a directores de escuelas y profesores, llamados a ayudar a los estudiantes.

“En el diagnóstico identifican cuáles son las áreas más débiles y evalúa a los estudiantes. Es decir, entrega resultados que son individuales, no de país (casos del ERCE 2025 y el ERCE 2019), información por estudiante que permite intervenir directamente en el trabajo escolar; en el trabajo pedagógico cotidiano”. 

De hecho, uno de los desafíos del LLECE que Bravo enumeró es que la cultura de evaluación no se quede en los ministerios o en el sistema, sino comunicarla a los maestros y directores y dotarlos de competencias para poder usar los datos y tomar decisiones orientadas a la mejora de los aprendizajes de los estudiantes.

«Si no se usan los datos es información que se pierde y oportunidad de aporte a la mejora. Estamos trabajando con el equipo del Ministerio de Educación (Meduca) para que eso realmente ocurra pero no deja de ser un tremendo desafío para todos los sistemas”, aseguró.

Gasto público en educación vs resultados de las pruebas

Jorge Bloise Iglesias, abogado e investigador

Luego del recorrido por las pruebas estandarizadas en las que participa el país, correspondió la presentación de los resultados del primer estudio nacional que se propuso analizar la correlación que existe entre la inversión pública en educación y los resultados de estas evaluaciones.

La investigación titulada La relación entre el gasto público en educación y los resultados de aprendizaje en Panamá fue ganadora del Fondo de nuevos investigadores 2021 de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y es autoría del abogado e investigador Jorge Bloise Iglesias.

Fue su trabajo para optar al título de Maestría en Análisis Económico de Quality Leadership University y la Universidad de Chile. Los datos permitieron sacar conclusiones a nivel nacional y por región educativa del país y se analizó un período de 20 años. 

Bloise manifestó como antecedentes que del 2014 al 2019, Panamá ha aumentado año a año su presupuesto.

A nivel regional (datos de 2022), Panamá solo invierte más que Paraguay y ocupa el puesto 63 de 180 en términos del gasto público en educación. “El porcentaje recomendado por Unesco es del 20% con relación al PIB, y Panamá aun no llega al 6%. En el 2000, el 3.9% del PIB (BM 2022)”, afirmó. 

También destacó que al iniciar su investigación encontró que el plan de trabajo de la Senacyt plantea una serie de escenarios que afrontaría Panamá para 2040. El peor escenario sería el debilitamiento de la economía y el nivel de calidad de vida de las personas, entre otras causas si se mantiene la calidad de la educación, producto de una baja inversión.

De allí que consideró relevante —y ante un aumento previsto de entre el 35% y 40% del presupuesto del Meduca para la vigencia 2024— saber hacia dónde debe ir la inversión o qué dice la investigación sobre los resultados que se obtienen si se invierte más.

Cruzó datos y analizó tres escenarios diferentes utilizando las pruebas LLECE de 2006, 2013 y 2019, y los resultados de las pruebas CRECER de 2016, 2017 y 2018.

Los resultados no sorprendieron al investigador ni a sus asesores y colaboradores. “En las pruebas LLECE no hay una correlación significativa entre inversión y resultados, a excepción de matemáticas de sexto grado que presenta una correlación significativa completa”, expresó Bloise.

Y en cuanto a las pruebas CRECER apuntó: “Para ninguna de las tres correlaciones se muestra significancia entre el presupuesto y el resultado de las pruebas. En ninguno de los tres años se obtuvo una correlación significativa, es decir, una relación directa entre lo que se invierte en educación y los resultados que se obtienen”.  

Los cálculos de inversión estuvieron basados en el presupuesto de funcionamiento ejecutado del Meduca, repartido entre todos los estudiantes.

En cuanto a las correlaciones por región educativa, Bloise precisó que tampoco se muestra una correlación significativa entre el resultado de las pruebas y el presupuesto de inversión docente/estudiante.

Sin embargo, destacó que al analizar las cifras región por región, en los diferentes años de las pruebas y en los diferentes tipos de pruebas, obtienen mejores resultados regiones como Panamá norte, Panamá centro y San Miguelito que, en comparación con las otras, se les destina menor presupuesto.

