“La pandemia de COVID-19 nos enseñó que la región de las Américas es más fuerte cuando trabajamos juntos”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS
Con información de la OPS
La aprobación del Plan Estratégico de la OPS 2026–2031 llega precedido del informe de la Comisión Lancet Regional Health – Américas del Banco Mundial y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el cual advierte que no fortalecer la resiliencia en la atención primaria de salud (APS) en América Latina y el Caribe podría generar pérdidas significativas y evitables tanto en vidas como en el desarrollo económico a largo plazo
Los Estados Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) establecieron una agenda audaz para avanzar en la salud y el bienestar en todas las Américas, con la aprobación del Plan Estratégico de la OPS 2026–2031, bajo el lema “Juntos por una Región de las Américas más saludable para todas las personas«.
Este plan, aprobado por el 62º Consejo Directivo de la Organización, fue elaborado a partir de extensas consultas con los países y otros actores, y se compromete a lograr resultados transformadores en salud durante los próximos seis años, abordando las enfermedades no transmisibles (ENT), la salud mental, la seguridad sanitaria, la fragmentación en los sistemas y servicios de salud, y la eliminación de enfermedades transmisibles, entre otros.
“La pandemia de COVID-19 nos enseñó que la región de las Américas es más fuerte cuando trabajamos juntos”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS.
“El Plan Estratégico aprovecha nuestra fuerza colectiva para construir sistemas de salud resilientes, reducir la carga de enfermedades y mejorar la salud y el bienestar de todas las personas”, añadió.
El plan se basa en las lecciones de la pandemia, que puso en evidencia las brechas en los sistemas de salud y destacó el poder de la acción conjunta. El plan apunta a impactos medibles en los países, como la reducción de la mortalidad materna, la reversión del aumento de las tasas de suicidio y la eliminación de enfermedades como la lepra y el Chagas.
Cinco objetivos estratégicos
En el centro del plan se encuentran cinco objetivos estratégicos que guiarán la acción regional en salud hasta 2031:
- Acelerar los esfuerzos en pro de la salud para todas las personas, abordando los determinantes sociales de la salud, los desafíos ambientales y los factores de riesgo.
- Construir sistemas de salud resilientes basados en la atención primaria de salud para lograr el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud.
- Acelerar la agenda de eliminación de enfermedades y mejorar la prevención y el tratamiento de las enfermedades transmisibles y no transmisibles, y de los problemas de salud mental.
- Prevenir, prepararse, detectar y dar una mejor respuesta a las emergencias de salud.
- Reforzar el liderazgo, la gobernanza y el desempeño de la OPS para avanzar en la agenda de salud regional y prestar una cooperación técnica que impulse un impacto de la salud pública en los países.
¿Qué hay de nuevo en el Plan Estratégico 2026–2031?
El nuevo Plan Estratégico de la OPS introduce un enfoque integrado para lograr la salud para todas las personas y presenta un marco actualizado de gestión basada en resultados, junto con un marco de resultados simplificado.
Reduce el número de resultados e indicadores, a la vez que mejora la medición y la transparencia. “Indicadores con metas realistas y basadas en evidencia nos permitirán enfocar mejor nuestro trabajo y facilitar que la OPS y sus Estados Miembros avancen hacia resultados tangibles en salud”, destacó el doctor Barbosa.
Para acelerar el impacto, el marco de resultados simplificado del plan, con indicadores basados en evidencia, está respaldado por intervenciones de alto impacto, o “aceleradores”, que impulsan el progreso medible y la transformación sistémica en múltiples metas y dimensiones del desarrollo en salud.
Los aceleradores se basan en marcos existentes y métodos comprobados, ofreciendo oportunidades concretas para escalar intervenciones de manera rápida y efectiva. Finalmente, el plan incluye mecanismos para realizar ajustes ágiles y transparentes en respuesta a posibles circunstancias cambiantes.
Agradeciendo a los Estados Miembros por su colaboración en el desarrollo y la aprobación del plan, el director de la OPS destacó que este representa una “renovada cooperación regional” y reafirma el compromiso de los países para mejorar la salud y el bienestar de todas las personas. “Trabajando juntos, podemos superar los desafíos actuales y acelerar el progreso hacia la salud para todas las personas en las Américas”, concluyó.
Nuevo informe habla del poder de la resiliencia como pilar

La aprobación del Plan Estratégico de la OPS 2026–2031 llega precedido del informe de la Comisión Lancet Regional Health – Américas del Banco Mundial y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el cual advierte que no fortalecer la resiliencia en la atención primaria de salud (APS) en América Latina y el Caribe podría generar pérdidas significativas y evitables tanto en vidas como en el desarrollo económico a largo plazo.
El informe, No hay tiempo que perder: La resiliencia como pilar de la atención primaria de salud en América Latina y el Caribe (disponible en inglés), fue presentado en un evento paralelo al 62º Consejo Directivo de la OPS en Washington, D.C., ante ministros de Salud y delegados de alto nivel de toda la región.
