“Ante este panorama de desinformación creciente y agendas anticiencia que ponen en riesgo la salud de las poblaciones más vulnerables, la Sociedad Panameña de Pediatría reafirma su compromiso con la ciencia, la ética médica y la salud pública”
Con información de la SPP
La Sociedad Panameña de Pediatría (SPP), ante decisiones tomadas en Estados Unidos por autoridades de salud que podrían causar confusión, explicó en comunicado que “la vacuna contra la hepatitis B al nacer es una herramienta vital de salud pública. Su aplicación en las primeras 24 horas de vida ha demostrado ser segura y eficaz en prevenir infecciones crónicas que pueden derivar en cirrosis hepática o cáncer de hígado en la adultez. Su uso ha sido clave en la reducción global de la carga de enfermedad hepática”.
La institución expresó su preocupación porque el actual secretario de Salud de Estados Unidos, “reconocido por su postura antivacunas, ha tomado una serie de decisiones alarmantes que debilitan las bases científicas del programa nacional de inmunización de EE.UU., eliminando de golpe el conocimiento institucional acumulado por décadas.
La primera reunión del Comité Asesor de Prácticas de Inmunización (ACIP) reconfigurada ha generado gran inquietud al poner en duda la recomendación de aplicar la vacuna contra la hepatitis B al nacer» y exponer argumentos falsos sobre la seguridad del timerosal”, conservante que está retirado de la mayoría de las vacunas pediátricas.
“También es fundamental recordar que la creencia de que las vacunas causan autismo proviene del estudio publicado en 1998 por Andrew Wakefield en la revista The Lancet, que supuestamente vinculaba la vacuna triple vírica (MMR) con trastornos del espectro autista. Este estudio fue completamente retractado tras demostrarse que contenía datos falsificados y graves conflictos de interés. Wakefield perdió su licencia médica por estas faltas éticas y científicas. Esta publicación fraudulenta sigue siendo uno de los pilares del movimiento antivacunas actual”.
“Ante este panorama de desinformación creciente y agendas anticiencia que ponen en riesgo la salud de las poblaciones más vulnerables, la Sociedad Panameña de Pediatría reafirma su compromiso con la ciencia, la ética médica y la salud pública”, exponen.
La SPP dijo que trabaja “de forma firme para fortalecer la confianza en las vacunas, respaldados por décadas de evidencia científica que demuestran su seguridad, eficacia e impacto en la reducción de la mortalidad infantil y enfermedades prevenibles”.
Reiteran su “compromiso con una política de vacunación basada en evidencia científica, a través de nuestro trabajo constante en inmunización, salud pública, educación médica, y apoyando todos los esfuerzos que promuevan una población sana”.
Con información de la SPP