“Hay unas regiones que tienen mejores resultados pero invierten inclusive el doble”, agregó. 

La investigación determina que «sin importar cuánto hemos invertido más, año a año, prueba a  prueba, con diferentes análisis y correlaciones, no se obtienen precisamente mejores resultados».

Queda abierto el debate sobre la eficiencia del gasto público, reflexionó.

Algunas historias que cuenta el ERCE

Nadia de León, directora del Ciedu

La doctora Mariana León, junto con Nadia De León, directora del Centro de Investigación Educativa (Ciedu), presentaron la conferencia Datos de la investigación pruebas ERCE en Panamá.  

De León detalló que compararon al país con sus vecinos, para lo cual hicieron un modelo con los factores asociados de Panamá, Costa Rica, Colombia y República Dominicana, países que tienen realidades, resultados e historias parecidas. Se enfocaron en las pruebas de español de 2019 y utilizaron un modelo de regresión multinivel: nivel escuela y nivel estudiante. 

Evaluaron características del nivel estudiante como índice socioeconómico (cuánto dinero gana la familia, cuántos libros hay en la casa, si tienen televisor…) y las del nivel escuela (si tienen internet, tableros, libros de texto, entre otros).

¿Qué revelaron las pruebas ERCE de lo que ocurre en el hogar? León manifestó que los formularios que rellenaron los padres les permitieron entender algunas características que pueden estar asociadas al desempeño del niño en las pruebas, es decir, que inciden en su aprendizaje. 

Una conclusión que puede parecer básica: hacer las tareas en casa.

«Si las hacen  por lo menos una vez a la semana, hay una diferencia con relación a quienes no las hacen». “En República Dominicana y Colombia hubo una incidencia (…) asociada a que los estudiantes obtuvieran mayores puntajes. En Panamá destaca el tema del involucramiento parental, muy asociado a puntajes más altos para tercer grado en español, en particular en asignaciones de lectura”, afirmó. 

Y la incidencia que detectaron en Panamá no es poca, de entre 6 y 18 puntos en el desempeño del niño en las pruebas. 

El índice de involucramiento parental se comprobó a partir de preguntas que son respondidas por los estudiantes, entre ellas: ¿Mi papá o mi mamá me preguntan si yo hice mis tareas hoy? ¿Mi mamá o mi papá me preguntan cómo me fue en la escuela? ¿Mi mamá o mi papá me preguntan si entendí todo lo que se hizo en la escuela?

Aquí vemos dos factores muy importantes, indicó León: el del tiempo que yo, como niño, uso haciendo tareas en la casa, que eso también tiene mucho que ver con el seguimiento que me den mis padres, y el involucramiento de mi padre y mi madre en mi educación. 

Frente a estos resultados, la recomendación del Ciedu hacia los padres es reforzar la importancia de hacer tareas en casa.

Cuando el niño siente un interés genuino de parte de sus padres con respecto a su desempeño estudiantil, esta conducta actúa como un factor positivo en su progreso.

Las investigadoras también indagaron sobre los hallazgos ligados al acceso a recursos educativos, como contar con una computadora, un rincón de lectura y un libro de texto.

Ocurre que depende del tipo de escuela y de país, lo cual revela que no se estaría usando el recurso de manera adecuada.

También analizaron el clima escolar, la violencia en las escuela, pensada desde aspectos muy básicos como ponerle sobrenombres a los niños, molestarlos o empujarlos.

Y el resultado está sobre la mesa: “Panamá, Costa Rica  y República Dominicana mostraron que la violencia dentro de la escuela, según lo informado por maestros y directores, tuvo un efecto significativo” para los resultados del lenguaje. No obstante, los resultados varían de una escuela a otra, es decir, que  puede suceder en unas y en otras no. Al hacer las preguntas a los estudiantes, el índice predice significativamente un mayor o un menor desempeño de los estudiantes en las pruebas.

Nuestra recomendación para las escuelas, los docentes y los directores —dijo León— es que el clima que se fomente dentro de las escuelas y los recursos disponibles tendrán un gran efecto sobre el resultado.