El documento presenta proyecciones contundentes: si una emergencia sanitaria -como una pandemia o un desastre natural- redujera la prestación de servicios de atención primaria de salud entre un 25% y un 50% durante un período de uno a cinco años, la región podría enfrentar hasta 165.000 muertes evitables y pérdidas económicas de entre 7.000 y 37.000 millones de dólares estadounidenses.
Estas muertes podrían incluir hasta 11.300 muertes maternas, 10.000 infantiles y más de 149.000 por enfermedades no transmisibles, además de hasta 14 millones de embarazos no planificados.
“No hay un dilema entre construir una atención primaria de salud sólida y construir resiliencia: van de la mano”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS.
“Sin APS resiliente, la próxima crisis volverá a golpear con mayor dureza a las comunidades más pobres y marginadas. Con ella, podemos asegurar que los servicios esenciales -prevención, tratamiento y cuidados- continúen antes, durante y después de las crisis. La resiliencia no es un lujo: es la base de la seguridad sanitaria, la estabilidad social y el crecimiento económico”, aseveró.
El informe define la resiliencia como la capacidad de los sistemas de salud para mantener de manera equitativa los servicios esenciales antes, durante y después de las crisis, incluidas pandemias, huracanes, olas de calor, inundaciones y brotes de enfermedades transmitidas por vectores. En el centro de la resiliencia se encuentra una APS sólida, con raíces comunitarias, capaz de llegar a todos, especialmente a los más vulnerables.
Un llamado de atención para la región
La pandemia de COVID-19 dejó en evidencia las vulnerabilidades de la región. A pesar de representar solo el 8,5% de la población mundial, América Latina y el Caribe registraron el 30% de todas las muertes por COVID-19. Los servicios esenciales —como la atención materna y neonatal, la inmunización infantil y el tratamiento de enfermedades crónicas— se redujeron hasta en un 50%, con brechas que en algunos países persistieron durante dos años o más.
La región es también una de las más propensas a desastres en el mundo, enfrentando un número creciente de huracanes, inundaciones y brotes de enfermedades transmitidas por vectores. Sin embargo, los sistemas de salud siguen siendo fuertemente hospitalocéntricos, fragmentados y con insuficiente inversión en la APS.
“Fortalecer la atención primaria de salud es uno de los mayores desafíos sanitarios de América Latina y el Caribe”, dijo Jaime Saavedra, director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial. “El informe de la Comisión es una hoja de ruta que muestra qué funciona para avanzar hacia una APS resiliente. Pero lo más difícil no es técnico: los gobiernos necesitan colocar la atención primaria de salud en el centro de sus agendas, invertir en ella de forma urgente y a gran escala, y asegurar la cobertura universal, de modo que proteger vidas y economías no sea opcional sino una prioridad.”
La Comisión Lancet Regional Health – Américas del Banco Mundial y la OPS sobre Atención Primaria de Salud y Resiliencia reúne a destacados investigadores, responsables de políticas y profesionales de toda América Latina y el Caribe, junto con expertos mundiales en salud. Basándose en revisiones especializadas, estudios de caso de países, encuestas regionales y amplias consultas, la Comisión identifica estrategias basadas en evidencia para fortalecer la resiliencia en salud pública y resalta las graves consecuencias de la inacción.
Un plan de cinco puntos para construir resiliencia
Para prevenir futuras pérdidas, la Comisión llama a los gobiernos y demás actores a implementar un plan de acción de cinco puntos para fortalecer la resiliencia en la APS:
1. Ampliar modelos de atención equitativos e integrales que brinden servicios para todos, asegurando que cada comunidad tenga acceso a equipos multiprofesionales de salud culturalmente sensibles, capaces de mantener la prestación de servicios esenciales antes, durante y después de una crisis.
2. Integrar las funciones esenciales de salud pública en la atención primaria, incluyendo la vigilancia, la vacunación y la promoción de la salud a nivel comunitario.
3. Colocar a las comunidades en el centro, involucrándolas en la toma de decisiones, respetando la diversidad cultural y construyendo confianza mediante la rendición de cuentas y una comunicación clara.
4. Trabajar de manera intersectorial, reconociendo que los resultados en salud dependen de la educación, la vivienda, la resiliencia climática y la protección social, con colaboración público-privada.
5. Asegurar financiamiento sostenible, priorizando la inversión predominantemente pública en la APS y estableciendo mecanismos para movilizar rápidamente recursos durante emergencias.
Las conclusiones del informe constituyen un llamado a la acción para que los líderes de salud conviertan la resiliencia de la atención primaria en una prioridad política y económica. Al reafirmar los sistemas de salud en una APS sólida, los gobiernos pueden cerrar brechas de financiamiento, fortalecer la gobernanza, invertir en una fuerza laboral de salud bien capacitada y con apoyo digital, y avanzar en reformas que promuevan la calidad, la equidad y la atención centrada en las personas.
Con información de la OPS