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Ilustración: Pedro Crenes

Pensar es un mal hábito, pretérito vicio, que ahora se ha convertido en señal de peligro para los de arriba y en motivo de insulto para los iguales

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Reseña por: Pedro Crenes Castro


¿Cuándo dejamos de ascender en literatura, en lectura, en educación, en una cultura que marque país y sea marca país? La imagen final del poema es de una brutalidad reveladora del momento: «un crujir de huesos contra la carne»

Los tonos del verbo

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
—como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
—envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Jaime Gil de Biedma

No volveré a ser joven

Es tal el impacto de la vida real, de lo cotidiano, que hemos corrido desesperados a los brazos del ocio, del malo, del que desconecta de lo importante, e introduce a todos los vicios posibles, sobre todo, a los respetables: el vicio de no leer, de no pensar; el vicio del orgullo, de la sin razón y hasta del autobombo.

Pensar es un mal hábito, pretérito vicio, que ahora se ha convertido en señal de peligro para los de arriba y en motivo de insulto para los iguales.

Como señala Jaime Gil de Biedma, «el único argumento de la obra» es «envejecer, morir» —«la verdad desagradable asoma»—, hemos dejado que la ilusión del instante, de lo momentáneo e inmediato, nos sustraiga del inevitable paso del tiempo, al que hemos hecho responsable, por dejarlo pasar, de nuestro bienestar, él «lo cura todo», dice la necedad popular, cuando la verdad es que casi todo lo enquista: dale tiempo a una mentira, otro gran vicio renovado y sofisticado de nuestros días, y verás cómo se convierte en verdad.

Pero eso «uno lo comienza a comprender más tarde», porque estamos enfermos de inmadurez, de una adulescencia de criterio que nos hace dar soluciones infantiles a los grandes problemas. El tono del verbo es de alerta, es reflexivo.

En esta forma de ocaso,

es casi imposible precisar la hora

en que el ascenso se detuvo

y se inició el declive.

Lo cierto

es que en el vértigo y la caída

no hay aire sino impotencia,

desarraigo

y un crujir de huesos contra la carne.

Manuel Orestes Nieto.

Nadie llegará mañana

En el fondo de este poema de Orestes Nieto, está la imagen y surge la pregunta vargasllosiana: «¿Cuándo se jodió el Perú?». ¿Cuándo nosotros? ¿Cuándo llegamos a esta «forma de ocaso»? ¿Cuándo dejamos de ascender en literatura, en lectura, en educación, en una cultura que marque país y sea marca país? La imagen final del poema es de una brutalidad reveladora del momento: «un crujir de huesos contra la carne». El golpe será cruel, la caída ya está en marcha. El tono del verbo es de llamado, es de urgencia. Es una invitación descarnada a abrir los ojos.

Que el optimismo no se convierta en desafección selectiva, que la esperanza no se convierta en resignación nunca. Si bien es cierto que la literatura y la cultura en general también es ocio y disfrute, nunca, la buena, nos deja indiferentes. Ante el aluvión de libros que celebran con alegría infantil, ante la autocomplacencia, conviene volver a una certidumbre de la infancia: cuando un niño juega lo hace en serio. Si tan solo nos pudiéramos permitir como ciudadanos ser lectores en serio del juego literario, nuestra sociedad empezaría a avanzar, pero ya ven, desde arriba no quieren que nadie juegue, que nadie piense ni reflexione.

La vida va en serio, no volveremos a ser jóvenes. Nadie llegará a mañana a menos que detengamos el declive.


Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña | [email protected]

Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.