El Ciedu también analizó impactos de nivel sistémico, es decir, que están fuera de control del director de escuela y del docente, por ejemplo, si la escuela se sitúa en un área rural o urbana. “En Panamá, los estudiantes que estudian en áreas rurales tienen puntajes significativamente más bajos y en Costa Rica tienen puntajes significativamente mas altos».

Es un elemento de valor porque indicaría que el área no siempre es un elemento condicionante.

Un dato muy positivo que revelaron en el caso de Panamá, es el resultado positivo de asistir al preescolar. Los niños que habían asistido a esta etapa, “tenían 24 puntos más en los resultados en tercer grado, en lectura”, a pesar de tener el país solo 27% de cobertura en preescolar. De León remarca que esto muestra una oportunidad “grandísima de incidencia (…)»

¿Hacia dónde vamos en evaluación nacional?

Gina Garcés (Meduca), directora nacional de Evaluación Educativa del Meduca

Gina Garcés, directora nacional de Evaluación Educativa del Meduca, cerró la jornada con la presentación Perspectivas de las evaluaciones en Panamá. 

Garcés destacó la existencia del Sistema Nacional para el Mejoramiento de la calidad del sistema educativo —creado mediante decreto ejecutivo 878— y sus tres grandes componentes: la evaluación del aprendizaje estandarizada, la evaluación de los educadores, que comprende a los docentes, directores de escuelas y supervisores, y la evaluación institucional, denominada Programa integral de mejoramiento de los centros educativos (Pimce).

Reconoció que en ninguno de los dos niveles del ERCE 2019 Panamá llegó al nivel promedio de la región, resultado que también expresan las pruebas nacionales. Implica un gran reto promover el aprendizaje en estas áreas. 

En cuanto al ERCE escuelas dijo que la idea es que sea utilizado como una herramienta pedagógica que le permita al docente aplicar la prueba, calificarla, de una vez, ver cuáles son las necesidades de sus estudiantes y hacer la intervención de forma inmediata.

“Comenzamos con aplicar la de medio año y la del último periodo (actual) el reto es terminar de aplicar para ver los avances que tienen nuestros estudiantes”, indicó.

Expositores y asistentes

Esta prueba, dirigida a estudiantes de tercer grado, se efectúa en 36 centros (6 en Chiriquí, 2 en Los Santos, 6 en Veraguas y 22 en Panamá oeste), y con 71 docentes. 

Sobre el ERCE pospandemia, la directora de Evaluación del Meduca adelantó que Panamá solicitó a la Unesco hacer una sobremuestra, es decir, que además de la muestra nacional se hiciese un estudio comparativo por región educativa. Ocurre que por la situación país este aspecto adicional se detuvo por este año.

Asimismo, informó que están listos para aplicar el piloto del ERCE 2025 —en el cual participarán 74 centros educativos— y ya les llegó firmado el convenio sobre la participación de Panamá en la prueba PISA 2025 que, para el próximo año, alinea el marco de las ciencias con el de las matemáticas y la lectura, y no específicamente con la “competencia científica”. Es decir, señaló Garcés, “ya es oficial que Panamá va a participar”.

Anunció, además, que se hizo un ajuste en la prueba nacional denominada CRECE Panamá, con el apoyo del LLECE y todo el equipo de la Unesco.

“Hemos desarrollado la tabla de especificaciones, el análisis curricular de nuestros programas para elaborar nuestros ítems —estamos en fase de revisión—, y hemos sido un poco ambiciosos, al ampliar el alcance de nuestra prueba sumando a tercero y sexto, el noveno grado, y para el próximo año también vamos a poder aplicar lo del nivel censal en los tres niveles”, aseguró.

Destacó la aplicación de pruebas de carácter formativo dirigido a docentes y directores de centros educativos, así como pruebas más pequeñas para medir, por ejemplo, “el seguimiento en línea para el área de matemáticas durante la pandemia”.

¿Qué encontraron? Matemáticas, asignatura que el programa dice que se tiene que impartir todos los días, en época de pandemia los estudiantes solamente la recibían una vez a la semana (69%). Además, 5% de los alumnos no tuvieron seguimiento.

Por: Cecilia Fonseca