La expansión geográfica y la elevada frecuencia de brotes en aves de corral y silvestres continúan siendo un reto para la bioseguridad y la producción alimentaria de la región
Comunicado OPS
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que la influenza aviar A(H5N1) continúa circulando en la región de las Américas, con nuevos brotes en aves, mamíferos e infecciones esporádicas en humanos asociadas a exposiciones con el virus.
El clado 2.3.4.4b, predominante desde 2021 en la región, sigue impulsando la actividad registrada en los últimos años.
Los datos más recientes indican que 19 países y territorios han notificado 5.136 brotes en animales desde 2022, según la actualización epidemiológica publicada ayer.
Desde mediados de octubre se registraron 73 brotes adicionales, principalmente en aves domésticas y silvestres. En 2025, nueve países han confirmado 508 brotes en aves, junto con miles de detecciones en aves silvestres, especialmente en Estados Unidos y Canadá.
La expansión geográfica y la elevada frecuencia de brotes en aves de corral y silvestres continúan siendo un reto para la bioseguridad y la producción alimentaria de la región.
La actualización señala también actividad en mamíferos. Canadá y Estados Unidos han informado 77 brotes en mamíferos silvestres y animales domésticos en lo que va del año.
Estados Unidos ha registrado afectación en ganado lechero desde marzo de 2024, con infecciones confirmadas en 18 estados y más de mil rebaños afectados. La detección del virus en especies no aviares – incluido el ganado lechero – refuerza la necesidad de considerar actividades de vigilancia en animales de producción, como bovinos o porcinos, y fauna silvestre según el riesgo y el contexto epidemiológico.
Casos humanos, poco frecuentes

La OPS indica que los casos humanos siguen siendo poco frecuentes. Desde 2022, los países del continente han reportado 75 infecciones por H5N1, incluidas dos defunciones. En 2025 se registraron tres casos humanos en Estados Unidos y uno en México.
Adicionalmente se confirmaron un caso humano de influenza zoonótica A(H5N2) en México y un caso humano de influenza zoonótica A(H5N5) en Estados Unidos, este último el primero reportado a nivel global.
Estos eventos recientes en humanos destacan la importancia de la detección precoz mediante la vigilancia epidemiológica, virológica y genómica (tanto humana como animal) para identificar oportunamente cualquier cambio en el virus, así como el manejo clínico oportuno de los casos y la investigación de contactos.
La mayoría de los casos han estado vinculados al contacto directo con animales infectados, sin evidencia de transmisión persona a persona.
A nivel global, el clado 2.3.4.4b del virus H5N1 ha causado desde 2020 una amplia mortalidad en aves en África, Asia y Europa y posteriormente se extendió a Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica. Brotes en mamíferos han sido identificados en tres continentes.
La expansión del virus a 22 países de tres continentes, incluyendo las Américas, que han notificado brotes en mamíferos a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) confirma que la amenaza no se limita exclusivamente al ámbito avícola. Desde 2003, la OMS ha recibido 991 reportes de casos humanos de H5N1, con una alta letalidad (48%).
Acciones
La OPS, en colaboración con la OMSA y la FAO, recomienda a los países reforzar la vigilancia animal y humana en zonas afectadas, así como fortalecer los protocolos de bioseguridad, mejorar la coordinación intersectorial y asegurar el análisis integrado de información epidemiológica y virológica.
También se insta a los países a monitorear activamente a las poblaciones humanas en mayor riesgo de exposición, incluidos trabajadores avícolas y de traspatio, veterinarios y personal operativo en granjas e involucrado en el manejo de fauna silvestre, para detectar de forma temprana señales clínicas compatibles con la infección, como enfermedad respiratoria, conjuntivitis o cuadros neurológicos asociados. Se subraya además la importancia de aplicar medidas estrictas de bioseguridad y el uso de equipo de protección personal en granjas, laboratorios y servicios de salud.
La actualización recuerda que no hay evidencia de transmisión del virus a humanos a través del consumo de productos avícolas adecuadamente cocinados, e insiste en la importancia de contar con mecanismos sólidos de detección, notificación y respuesta ante nuevos brotes o casos sospechosos.
El virus de la influenza aviar
La influenza aviar es causada por algunos subtipos del virus de la Influenza tipo A, que afectan principalmente a las aves, aunque en ocasiones pueden infectar a mamíferos, incluidos los seres humanos. Los virus influenza A se clasifican en subtipos según las proteínas de su superficie, hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N), como H5N1 o H5N2. Las aves silvestres acuáticas constituyen su principal reservorio, desde donde a veces se transmite a aves de corral, provocando brotes con impacto en la producción pecuaria.
Los virus de influenza aviar también se clasifican en clados genéticos, que corresponden a linajes definidos por mutaciones específicas en su genoma. Actualmente, el clado 2.3.4.4b del H5N1 predomina en las Américas y ha sido responsable de la mayor parte de los brotes recientes en aves y mamíferos. La vigilancia genómica es clave para identificar cambios en el virus que puedan influir en su propagación, severidad o capacidad de infectar nuevas especies.
Comunicado OPS

