La artista venezolana presenta las exposiciones Fragmentos, que a través de 80 piezas ofrece una mirada retrospectiva de tres décadas de trayectoria, y Vínculos, en la que despliega la instalación interactiva 1i025 (2025). Ambas muestras pueden visitarse en el Centro de Arte Los Galpones de Caracas hasta el próximo enero
Por: Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional
Amigos lectores:
I.
Seré breve: las doce páginas de esta edición -diez dedicadas a las artes visuales, dos que ofrecen a nuestros seis columnistas-, vienen acompañadas de un segundo PDF: dos páginas en las que listo los muchos agradecimientos que llevo conmigo, hacia quienes son parte de la causa cultural de la que el Papel Literario es una pieza del engranaje, con más de 82 años de historia.
II.
Al grano:
Alberto Fernández R. escribe sobre Magdalena Fernández: “No copia o imita, sino que reinterpreta aquel que produjeron sus antecesores. Es decir, al igual que otros destacados creadores como Elías Crespin, Emilia Azcárate o Jaime Gili, concibe la abstracción geométrica como esa ruina (simbólica) de la modernidad, como un acervo cultural susceptible de (re)significación para enunciar nuevo conocimiento”. Página 1.
III.
Ruth Aurbach sobre Theo Guédez: “Ahora su búsqueda se expande para explorar el escenario y la atmósfera donde se cultivan, además, las creencias espirituales, así como los símbolos, alegorías e iconografías populares que el artista interpreta gestualmente con su habitual y saturado colorido”. Página 2.
IV.
Escribe Óscar Lucien en Mirada documental: la fotografía no traduce el mundo, lo interpreta: “No hay, pues, neutralidad posible. Cada imagen es el resultado de una intencionalidad, de una subjetividad en acción. La cámara es solo el intermediario técnico entre una mirada y el mundo. No hay fotografía inocente. Toda imagen implica una mirada, una ética y una intención”. Página 3.
V.
María Teresa Boulton sobre Johanna Pérez Daza: “el libro el hogar de la fotografía; la fotografía ante nuestro dolor; la fotografía en su laberinto; las máscaras de la información; magia e imaginación; deseo y posesión, espejos rotos…, son algunas de sus re flexiones, que a la vez, producen otros pensamientos propuestos por la autora”. También en la página 3.
VI.
Nicolás Gerardi Rousset ofrece una aproximación a la obra del artista Yucef Merhi: “Fuera de Venezuela, los investigadores han leído la obra de Merhi en relación con movimientos poéticos como Oulipo y su idea de literatura potencial vinculada a la matemática. También la han vinculado con experiencias de literatura electrónica”. Página 4.
VII.
Lo objetual en la obra de arte, ensayo de Jesús Matheus: “La obra de arte y el objeto, su paradigma formal más característico: va ya juego de palabras. De difícil sustitución, el objeto material, su materialidad física es tótem y tabú. Creación civilizatoria, cuasi motivo de adoración e idolatría; presencia real, protección simbólica”. Página 5.
VIII.
Mateus Nunes escribe sobre Relical Horn, exposición de Samuel Sarmiento en Estados Unidos: “Sarmiento desestabiliza nuestra percepción de la historia fabricando nuevas ruinas: vestigios arqueológicos del presente, fósiles ultra contemporáneos que friccionan provocativamente contra una constelación dispersa de referencias. Tradiciones ancestrales y mitológicas de Centroamérica colisionan y se entrelazan con imágenes canónicas de la historia del arte”. Página 6.
IX.
Abraham Tovar entrevista al artista Juan Luis Landaeta: “Hoy veo todas las figuras como un elenco. Hay un telón de fondo, que además es la primera decisión: ¿Cuál será el gran color sobre el que ocurrirá todo? ¿Habrá una o dos figuras rectoras? Así voy. Como te dije, hace dos años empecé con figuras simples, con ángulos limados. Luego se fueron complejizando, distorsionando… y ahora se están humanizando. Lentamente empiezan a parecer siluetas, sombras, presencias humanas”. Página 7.
X.
Las páginas 8 y 9 están dedicadas al artista, melómano y fotógrafo Sandro Oramas, por décadas un seguidor de la escena internacional del jazz, que ha retratado en un sinnúmero de ocasiones. Una de las páginas trae una crónica, en la que Oramas habla de su vinculo con el género (“Puedo decir que, a partir de ese momento, una de mis búsquedas en la fotografía se situaría definitivamente entre dos pulsiones: la imagen y el jazz. La fotografía no solo como un producto documental, sino como un medio para hacer visible el espíritu invisible del jazz. El lenguaje de las luces, de los reflectores, y los gestos performáticos de los músicos suspendidos en los negros profundos de los escenarios”); la otra, una mínima muestra de su portafolio jazzístico.
XI.
Alejandro Varderi recuerda al artista estadounidense fundamental que fue John Singer Sargent (1856-1925): “Pese a su reticencia a abrazar las nuevas tendencias pictóricas, su gusto por lo novedoso y provocador lo llevó a Asia, donde ejecutó una serie de piezas de contenido bíblico pero con una vuelta de tuerca, pues llevó al lienzo las amistades particulares entre algunas figuras masculinas del Antiguo Testamento, siendo The Parting of Jonathan and David una de las más discutidas al mostrar la relación entre ellos con una sensualidad sumamente abierta para el momento”. Página 10.
XII:
En las dos páginas finales se suceden seis columnas:
· Ruth Capriles ofrece la séptima entrega de su serie Ensayos morales: La curiosidad mata al gato, ¿o no? (columna Sin guía para perplejos).
· Keila Vall de la Ville: Flaneuse hacia el claro del bosque (columna Nota al margen).
· Roger Vilain: El ruido de una mosca (columna Café del día).
· Juan Pablo Gómez Cova: Borges en Chacaíto (columna El paso errante).
· Mirla Alcibíades: Evaristo Fombona (columna Miradas sobre el continente).
· Tahía Rivero: El cuerpo flexible de Alejandra Meijer-Werner (columna La forma elusiva).
XIII.
Nada más que añadir, amables lectores. Ojalá descansen en los días que vienen. Leer, pensar, reconciliar: verbos de lo posible.
Nelson Rivera.

