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“La ciencia mal comunicada no solo pierde credibilidad, también puede generar
consecuencias legales irreversibles
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Por: Magíster Nathalie Carrasco, especialista en Neurocomunicación y Comunicación Científica



Hablar de ciencia es una responsabilidad ética, pero también una responsabilidad jurídica. Hoy más que nunca, la sociedad exige que quienes investigan, divulgan o comunican ciencia lo hagan no solo con precisión, sino dentro del marco legal que protege tanto al conocimiento como a las personas.

Equipos de investigación, hospitales, universidades y empresas biotecnológicas, entre otros, se enfrentan a un escenario complejo: cómo amplificar su mensaje sin incurrir en omisiones legales o riesgos reputacionales.

Aquí detallo los 10 errores más comunes —y peligrosos— que deben evitarse al comunicar ciencia, con respaldo normativo y evidencia.

1. Difundir hallazgos sin revisión ética ni legal previa

Uno de los errores más frecuentes es publicar comunicados o resultados sin pasar por los filtros de revisión de comités de ética, oficinas de transferencia tecnológica o asesores legales. Esto puede derivar en sanciones institucionales o incluso en demandas, especialmente si el mensaje genera consecuencias negativas.

 Referencia: World Health Organization (2021). Ethical standards for health research communication.

2. Usar lenguaje absoluto o promesas de cura

Frases como “cura definitiva”, “tratamiento garantizado” o “efectos comprobados” pueden violar leyes de publicidad sanitaria. En países como Canadá, EE. UU. y Panamá, este tipo de lenguaje está regulado por entes como la FDA o la ANMAT.

Estudio: Ventola CL. (2011). Direct-to-consumer pharmaceutical advertising: therapeutic or toxic? Pharmacy & Therapeutics, 36(10), 669–684.

3. Infringir derechos de autor y propiedad intelectual

En comunicación científica se utilizan gráficas, imágenes de artículos, datos de terceros o recursos visuales que muchas veces están protegidos por copyright o licencias tipo Creative Commons. Usarlos sin permiso es una violación legal.

 Base legal: Convenio de Berna, Ley de Derechos de Autor de Panamá, Copyright Act (Canadá).

4. Revelar datos de investigaciones antes de patentar

Una divulgación prematura puede invalidar una patente. El Acuerdo sobre los ADPIC de la OMC y las leyes nacionales de propiedad industrial establecen que la novedad debe ser preservada hasta el registro. Cualquier publicación pública puede considerarse una divulgación anticipada.

 Referencia: WIPO (2022). Patent-related disclosure of inventions.

5. Omitir consentimiento informado en testimonios de pacientes

Grabar a un paciente o compartir su testimonio requiere consentimiento informado específico para divulgación pública. Esto está regulado por normativas de privacidad como el GDPR (UE), HIPAA (EE.UU.) o la Ley 81 (Panamá) sobre datos personales.

 Estudio: Mello MM, et al. (2018). HIPAA and health research: Protecting privacy in a digital age. New England Journal of Medicine, 378(8), 760–762.

6. No diferenciar entre información científica y promocional

Cuando una empresa biotecnológica, universidad o startup de salud comunica ciencia con fines comerciales, debe indicar con claridad que se trata de material publicitario y seguir las normas correspondientes. De lo contrario, puede incurrir en publicidad engañosa.

Referencia legal: FDA (Code of Federal Regulations, 21 CFR Part 202).

7. Omitir las fuentes o interpretar mal los datos

Citar estudios sin leerlos, extrapolar resultados o usar cifras fuera de contexto no solo atenta contra la ética científica, también puede interpretarse como negligencia o manipulación informativa, con consecuencias legales en entornos regulatorios.

Estudio: Ioannidis JP. (2005). Why most published research findings are false. PLOS Medicine.

8. Divulgar sin respetar acuerdos de confidencialidad

Muchos proyectos de investigación están regidos por contratos de confidencialidad (NDAs). Difundir información sin autorización puede generar demandas por incumplimiento contractual, incluso si el contenido parece inocuo.

Base legal: Código Civil de Panamá y contratos tipo NDA de colaboración científico-empresarial.

9. Usar logos institucionales o gubernamentales sin permiso

Colocar logos de universidades, organismos de salud o reguladores para “dar respaldo” a una publicación, sin permiso formal, puede ser considerado suplantación o mal uso de imagen institucional.

Ejemplo: Política de uso de marca de la OMS (World Health Organization Trademark Policy, 2022).

10. No tener un protocolo de rectificación pública

Errar es humano. Pero si la comunicación genera desinformación o consecuencias negativas, no contar con un protocolo de retractación o corrección pública puede agravar la situación legal y reputacional.

📌 Ejemplo: COPE (Committee on Publication Ethics). Guidelines for retracting scientific communications.

La ciencia no solo debe ser clara, también debe ser legal

Cada pieza de contenido científico que divulgamos —sea una infografía, un artículo o una entrevista— firma un contrato invisible con la sociedad. Un contrato que debe respetar la verdad, pero también las leyes.

Una comunicación científica estratégica, ética y legal es un factor de impacto y diferenciación clave para instituciones, investigadores y empresas.

💡 La pregunta clave en esta reflexión es: ¿Tu organización comunica ciencia y quieres blindar tu estrategia legal y éticamente? ¿Qué estas haciendo al respecto?

Nos leemos en nuestra siguiente entrega del próximo miércoles.

La autora es abogado, comunicadora y Business Process Manager, enfocada en gestión empresarial con tres maestrías en Comunicación: Máster en Comunicación Estratégica y organizacional, Máster en Neurocomunicación, Máster en Comunicación Científica. Vive en Canadá.