Tu estilo de vida puede cambiar la forma en la cual tus genes se expresan, lo que a su vez influye en el riesgo de desarrollar enfermedades, es decir, los hábitos diarios tienen un peso importante
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid. Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia. Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)
El ADN es la molécula portadora de la información genética, organizada en una doble hélice. Es la herencia genética de los padres que trae las instrucciones sobre todas las funciones de un nuevo organismo. Los segmentos funcionales de este ADN son los genes, que contienen las instrucciones para sintetizar proteínas a través de los procesos de transcripción (ADN a ARN mensajero) y traducción (ARNm a proteína).
Sin embargo, el ADN no está «desnudo» dentro del núcleo. Para caber en un espacio tan pequeño, se compacta de una manera extraordinariamente organizada, en una unidad muy compacta llamada nucleosoma. Este ADN va formando histonas, u octámeros de proteínas, que a su vez se agrupan en lo que se conoce como cromatina.
Esta cromatina es muy importante y puede existir en dos estados: el que se conoce como “eucromatina”, en el cual el ADN es accesible a la maquinaria de transcripción, por lo cual los genes en esta región están «activos» o pueden ser leídos; y el estado “heterocromatina”, que es una forma altamente condensada y compacta, en donde el ADN está tan apretado que la maquinaria de transcripción no puede acceder a él, por lo que los genes en esta región están «silenciados» o inactivos
La epigenética actúa regulando si un segmento de cromatina está en un estado abierto (eucromatina) o cerrado (heterocromatina), sin alterar la secuencia de A, T, C, y G del ADN. No cambia el manual de instrucciones genéticas, pero la epigenética le dice a las células qué genes deben «encender» o «apagar«. Esto es crucial, porque no todas las células necesitan usar toda la información del manual al mismo tiempo. Por ejemplo, una célula del corazón no necesita las instrucciones para ser una célula del cerebro.
Influencia del ambiente y nuestro estilo de vida

En la epigenética estas «marcas» no son fijas. Pueden cambiar a lo largo de tu vida debido a factores externos. Las decisiones que tomas todos los días y el ambiente en el que vives pueden añadir o quitar esos marcadores epigenéticos. Esto significa que tu estilo de vida puede cambiar la forma en que tus genes se expresan, lo que a su vez influye en tu riesgo de desarrollar enfermedades, es decir, los hábitos diarios tienen un peso importante.
Cuando piensen en enfermedades con un componente epigenético (prácticamente todas), no piensen en una mutación en la secuencia del ADN. Piensen en un patrón de expresión génica alterado debido a por lo menos tres tipos conocidos de modificaciones.
- Metilación aberrante del ADN: Genes supresores de tumores que deberían estar activos son silenciados por hipermetilación en sus promotores.
- Modificaciones anómalas de histonas: Un desequilibrio entre las actividades de histonas acetiltransferasas (HATs), que promueve la formación de eucromatina y, por lo tanto, la activación génica y, de histonas desacetilasas (HDACs) puede llevar a una expresión inadecuada de genes relacionados con la inflamación o el metabolismo.
- Desregulación por ncRNA: Una sobreexpresión de ciertos microARNs puede estar silenciando genes protectores, degradando directamente el ARNm para impedir la traducción.
Epigenética en enfermedades conocidas
Obesidad e Hipertensión: Una persona puede tener una predisposición genética a la obesidad. Sin embargo, si mantiene una dieta saludable y hace ejercicio regularmente, los genes que promueven el almacenamiento de grasa pueden permanecer «apagados». Por el contrario, una dieta alta en grasas y azúcares puede «encender» esos mismos genes, llevando al sobrepeso y, a menudo, a la hipertensión. En la hipertensión, ciertos hábitos pueden activar genes que regulan la presión arterial de manera incorrecta.
Determinantes sociales y enfermedad renal

Una dieta deficiente no solo afecta el peso. Puede provocar cambios epigenéticos que aumentan la inflamación en el cuerpo y alteran el metabolismo, factores que contribuyen directamente al daño en los riñones.
El consumo excesivo de estas sustancias es tóxico para el cuerpo y genera un estrés inmenso a nivel celular. Este estrés puede causar modificaciones epigenéticas que «encienden» genes relacionados con la fibrosis (cicatrización) y la inflamación en los riñones, conduciendo a una enfermedad renal crónica.
¿Qué sabemos y hacia dónde vamos?
El campo de la epigenética es relativamente joven, pero está avanzando a pasos agigantados. Hoy sabemos que la epigenética es fundamental en casi todas las enfermedades, desde el cáncer y la diabetes hasta las enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes. Se han identificado muchos de los mecanismos específicos (como la metilación del ADN y la modificación de histonas) que actúan como esos «interruptores» genéticos. También se ha descubierto que algunas de estas marcas epigenéticas pueden, en ciertos casos, ser heredadas por las siguientes generaciones.
La investigación actual se centra en varios frentes:
- Diagnóstico Temprano: Se están desarrollando análisis de sangre que pueden detectar patrones epigenéticos asociados a enfermedades como el cáncer, mucho antes de que aparezcan los síntomas.
- Terapias Epigenéticas: Ya existen algunos medicamentos que pueden revertir cambios epigenéticos dañinos. Por ejemplo, se usan en ciertos tipos de cáncer para «reactivar» genes supresores de tumores que habían sido silenciados.
- Medicina personalizada: En el futuro, un análisis de tu epigenoma podría ayudar a los profesionales de la salud a darte consejos de estilo de vida y tratamientos médicos completamente personalizados y adaptados a necesidades únicas.
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI