Panamá tiene una historia literaria rica, que no necesita que nadie le enmiende la plana. Lo que le hace falta es que sus escritores la conozcan, comprendan y difundan
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Reseña por: Pedro Crenes Castro

No podemos decir que en Panamá solo se ha escrito literatura patriótica o canalera o histórica ahora, lo que tenemos que conocer y reconocer es que siempre se ha escrito con una riqueza temática
Pecados críticos
He escuchado hace poco a algunos escritores diciendo de nuevo que en Panamá «solo» se ha escrito o novela canalera o novela patriótica, y últimamente, novela histórica, revelando uno de los principales pecados críticos que podemos cometer como escritores: perder el respeto por la tradición.
El otro pecado es el desconocimiento del revés que alberga todo género literario: ficción. Cuando digo «novela» estoy automáticamente afirmando que es ficción lo que escribo bajo ese género, por muy histórico, patriota o canalero que sea.
No deja de sorprender la poca pasión que tienen algunos escritores panameños por la tradición, no porque sea santa y sin pecado, sino porque es necesaria en tanto pedagogía de los haceres y saberes vernáculos. Escribir ex nihilo es de una ignorancia arrogante que avoca al fracaso literario, casi siempre, porque nichos de mercado para obras de poca calidad siempre los hay.
Una cosa es no haber leído Noches de Babel, de Ricardo Miró, y otra muy distinta es creer que solo fue poeta.
El otro pecado que se da en esta «nueva mirada» sobre nuestra literatura entre los que escriben, es el desconocimiento de los géneros literarios. Una cosa es experimentar con ellos, mezclarlos, saltar sus fronteras con conocimiento de causa, y otra cosa muy distinta es ignorar qué es una novela o qué es un cuento.
O creer que el apellido del género que practicamos lo dota de una estructura que lo transforma y lo salva, y esto es lo que está ocurriendo con algunos practicantes del género histórico. ¿Creen que por escribir una novela «basada en hechos reales» se salva?
Una novela ambientada en la Guerra de Coto no es mejor que San Cristóbal, por ejemplo. Aunque algunos creen que sí, y que ahora, dejada atrás la novela canalera, aquí se escribe novela histórica. Otro pecado crítico.
No podemos decir que en Panamá solo se ha escrito literatura patriótica o canalera o histórica ahora, lo que tenemos que conocer y reconocer es que siempre se ha escrito con una riqueza temática en todos los géneros, y que en su momento, sobre todo en épocas de dictaduras, convino dar espacio, premios y notoriedad a los bardos patrios, a los novelistas antimperialistas y a los cuentos tricolores. Y eso no es malo en sí mismo, es historia de nuestra literatura, parte de nuestra tradición que, como todas, hay que reconocer para poder superarla.
Hay dos pecados «teológicos» que nunca se deben cometer en la vida, y menos en literatura: el adanismo y el mesianismo. Adanismo: piénsalo bien, la literatura panameña no empezó con tu obra; si buscas encontrarás que ya se había escrito sobre ello y, lo más seguro, hasta mejor. Mesianismo: no seas arrogante, no vienes a salvar la patria literaria, se defiende sola, y lo más seguro es que termines condenándote a ti mismo a un ridículo espantoso por pecador crítico. La única redención de semejantes pecados es entregarse en cuerpo y alma a la lectura, de la propia literatura nacional y luego la universal, o mezclando, que así se disfruta más.
Panamá tiene una historia literaria rica, que no necesita que nadie le enmiende la plana. Lo que le hace falta es que sus escritores la conozcan, comprendan y difundan. Lo demás es demagogia para justificar que «yo he venido para ser luz de una literatura que hasta que yo publiqué, nadie conocía». Hay que bajarse cuanto antes de la nube, no sea que nos parta un rayo.
Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña | [email protected]

Pedro Crenes Castro (Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.

