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Durante sus palabras de apertura en el Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional (2005) con respecto al brote de viruela símica en varios países, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, exhortó a todos los países a permanecer vigilantes y fortalecer sus capacidades para prevenir la transmisión.

«La viruela del mono ha estado circulando y matando en África durante décadas, con casos esporádicos fuera del continente vinculados a viajes desde Nigeria que nunca antes se habían convertido en epidemias. 

Hace poco más de seis semanas, la OMS fue notificada de un grupo familiar de tres casos de viruela del mono sin ningún viaje reciente fuera del Reino Unido.

Desde entonces, se han notificado a la OMS más de 3,200 casos confirmados de viruela del mono y una muerte, de 48 países, entre ellos Nigeria, y en cinco regiones de la OMS», señaló el director de la OMS.

«El brote en los países recientemente afectados sigue siendo principalmente entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y que han reportado relaciones sexuales recientes con parejas nuevas o múltiples.

La transmisión de persona a persona es continua y es probable que se subestime. En Nigeria, la proporción de mujeres afectadas es mucho mayor que en otros lugares, y es fundamental comprender mejor cómo se está propagando la enfermedad allí.

Además, en lo que va de año, se han notificado casi 1.500 casos sospechosos de viruela del mono y alrededor de 70 muertes en África central, principalmente en la República Democrática del Congo, pero también en la República Centroafricana y el Camerún.

Pocos de estos casos están confirmados, y se sabe poco sobre sus circunstancias. Si bien la epidemiología y el clado viral en estos casos pueden ser diferentes, es una situación que no se puede ignorar», describó el Dr. Adhanom Ghebreyesus,

En nombre de la OMS pidió a todos los Estados Miembros que compartan información: «En otros brotes, a veces hemos visto las consecuencias de que los países no sean transparentes, de no compartir información. 

Necesitamos la búsqueda de casos, el rastreo de contactos, la investigación de laboratorio, la secuenciación del genoma y la implementación de medidas de prevención y control de infecciones; 

Necesitamos información sobre los diferentes clados del virus de la viruela del mono; 

Necesitamos definiciones de casos claras para ayudar a identificar y reportar infecciones;

Y necesitamos que todos los países permanezcan vigilantes y fortalezcan sus capacidades para prevenir la transmisión de la viruela del mono. Es probable que muchos países hayan perdido oportunidades de identificar casos, incluidos los casos en la comunidad sin ningún viaje reciente». 

Dijo que el objetivo de la OMS es ayudar a los países a contener la transmisión y detener el brote con herramientas de salud pública probadas y comprobadas, incluida la vigilancia, el rastreo de contactos y el aislamiento de pacientes infectados. 

Por el momento, señaló, si bien los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres han sido los más afectados en estos nuevos brotes, también existen riesgos de enfermedad grave para las personas inmunocomprometidas, las mujeres embarazadas y los niños si están infectados.

También existen algunos riesgos para los trabajadores de la salud si no usan el equipo de protección personal adecuado.

Dijo que «hemos aprendido mucho de los brotes recientes, incluidos covid-19 y la epidemia mundial de VIH».

Al respecto, «una de las lecciones más importantes es que una de las formas más efectivas de responder a los brotes en las comunidades afectadas es trabajar en estrecha colaboración con esas comunidades para co-crear comunicaciones de riesgo efectivas. Eso es lo que está haciendo la OMS».

También, subrayó, debemos trabajar juntos como comunidad internacional para generar los datos necesarios sobre eficacia clínica y seguridad de las vacunas y las terapias contra la viruela del mono, y para garantizar su distribución equitativa. 

El Comité de Emergencia asesorará al director general de la OMS sobre si el evento constituye una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII). Si es así, propondrá recomendaciones temporales sobre cómo prevenir y reducir mejor la propagación de la enfermedad y gestionar la respuesta de salud pública mundial.

Con información de la OMS